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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

REWIND

Olivar abandonada en las ruinas de Granadilla (Cáceres)


Lo he repetido muchas veces, lo sé. Pero aún he de seguir diciéndolo. Ahora que estamos tan faltos de verdaderos referentes, de referentes verdaderamente honestos, quizá sea hora de que la literatura se pronuncie más que nunca. Más alto que nunca. Más claro que nunca. Este año se nos fue la lucidez que aportaba Sampedro, y en unos días celebramos el aniversario de Delibes… Delibes, el paladín de los desheredados, de los explotados por los terratenientes, de los privados del sacrosanto derecho a una educación e incluso a la más básica dignidad. Y sin embargo esa sociedad casi feudal retratada en Los santos inocentes, que nos parece hoy tan ajena, no queda tan lejos en nuestra historia más reciente. En algunas regiones, de hecho, se diría aberrantemente próxima aún. Basta preguntar a nuestros más ancianos. Esos que, como los demás, ahora ven peligrar el inmenso bienestar conquistado. Quizá, un día no tan lejano, una parte fundamental de esos derechos sociales arrancados a golpe de sudor y lágrimas. A veces, también de sangre.
Y así pasan ante nuestros ojos: Paco con su pierna rota a rastras, haciendo las veces de perro fiel para el señorito; la Niña Chica malviviendo como un animal o un mueble y el Azarías abandonado sin más a su retraso. Como siempre digo, los límites entre realidad y ficción se vuelve a menudo imprecisos para el escritor, y ya no sabes dónde acaban tus personajes y dónde empiezas tú mismo… Ni derechos de los trabajadores, ni asistencia sanitaria a los enfermos o discapacitados psíquicos. Ningún respeto por la vida humana… si ésta pertenece a otra clase, a la clase equivocada. La que siempre queda desamparada. Ciudadanos de primera y siervos. La tácita aquiescencia de las autoridades, o incluso el apoyo manifiesto, a un sistema que sólo sabe acrecentar las desigualdades. Caciques egoístas apegados a sus privilegios, incapaces de sentir un mínimo de empatía o piedad, de repartir siquiera unas migajas. Víctimas a las que sólo queda la vía de la rebelión para deshacerse del opresor yugo.
Porque por mucho que se enseñe a padecer resignadamente a un pueblo, cualquier paciencia tiene su límite. La Historia lo enseña: toda cuerda, si estirada en exceso, acaba por romperse. Aunque para entonces quizá el nudo corredizo haya hecho ya su labor, y el peso muerto que lastra pueda soltarse definitivamente sin ceremonias ni miramientos.
Y así que el Azarías pasó el cabo de la soga por el camal de encima de su cabeza y tiró de él con todas sus fuerzas, gruñendo y babeando, el señorito Iván perdió pie, se sintió  repentinamente izado, soltó la jaula de los palomos y
¡Dios!... estás loco... tu, dijo ronca, entrecortadamente, de tal modo que apenas si se le  oyó y, en cambio, fue claramente perceptible el áspero estertor que le siguió como un  prolongado ronquido y, casi inmediatamente, el señorito Iván sacó la lengua, una lengua  larga, gruesa y cárdena, pero el Azarías ni le miraba, tan sólo sostenía la cuerda, cuyo  cabo amarró ahora al camal en que se sentaba y se frotó una mano con otra y sus labios  esbozaron una bobalicona sonrisa, pero todavía el señorito Iván, o las piernas del señorito Iván, experimentaron unas convulsiones extrañas, unos espasmos electrizados, como si se arrancaran a bailar por su cuenta y su cuerpo penduleó un rato en el vacío hasta que, al cabo, quedó inmóvil, la barbilla en lo alto del pecho, los ojos desorbitados, los brazos desmayados a lo largo del cuerpo, mientras Azarías, arriba, mascaba salivilla y reía bobamente al cielo.
                                                               (Miguel Delibes, Los santos inocentes)


Para escuchar a Molotov interpretando Gimme the power
http://www.youtube.com/watch?v=VTQ8r4HTUyE 
 

CRÓNICAS DESDE LA CARA OCULTA

Ángel Caído Real Academia de San Fernando (Madrid)


