Puente del Real, Valencia |
VOCACIÓN DE MAE WEST
Podía ir a todas
partes;
no era una niña buena.
Podía elegir
cualquier lugar
y, a fuerza de
vagabundear,
acabé escogiendo el
matadero.
Tenía mucha prisa
por alejarme del colegio.
No había tiempo de
pensar.
Demasiado joven para
temer
el cementerio.
Porque yo no me creía
buena.
Pero él no lo era.
Comprendí demasiado
tarde.
Las niñas malas no
van al cielo;
acaban en un agujero.
Se cierran todas las
puertas
hasta crearse su
propio infierno.
(S. G. I, Madrid, 21 de septiembre, 2013)
Para escuchar a Amy Winehouse
interpretando You know I’m not good
Interesante reflexión. Aunque desgraciadamente el agujero, espera a las niñas buenas también.
ResponderEliminarBesos
Verás, Manuel, es que mis niñas “malas” en realidad no lo son tanto. Si en efecto existe alguna maldad en ellas, en el fondo ésta resulta infinitamente más ingenua de lo que les han hecho creer. Y sí, en efecto hay imprevistos que le pueden caer a una del cielo sin que logre apartarse a tiempo; pero lo cierto es que cuando se han dedicado a minarte la autoestima, resulta mucho más fácil que acabes en el hoyo, sea éste del género que sea. Entonces parece casi el camino natural; la única opción posible. Y todo acaba conduciendo ahí. Besos.
EliminarImpresionante.....
ResponderEliminarCiertamente la realidad da escalofríos. Es el género humano... Besos.
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