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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS
(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)
EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.
Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.
Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.
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Festival de las Aves Ciudad de Cáceres
La asistencia a las Jornadas requiere inscripción previa:
Para consultar el programa de las Jornadas Técnicas:
http://festivaldelasavescaceres.gobex.es/…/Maraton-fotogra…/
PUNTOS DE ENCUENTRO
Aquí va, con un poco de retraso pero
también con mucho amor, mi participación en la publicación Turismo cultural y patrimonio natural en Extremadura.
Extremadura en la red: blogs y fotografía de naturaleza, coordinada por nuestros compañeros José Manuel López
Caballero y Atanasio Fernández y editada gracias a la Dirección General de
Turismo de la Junta de Extremadura y a la Fundación Xavier de Salas.
Ha sido un privilegio verse rodeada de autores tan especiales.
Gracias a todos vosotros por vuestro esfuerzo y entusiasmo. La nuestra es una
tierra hospitalaria, siempre dispuesta a acoger al peregrino, y creo que así la hemos
pintado.
GRANADILLA
VESTIGIOS DE UN NAUFRAGIO
Salomé Guadalupe Ingelmo
Granadilla: A un mar interior
En
las casas abandonadas,
o
restauradas,
se
adivinan murmullos sin cuerpo,
sonidos
amortiguados,
como
ahogados por el líquido elemento.
Dicen,
de quienes reconstruyen el pueblo.
Pero
yo intuyo, sé,
que
llegan de otro tiempo.
(S. G. I., Hervás, 11 de agosto de 2011)
La muralla que
separa ambos mundos, pasado y presente, domina sus ruinas: laberinto de
callejuelas donde perderse. Pareciera víctima de una sigilosa guerra que todo
lo hubiera arrasado sin consideración. Y sin embargo no está vencida; un pueblo
se levanta de sus cenizas por voluntad, con trabajo y esfuerzo. Por orgullo y
dignidad, se levanta. Quizá agonice, pero nunca muere a manos de otros. O se
suicida o anda. Y ella no se ha rendido del todo. Ni a pesar de todo. El hombre
es animal que carece de memoria. Por eso continúa allí, en pie. Tozuda, reacia
a alimentar el hambre insaciable del olvido: museo vivo, martillo contra el
yugo que oprime.
conchas… Pero aún se resiste pudorosa a un idilio que intuye insidioso. Ella
no olvida: ansía lo que ya no puede tener, la tersa llanura que yace medio
ahogada a sus plantas, sobre un fondo en calma donde no habita el sonido. Ansía
una piel erizada de tercas encinas y alcornoques, como una barba incipiente:
áspera pero familiar. Ya no volverá. No importa cuánto pueda esperar, no secará
el pertinaz sol los fluidos derramados. Sólo permanecen los lánguidos
eucaliptos, extranjeros nostálgicos de desconocidos continentes a la deriva. En
junio, los pétalos ajados de las jaras nievan el duro suelo. Vuela por el aire
el canto de un cisne, el último.
Visto por ojos
profanos, diríase un paisaje lunar, yermo. Pero los mulos rumian al amor de sus
muros, y los lechones juguetean ociosos en el barro. El gamo de mirada tierna
observa asombrado la vida que se acelera más allá de las murallas: parecieran
cárcel y quizá simplemente sean refugio. Imprevisibles, brotan pequeños
vergeles del suelo calcinado: los huertos donan frescor y los frutales, sombra bajo
la cual posar unas palabras. En sus recovecos se detiene el tiempo. Los
asientos son de piedra: no hay urgencia para el caminante.
Granadilla,
fundada en 1170 por Fernando II, desde 1980 declarada Conjunto
Histórico-Artístico, fue desalojada en los años cincuenta tras ser declarada
zona inundable por la construcción del embalse Gabriel y Galán. Las familias
campesinas, despojadas de sus tierras, hubieron de abandonar el pueblo, que se
convirtió en un fantasma. Sus olivos soñaban bajo el agua el pronto regreso.