RETRATO DE FAMILIA FELIZ
Dos extremos,
somos dos,
de una misma madeja.
Retuérceme,
ponme a colgar del (h)uso,
hazme girar en tu rueca.
Mientras tú lanzas los cuchillos,
yo esconderé la cabeza.
Sabe más la tortuga por cobarde
que por vieja.
Pegado en tu tela de araña,
noto vibrar las cuerdas.
Y qué puedo hacer yo
si en nuestra trampa
ha caído otra presa.
Qué dichosos seremos
los tres,
trapecistas sobre el abismo,
trabajando con tu deshilachada red
como único antídoto
contra el destino.
                                                                                        (S. G. I, Madrid, 8 de octubre, 2013)


Edipo y la esfinge, Gustave Moreau


Para escuchar a Radio Futura interpretando Han caído los dos


NEVERMORE

Río Tormes (Salamanca). Aunque bien podría ser el Leteo
 
EN TIERRA INEXPLORADA

     Sólo los separa el Leteo; casi puede tocarla. El autor se dispone a atravesar la cautivadora corriente, aun a riesgo de quedar aprisionado en el Hades. Pero entonces lee en sus ojos: ella ya no es su Virginia, ya no le reconoce. Súbitamente el grácil cuerpo se pliega. Tras el violento golpe de tos, ella observa el cándido pañuelo con resignación y tibia melancolía. Muestra al desconocido la mancha que se extiende implacable. Le ofrece un adorable mohín a modo de disculpa. Se hace tarde; debe regresar a casa.

A miles de kilómetros, las olas del mar gélido rompen contra los acantilados. Es octubre y hace frío, pero la ventana abierta aguarda el improbable regreso de Annabel.

     “¡No cerréis el ataúd, ella aún vive!”. El escritor despierta sobresaltado. Las lágrimas han fluido inconscientemente mientras dormía sobre su escritorio, y ahora es su último poema el que parece llorar ríos de tinta. Sabe que regresará junto a ella, pero no puede esperar todo un día. Entonces abre el cajón que siempre permanece cerrado con llave y, fingiendo no ver los insidiosos recortes de periódico, extraer el precioso frasquito. Aprieta los labios contra la fría boca y bebe de ese beso lenitivo. Tras algunos minutos, la voz infantil acude acompañada por el lánguido lamento del arpa que ella solía tocar. Revolotea tímidamente por la habitación. Cuando está a punto de posarse en su hombro, el sombrío cuervo grazna “nevermore” y el animalito huye asustado.

     Lo persigue por un Baltimore desierto, entre los glaciares y la bruma de los opiáceos y el alcohol, hasta caer exhausto. No se resiste cuando un vagabundo le propone que intercambien sus chaquetas.

     Siente tanta piedad que finalmente decide entregársele. No ve esas ropas raídas que ni siquiera le pertenecen. Ella sabe quién es él realmente, no necesita leer los recortes de su cajón. Bajo el tupido velo de novia, Edgar reconoce inmediatamente el rostro pálido como la nieve: la ha cortejado desde su juventud. La enorme figura etérea avanza con los brazos abiertos, dispuesta a acogerle en su seno. Esta vez, para siempre.

(Salomé Guadalupe Ingelmo, En tierra inexplorada, en la revista digital miNatura. Revista de lo breve y lo fantástico 103, julio-agosto 2010, p. 26, pp. 21-22.)

Edgar Allan Poe, Salomé guadalupe Ingelmo


Para escuchar a Radio Futura interpretando Annabel Lee

ALEJANDRO CABEZA: “La pintura es memoria humana y fruto”


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La pintura es memoria humana y fruto” Entrevista a Alejandro Cabeza, Colección Contemporáneos del Mundo 29, Serie Indagación sobre la memoria y el juicio, Madrid/México D. F., 2013.  







Sobre “La pintura es memoria humana y fruto”: la escritora Salomé Guadalupe Ingelmo profundiza en algunos aspectos de la entrevista así como en la personalidad del artista

            “La pintura es memoria humana y fruto” se revela una entrevista sobrecogedoramente sincera. Un testimonio que combina magistralmente aspectos conceptuales y vivenciales: contenidos técnicos, dirigidos fundamentalmente a los especialistas en la materia, y otros entrañablemente humanos, anecdóticos y aptos para ser disfrutados por todo género de lectores.

