Miguel de Unamuno por Gutierrez Solana |
A veces, quedarse callado
equivale a mentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia.
Miguel de Unamuno
Contra la barbarie, libros.
Qué inquietud producen esos
nostálgicos que alzan la pezuña al grito de “muera
la intelectualidad”. Es curioso como hay modos, aún, que recuerdan al
prócer Millán-Astray, ese pedazo de hombre ‒o ese hombre a pedazos. Entre los
cuales el que más destacaba no era, obviamente, su cerebro. No hay cosa peor
que ser un inválido mental‒. Qué necesitado está este país de otro Unamuno…
Para que las nuevas hordas no osen profanar los sagrados recintos.
No soy catalana y de serlo, no me
sentiría particularmente nacionalista. Como no me siento particularmente
nacionalista habiendo nacido madrileña de raíces extremeñas. No soy catalana,
pero no me turban ni incomodan los catalanes. Ni siquiera los nacionalistas. Ni
siquiera, los independentistas. No soy catalana, pero quizá recordando el poema
de Niemöller, advierto el peligro[1].
No soy catalana, pero me horroriza la estupidez, la intolerancia y la
patanería. Eso por no hablar del racismo o la xenofobia. De paso, cualquier
tipo de discriminación
La librería Blanquerna se
encuentra, como aquellos que conozcáis Madrid sabréis, al lado del Círculo de
Bellas Artes y muy cerca de varias librerías bastante conocidas a las que no
haré publicidad, en la calle Alcalá, una zona con una cierta vida cultural que
os invito a disfrutar.
Contra la barbarie, libros.
Contra las piedras y los palos, libros. Siempre, libros.
¡Viva la vida!
Para escuchar a Joan Manuel Serrat interpretando Esos Locos Bajitos
[1] Cuando
los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
(Martin
Niemöller, Cuando los nazis vinieron a
llevarse a los comunistas)
Amiga Guadalupe, comparto absolutamente tus palabras y desde luego este "contra la barbarie, libros". Yo sí soy catalán y me exasperan las actitudes radicales y excluyentes, me preocupa muchísimo que una pandilla de energúmenos asalte una librería y me preocupa también que unos exaltados nacionalistas hagan listas con los nombres de los "buenos" y de los "malos", me preocupan los fanatismos que trazan fronteras y atentan contra la concordia. Sólo la cultura y la buena voluntad POR PARTE DE TODOS puede remediar este desaguisado.
ResponderEliminarSalud
En efecto, por principio, el equilibrio no entiende nunca de extremos, sean del signo que sean. Tiende tanto el ser humano a reproducir los errores que antes combatió... Abrazos.
EliminarUn texto magnifico. Barbaros y estúpidos los hay por todos los lados, menos mal que son pocos. Un abrazo.
ResponderEliminarConcuerdo contigo. Pero el ruido que hacen... Besos.
EliminarEl problema amiga Salomé, es que algunos son más partidarios de quemar los libros que de leer; son los herederos de quienes oponían los puños y las pistolas a la dialéctica. Un beso
ResponderEliminarLos pelos de punta, se me ponen. Los buenos escritores de ciencia-ficción han sido, por lo general, finos analistas de su realidad y admirables visionarios... Besos.
Eliminarqué suerte tengo, venir a leeros,
ResponderEliminarqué afortunado de mi
saludos
Fortuna la mía, de tan buena compañía. En familia se pasan mejor los malos tragos. Besos.
EliminarMuy bien dicho Salomé. Me encantan los libros. Besitos y encantada de verte.
ResponderEliminarComo debe ser. Tú disfruta de ellos todo lo que puedas ahora, que lo mismo Miguel no va tan descaminado... Me da que los escritores, o según qué escritores, acabaremos en campos de reeducación. Besos.
Eliminar