Pero las vidas de los últimos resistentes naufragaban en una isla cada día más
pequeña: el mundo exterior parecía ajeno a la tragedia.
Desde 1984 Granadilla
forma parte del programa “Recuperación y utilización educativa de pueblos
abandonados”. Jóvenes estudiantes lo rehabilitan: lo animan otra vez voces
nuevas. No obstante en el Día de Difuntos los antiguos habitantes, los vivos y
quizá los muertos, regresan a su tierra.
Texto y fotografías: Salomé
Guadalupe Ingelmo
Paisaje: Azules de Granadilla, por Alejandro Cabeza
Salomé Guadalupe Ingelmo, “Granadilla. Vestigios de un naufragio”, en José Manuel López Caballero y Atanasio Fernández y (Coord.), Turismo cultural y patrimonio natural en Extremadura. Extremadura en la red: blogs y fotografía de naturaleza, Dirección General de Turismo Junta de Extremadura – Fundación Xavier de Salas, 2014, pp. 114-118.
Azules de Granadilla, por Alejandro Cabeza |
Gortoz a ran, Denez Prigent & Lisa Gerrard
ALEJANDRO CABEZA: “La pintura es memoria humana y fruto”
SECCIÓN:
DEDICADO A,
METÁFORAS,
NOTICIAS ÚTILES,
SEÑALES,
ULTIMÍSIMA HORA
“La pintura es memoria
humana y fruto” Entrevista a Alejandro Cabeza,
Colección Contemporáneos del Mundo 29, Serie Indagación sobre la memoria y el
juicio, Madrid/México D. F., 2013.
Sobre “La pintura es memoria humana y fruto”: la escritora Salomé
Guadalupe Ingelmo profundiza en algunos aspectos de la entrevista así como en
la personalidad del artista
“La
pintura es memoria humana y fruto” se revela una
entrevista sobrecogedoramente sincera. Un testimonio que combina magistralmente aspectos conceptuales y
vivenciales: contenidos técnicos, dirigidos fundamentalmente a los especialistas
en la materia, y otros entrañablemente humanos, anecdóticos y aptos para ser
disfrutados por todo género de lectores.
El pintor Alejandro
Cabeza es un profesional poco dispuesto a renunciar a sus convicciones, un
artista que no se ha dejado seducir por las modas ni las exigencias del
momento. Que se ha negado sistemáticamente a adoptar una visión comercial del
arte. Su técnica se ha mantenido personal y ha evolucionado al margen de las
corrientes imperantes; de esas normas impuestas que, como dice él, valen hoy
pero ya no valen mañana. Cabeza huye manifiestamente de esquemas, y más si
éstos son arbitrariamente impuestos. Porque, según sus propias palabras, “cada cuadro debería tener el derecho de ser
una obra original y singular”.
Y lo
cierto es que, a pesar de poseer un carácter artístico tan marcado, Cabeza
desconfía de los estilos. Como si temiera anquilosarse con una mera repetición
de esquemas en los que refugiarse para sentirse cómodo: “Lo que actualmente a menudo se denomina el estilo de un pintor no deja
de ser, en realidad, un cúmulo de sus defectos y carencias. La evolución
constante, en la que influye la emoción y el sentimiento, lo inesperado, es lo
que en realidad caracteriza al estilo. Y no un sistema reiterado y convertido
en un estereotipo. Muchas veces confundimos voluntariamente estilo con ismo
para justificarnos. […] Malo es cuando el artista se ampara en la
originalidad para justificar lo que en realidad son carencias en la profesión
–cuántas veces he escuchado decir a un mal pintor “este es mi estilo” si un
colega, con su mejor intención, le hacía notar que quizá su trabajo podría
mejorarse–; cuando la novedad prima sobre la calidad y acaba suplantándola. […]
Aun a riesgo de discrepar de la mayoría, para mí la originalidad no
sirve de nada si no está respaldada por una sólida formación. La originalidad
es, sí, un valor añadido para una obra de arte. Un valor cuya presencia yo
mismo aprecio mucho cuando el cuadro cuenta también con todos los demás
requisitos que hacen de una obra una buena o una excelente obra. La
profesionalidad de un pintor no puede estar avalada por apreciaciones puramente
subjetivas y aisladas. Y volvemos de nuevo a esa pueril justificación que
mencionábamos antes: “es que éste es mi estilo”. Pues si tu estilo presenta
serias deficiencias de formación, es que tu estilo es un mal estilo. Eso no es
originalidad sino otra cosa. Pero actualmente a menudo se confunden los
términos. […] No existe libertad sin formación previa. […]
La formación siempre está presente o habría de estarlo; nos acompaña en todo
momento. No se deja de asimilar y de aprender. El intercambio de opiniones nos
enriquece. La observación nos enseña. La experiencia nos hace más sabios. El
oficio nos da más seguridad. Todas estas cualidades, y la capacidad de estudio
e investigación personal, nos ilustran como individuos profesionales de una
disciplina. Pero luego hemos de concedernos ese margen de libertad y
creatividad que los pintores siempre intentamos salvaguardar. Se pasa por
innumerables etapas; no acaban nunca a no ser que uno se hunda en el
conformismo más radical, cosa muy frecuente en los tiempos actuales […]”.