El pintor Alejandro Cabeza es un profesional poco dispuesto a renunciar a sus convicciones, un artista que no se ha dejado seducir por las modas ni las exigencias del momento. Que se ha negado sistemáticamente a adoptar una visión comercial del arte. Su técnica se ha mantenido personal y ha evolucionado al margen de las corrientes imperantes; de esas normas impuestas que, como dice él, valen hoy pero ya no valen mañana. Cabeza huye manifiestamente de esquemas, y más si éstos son arbitrariamente impuestos. Porque, según sus propias palabras, cada cuadro debería tener el derecho de ser una obra original y singular”.


            Y lo cierto es que, a pesar de poseer un carácter artístico tan marcado, Cabeza desconfía de los estilos. Como si temiera anquilosarse con una mera repetición de esquemas en los que refugiarse para sentirse cómodo: Lo que actualmente a menudo se denomina el estilo de un pintor no deja de ser, en realidad, un cúmulo de sus defectos y carencias. La evolución constante, en la que influye la emoción y el sentimiento, lo inesperado, es lo que en realidad caracteriza al estilo. Y no un sistema reiterado y convertido en un estereotipo. Muchas veces confundimos voluntariamente estilo con ismo para justificarnos. […] Malo es cuando el artista se ampara en la originalidad para justificar lo que en realidad son carencias en la profesión –cuántas veces he escuchado decir a un mal pintor “este es mi estilo” si un colega, con su mejor intención, le hacía notar que quizá su trabajo podría mejorarse–; cuando la novedad prima sobre la calidad y acaba suplantándola. […] Aun a riesgo de discrepar de la mayoría, para mí la originalidad no sirve de nada si no está respaldada por una sólida formación. La originalidad es, sí, un valor añadido para una obra de arte. Un valor cuya presencia yo mismo aprecio mucho cuando el cuadro cuenta también con todos los demás requisitos que hacen de una obra una buena o una excelente obra. La profesionalidad de un pintor no puede estar avalada por apreciaciones puramente subjetivas y aisladas. Y volvemos de nuevo a esa pueril justificación que mencionábamos antes: “es que éste es mi estilo”. Pues si tu estilo presenta serias deficiencias de formación, es que tu estilo es un mal estilo. Eso no es originalidad sino otra cosa. Pero actualmente a menudo se confunden los términos. […] No existe libertad sin formación previa. […] La formación siempre está presente o habría de estarlo; nos acompaña en todo momento. No se deja de asimilar y de aprender. El intercambio de opiniones nos enriquece. La observación nos enseña. La experiencia nos hace más sabios. El oficio nos da más seguridad. Todas estas cualidades, y la capacidad de estudio e investigación personal, nos ilustran como individuos profesionales de una disciplina. Pero luego hemos de concedernos ese margen de libertad y creatividad que los pintores siempre intentamos salvaguardar. Se pasa por innumerables etapas; no acaban nunca a no ser que uno se hunda en el conformismo más radical, cosa muy frecuente en los tiempos actuales […]”.

Para Alejandro Cabeza imponerse retos parece una forma de evitar encasillarse, de huir del conformismo que tanto le asusta. Quizá por eso, a pesar de ser especialmente conocido por sus elegantes retratos, ha tocado todos los géneros y argumentos, siendo muy apreciados también sus paisajes y sus marinas. Por eso y porque, según él, el conocimiento de los géneros es importante; la práctica y estudio de cada uno de ellos, de todos. Unos géneros enseñan lo que otros no pueden. Cada uno tiene sus propias virtudes, y de esta forma se complementan. Así, mediante el aprendizaje en todos ellos, un creador se perfecciona y ahonda en el estudio pictórico. Un pintor es más valioso, más completo, cuanto más consigue abarcar. La excesiva especialización, la anulación sistemática de determinados géneros, nos carga de carencias; nos hace menos ricos en recursos. Y entonces nos convertimos en autores pobres […]”.

NO SIEMPRE ES JUDEO-MASÓNICA

Atlante soportando su carga (Madrid)

PAROLE, SOLTANTO PAROLE, PAROLE TRA NOI
Querrías, pero no puedes
Harías, pero te esperas.
Nunca tienes responsabilidad:
son las circunstancias,
que imperan.
Imponderables e imprevistos
te atan las muñecas.
Yo dormía el sueño de los justos,
confiado en tu prudencia.
Y un día me caí del guindo.
Qué despertar más brusco:
qué porrazo en la cabeza.
Salir del sueño abruptamente.
Y sin vaselina siquiera.
Dices que más te duele a ti
y yo no tengo la certeza.
Curioso: es siempre por mi bien.
Y, mientras, se reduce mi estima
y merma mi cartera.
Querrías, pero no puedes
Harías, pero te esperas.
Nunca tienes responsabilidad:
son las circunstancias,
que imperan.
                                                                                                       (S. G. I, Madrid, 25 de septiembre, 2013)


El Charlatán político Bernardo Ferrándiz
El Charlatán político, Bernardo Ferrándiz

Para escuchar a Paul Carrack interpretando How long

NASÍO PA' TRIUNFA'

Sirenas, soporte de relieve en cera, Real Academia de San Fernando (Madrid)


DECÁLOGO DEL TRILERO
Préstame tu oído
y sin pudor alguno
yo te comeré la oreja.
A cambio de una papeleta,
en el cielo,
te vendo una parcela.
Después te recalifico el Paraíso
para hacer un eurovegas.
Y de la palabra dada,
en cuanto te descuides,
no queda huella.
“Disculpe, caballero,
¿quién dice usted que era?
En el Polo
a un pingüino
le colocaría una nevera.
Lamento mi mendacidad compulsiva
pero es mi naturaleza.
Si no has nacido para esto,
mejor,
no participes en la carrera.
                                                                                 (S. G. I, Madrid, 23 de septiembre, 2013)


El fantasma en la ventana, Magritte

Para escuchar a Genesis interpretando Jesus he Knows me

LAS NIÑAS MALAS NO VAN AL CIELO

Puente del Real, Valencia

VOCACIÓN DE MAE WEST
Podía ir a todas partes;
no era una niña buena.
Podía elegir cualquier lugar
y, a fuerza de vagabundear,
acabé escogiendo el matadero.

Tenía mucha prisa
por alejarme del colegio.
No había tiempo de pensar.
Demasiado joven para temer
el cementerio.

Porque yo no me creía buena.
Pero él no lo era.
Comprendí demasiado tarde.
Las niñas malas no van al cielo;
acaban en un agujero.

Se cierran todas las puertas
hasta crearse su propio infierno.
                                                                                 (S. G. I, Madrid, 21 de septiembre, 2013)

Delacroix, Dante y Virgilio en los infiernos

Para escuchar a Amy Winehouse interpretando You know I’m not good

NO ESTAMOS SONADOS NI MUERTOS. Y UN DÍA NOS DESPERTAREMOS

León en los Jardines de Monforte, Valencia


DE PROFESIÓN, LUCHADOR
No escuchéis los cantos de sirena
ni creáis su música engañosa.
Los golpes no nos endurecen;
únicamente nos adoban.
 Nos preparan para estar más tiernos
cuando se nos lleven a la boca.
No sólo de golpes vive
el hombre que mastica y traga
por todo pan de cada día.
una afrenta tras otra.
Porque también a los golpes
se acostumbra uno.
También,
a hincar la rodilla en tierra.
Pero la próxima vez, hermano,
 hazme el favor de no tirar la toalla
cuando acabe contra las cuerdas.
No me avergüenza besar la lona.
Sólo me aterra la indolencia.
Prefiero caer y levantarme
que  dormitar bajo bota férrea.
                                                                                 (S. G. I, Madrid, 20 de septiembre, 2013)

Jean-Léon Gérôme,.Police Verso


Para escuchar a Simon & Garfunkel interpretando The boxer


DE ONTOLOGÍA Y OTROS DEMONIOS

Lazarillo guiando al ciego, Salamanca


Me surge una duda ontológica. Si las mayorías son silenciosas… cómo puedo yo respetar su voluntad. Cómo puedo, ni tan siquiera, sospecharla. Se me ocurren sólo dos posibilidades que logren explicar la alegría con la que zanjo el tema. O mi presunción se debe a mi estrechez de miras; a mi escasa experiencia con el mundo exterior, que me hace pensar sin más que todos creen lo mismo que yo, o por el contrario, se sustenta en una aviesa voluntad de manipular.
Y así mi duda, de ontológica, pasa a deontológica.

¿Y si las mayorías silenciosas fuesen sólo una entelequia no más corpórea que el espectral padre del pobre Hamlet…? Pero cuídate, César, de los idus de marzo. Porque la ceguera podría no ser eterna.

La muerte de César por Vincenzo Camuccini

Para escuchar a Radio Futura interpretando Era un hombre de papel 
https://www.youtube.com/watch?v=Sy-7WDxJt4c 

CONTRA LA BARBARIE, LIBROS

Miguel de Unamuno por Gutierrez Solana


A veces, quedarse callado equivale a mentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia. Miguel de Unamuno

Contra la barbarie, libros.

Qué inquietud producen esos nostálgicos que alzan la pezuña al grito de “muera la intelectualidad”. Es curioso como hay modos, aún, que recuerdan al prócer Millán-Astray, ese pedazo de hombre ‒o ese hombre a pedazos. Entre los cuales el que más destacaba no era, obviamente, su cerebro. No hay cosa peor que ser un inválido mental‒. Qué necesitado está este país de otro Unamuno… Para que las nuevas hordas no osen profanar los sagrados recintos.

No soy catalana y de serlo, no me sentiría particularmente nacionalista. Como no me siento particularmente nacionalista habiendo nacido madrileña de raíces extremeñas. No soy catalana, pero no me turban ni incomodan los catalanes. Ni siquiera los nacionalistas. Ni siquiera, los independentistas. No soy catalana, pero quizá recordando el poema de Niemöller, advierto el peligro[1]. No soy catalana, pero me horroriza la estupidez, la intolerancia y la patanería. Eso por no hablar del racismo o la xenofobia. De paso, cualquier tipo de discriminación

La librería Blanquerna se encuentra, como aquellos que conozcáis Madrid sabréis, al lado del Círculo de Bellas Artes y muy cerca de varias librerías bastante conocidas a las que no haré publicidad, en la calle Alcalá, una zona con una cierta vida cultural que os invito a disfrutar.

Contra la barbarie, libros. Contra las piedras y los palos, libros. Siempre, libros.

¡Viva la vida!

Para escuchar a Joan Manuel Serrat interpretando Esos Locos Bajitos  


[1] Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
       (Martin Niemöller, Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas)

ALICIA SE MIRA EN EL ESPEJO

Escritora española, ensayista española, crítica literaria, escritores de terror, escritores de ciencia ficción, escritores de literatura infantil, escritores de microrrelatos,  Salomé Guadalupe Ingelmo, Ángel Ganivet, Concurso Literario Internacional Ángel Ganivet, Concurso Literario Ángel Ganivet, Concurso Ángel Ganivet, Premio Ángel Ganivet, Certamen Ángel Ganivet
Tentación (retrato de Salomé Guadalupe) por Alejandro Cabeza



CONSEJOS A UNA BELLA DURMIENTE
Te ofrezco el fruto madurado con dolor,
a base de golpes engordado.
A pesar de todo,
es dulce y no amargo.
Come de él sin temor;
no es elixir de muerte sino de vida.
No te marchites esperando un beso liberador.
Que te encuentre consciente,
despierta,
si ha de llegar el príncipe 
algún día.
                                                                                        (S. G. I, Madrid, 1 de agosto, 2013)



ALICIA SE MIRA EN EL ESPEJO

Sobre el escenario, un ambiente angosto, un pequeño cuarto abierto hacia el público en  cuyas paredes, forradas desde hace demasiado tiempo con un sombrío papel gris, se  advierten desgarrones y ampollas provocadas por las humedades. También, cercos de  salitre  con forma vagamente humana: fantasmagóricas apariciones de aciagos rostros. En  el fondo del escenario, en sentido transversal, unas barras atraviesan, a la altura de la cabeza, el reducido espacio. De ellas cuelgan algunos trajes de chaqueta austeros, de corte siempre estricto, en tejidos tupidos y pesados. Invariablemente, oscuros. Con falda recta y larga por debajo de la rodilla, como parecería corresponder a una mujer de mucha más edad. Trajes, en definitiva, sin ningún atractivo. Escondido entre ellos y  olvidado  por todos, desambientado y excluido, marginado y melancólico en un ángulo apartado, se marchita por momentos un único vestido juvenil con flores otrora multicolores  que parecen agonizar en ese hábitat cerrado y hostil. Un vestido primaveral de gasa, escotado y cortísimo, como los vaporosos vestidos estampados que solía llevar antes de conocerle.
Detalle a detalle el público va comprendiendo que la protagonista se encuentra recluida dentro de un armario ropero, una suerte de zulo sórdido y triste del que ella no tiene la llave...


PARA LEER LA TOTALIDAD DEL MONÓLOGO, DESPLEGAR LA ENTRADA

FINAL DE LÍNEA


ÚLTIMA ESTACIÓN
En el andén,
vidas como vías
tendidas con urgencia.
Se volvieron confluyentes
las líneas paralelas.
Hilos cercenados,
forjados
con duro hierro.
Frágiles destinos
esparcidos
sobre raíles siniestros.
                                                                                                     (S. G. I, Madrid, 25 de julio, 2013)

El destino o Las parcas, Francisco de Goya

Para escuchar Το τραίνο φεύγει στις οκτώ, de Mikis Theodorakis, interpretado por María Farantoúri

NO NECESITO UN ANIVERSARIO



SE TI SCRIVO SOLO ADESSO…
Quédate, Señor, tu serenidad
si es para aceptar lo que cambiar no puedo.
Animal me hiciste,
la respuesta es refleja:
si me hieres, me revuelvo.
Daño colateral o error de cálculo.
Elección equivocada.
Quizá sólo un despiste.
Te fabricó a su imagen un ser imperfecto.
Negligente.
Te cansaste demasiado pronto de hilar
y cortaste.
En el tejido, un agujero.
Extirpaste sin zurcirme siquiera.
Tarde para disculpas:
el trasplante es imposible,
no existen indemnizaciones.
Me has dejado sólo una opción.
Quiero la hoja de reclamaciones

Se ti scrivo solo adesso, un motivo ci sarà.
Crece bajo mi ventana el sauce
blanco −terca cabellera cana−,
cabizbajo.
Ninguna mano complaciente
aligera ya sus ramas.
Pasó el capricho infantil
−mi edad, si preguntan,
sólo tres dedos−
Nos echan de menos en el jardín,
abuelo.
Tú tienes el tuyo de piedra:
duermes hace años
en el suelo.
Yo, a días,
no sé reemprender el vuelo
                                                                     (S. G. I, Madrid, 15 de julio, 2013)

El sacrificio de Isaac, Caravaggio

Gracias, Dios mío, por habernos creado animales. Por habernos emparentado, salvo a unos pocos más próximos al reino de los protozoos −con perdón de las amebas−, con el mono.

Para escuchar a Ligabue interpretando Lettera A G, precedida por su poema Il guscio rotto

EL TEATRO NO SE HACE PARA CANTAR LAS COSAS, SINO PARA CAMBIARLAS (VITTORIO GASSMAN)


Salomé Guadalupe Ingelmo, Ángel Ganivet, Concurso Literario Internacional Ángel Ganivet, Concurso Literario Ángel Ganivet, Concurso Ángel Ganivet, Premio Ángel Ganivet, Certamen Ángel GanivetSalomé Guadalupe Ingelmo, Ángel Ganivet, Concurso Literario Internacional Ángel Ganivet, Concurso Literario Ángel Ganivet, Concurso Ángel Ganivet, Premio Ángel Ganivet, Certamen Ángel Ganivet



















ALICIA SE MIRA EN EL ESPEJO
MEDEA ENCADENADA
SALOMÉ GUADALUPE INGELMO (ESPAÑA)
NUEVA DRAMATURGIA PODEROSA Y CONVOCANTE
F.G.C

Ediciones COMOARTES (CIINOE) presenta en profundidad a una nueva y excelente dramaturga: Salomé Guadalupe Ingelmo (España, escritora de quien hemos dado a conocer recientemente su primer volumen de narrativa), al editar como libro su monólogo inédito Alicia se mira en el espejo, acompañado de dos entrevistas, y, en un cuaderno, su colección de microficciones monoteatrales Medea encadenada (monólogos, soliloquios, monoteatros sin palabras…).
     Alicia se mira en el espejo y dos de los textos de Medea encadenada, también inéditos, han sido escritos especialmente a mi pedido y para esta editorial, dentro de la cruzada que como hombre de la escena inicié a finales de los años setenta por el auténtico monólogo escénico: el teatral, y que desde entonces ha sumado en diversos países numerosas acciones de trascendencia. La publicación digital de Alicia se mira en el espejo, Ediciones COMOARTES, Colección Los Libros de las Gaviotas 25, Madrid / México D. F., 2013, incluye además dos entrevistas (una inédita) mías a Salomé Guadalupe Ingelmo: “El monólogo recrea una intimidad sin parangón” y “La narrativa es introspección y revelación” con tanto extrapolable al universo del teatro (que también narra) y proveniente de mi “Indagación sobre la narrativa” / Contemporáneos del Mundo; todo para hacer de este libro un volumen preciado, sobresaliente para el teatro y quienes crean dentro de, o con respecto a, su galaxia. Mientras que la publicación digital de Medea encadenada y otros textos dramatúrgicos hiperbreves, Ediciones COMOARTES, Colección Los Cuadernos de las Gaviotas 97, 2013, reúne quince monólogos, soliloquios, monoteatros sin palabras hiperbreves, la mayoría premiados en concursos internacionales, algunos de modo absoluto o muy relevante, por su originalidad, profundidad, belleza, rotundidades. 
     Alicia se mira en el espejo y los dos hiperbreves “Lapsus en niña menguante” y “Penitenziagite” / Más dulce será la caída”, en Medea encadenada,  se suman ahora a otros monólogos y textos para lo unipersonal creados a petición expresa mía y editados, por citar dos de los años setenta: Yo tengo un brillante, de Nicolás Dorr, y La Machuca, de Eugenio Hernández Espinosa, dramaturgos cubanos contemporáneos de los más significativos a escala mundial que escribieron así sus primeros monólogos. Y más recientemente, a los igualmente solicitados por mí –y, estos, publicados ya por nuestra Ediciones COMOARTES–, de grandes nombres de la escena: Desde el sótano, de Nicolás Dorr (Cuba), Conversación con Pablo, de Sara Joffré (Perú), Bel La Bella, de Antonia Bueno (España) y La luna y el pozo de Mar Pfeiffer; en tanto están en proceso otros que he pedido a dramaturgos de España, de Cuba…
     Alicia se mira en el espejo, cincelado y clamoroso alegato contra la violencia de género, de la denuncia y del compromiso, de la brillantez y de las múltiples significaciones, se inserta en esta historia para añadir (junto a los dos textos hiperbreves de igual excepcionalidad) una columna dramatúrgica poderosa y convocante. 
     Dos publicaciones, libro y cuaderno, que son un homenaje a la escena de Ediciones COMOARTES desde las excelencias de los dieciséis textos de Salomé Guadalupe Ingelmo que ya la CIINOE comienza a difundir masivamente por el planeta. 
     El teatro, como el amor, es horizonte habitado por todo lo que somos. F.G.C


Potente e inquietante el monólogo de Salomé Guadalupe Ingelmo: Alicia se mira en el espejo. Pude ver y sentir ese espacio tan fuerte de ropero-cárcel. Su publicación se inserta en la gran cruzada de la palabra que hacen F.G.C , José Víctor Martínez Gil y Ediciones COMOARTES. Mar Pfeiffer, dramaturga argentina.

ALGO HUELE A PODRIDO. Y NO PRECISAMENTE EN DINAMARCA


Ugolino y sus hijos, Jean-Baptiste Carpeaux

Recuerdo que cuando de niña cursaba aquello que entonces se denominaba (sí, soy muy mayor) EGB, cada dos por tres, cuando había examen, misteriosamente se producía una anónima llamada que aseguraba haber puesto una bomba. Y entonces eran tiempos en los que todos, de una u otra forma, vivíamos amenazados. No se trataba de andarse con tonterías: los experimentos, mejor con gaseosa. Y allá que íbamos, en fila ordenada agarraditos de la mano, pero sin perder un segundo, fuera del colegio. ¡Yupi! Hoy toca fiesta. Y a hacer puñetas el examen. Otra vez.
Bueno, pues sospecho que hay quien no ha pasado de la infancia (o más bien, de la puerilidad). Y se cree que soltando una bomba, en este caso fétida, logrará desviar toda la atención.
Para mí que, como en mi colegio después de un cierto número de llamadas, ya no cuela. Pero ciertamente huele. A ver si alguien echa un vistazo antes de que nos asfixiemos. Como diría Gila haciendo luz de gas, “alguien ha matado a alguien (empezando por la confianza, la inocencia y tantas otras cosas bellas que ahora parecen sólo posibles en las pelis de Walt Disney. Qué tiempos aquellos)… A alguien se le están pudriendo los cadáveres en el armario....” Y yo no quiero mirar a nadie. Porque está muy feo, y es muy fácil, señalar con el dedo.

El conde Ugolino por Gustave Doré
Para escuchar a La Lupe interpretando Puro teatro

Los verdaderos protagonistas estan aquí