Para Alejandro Cabeza imponerse retos parece
una forma de evitar encasillarse, de huir del conformismo que tanto le asusta.
Quizá por eso, a pesar de ser especialmente conocido por sus elegantes
retratos, ha tocado todos los géneros y argumentos, siendo muy apreciados
también sus paisajes y sus marinas. Por eso y porque, según él, “el conocimiento de los géneros es importante; la práctica y estudio de
cada uno de ellos, de todos. Unos géneros enseñan lo que otros no pueden. Cada
uno tiene sus propias virtudes, y de esta forma se complementan. Así, mediante
el aprendizaje en todos ellos, un creador se perfecciona y ahonda en el estudio
pictórico. Un pintor es más valioso, más completo, cuanto más consigue abarcar.
La excesiva especialización, la anulación sistemática de determinados géneros,
nos carga de carencias; nos hace menos ricos en recursos. Y entonces nos
convertimos en autores pobres […]”.
CONTRA LA BARBARIE, LIBROS
SECCIÓN:
DEDICADO A,
METÁFORAS,
NOTICIAS ÚTILES,
SEÑALES,
ULTIMÍSIMA HORA
Miguel de Unamuno por Gutierrez Solana |
A veces, quedarse callado
equivale a mentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia.
Miguel de Unamuno
Contra la barbarie, libros.
Qué inquietud producen esos
nostálgicos que alzan la pezuña al grito de “muera
la intelectualidad”. Es curioso como hay modos, aún, que recuerdan al
prócer Millán-Astray, ese pedazo de hombre ‒o ese hombre a pedazos. Entre los
cuales el que más destacaba no era, obviamente, su cerebro. No hay cosa peor
que ser un inválido mental‒. Qué necesitado está este país de otro Unamuno…
Para que las nuevas hordas no osen profanar los sagrados recintos.
No soy catalana y de serlo, no me
sentiría particularmente nacionalista. Como no me siento particularmente
nacionalista habiendo nacido madrileña de raíces extremeñas. No soy catalana,
pero no me turban ni incomodan los catalanes. Ni siquiera los nacionalistas. Ni
siquiera, los independentistas. No soy catalana, pero quizá recordando el poema
de Niemöller, advierto el peligro[1].
No soy catalana, pero me horroriza la estupidez, la intolerancia y la
patanería. Eso por no hablar del racismo o la xenofobia. De paso, cualquier
tipo de discriminación
La librería Blanquerna se
encuentra, como aquellos que conozcáis Madrid sabréis, al lado del Círculo de
Bellas Artes y muy cerca de varias librerías bastante conocidas a las que no
haré publicidad, en la calle Alcalá, una zona con una cierta vida cultural que
os invito a disfrutar.
Contra la barbarie, libros.
Contra las piedras y los palos, libros. Siempre, libros.
¡Viva la vida!
Para escuchar a Joan Manuel Serrat interpretando Esos Locos Bajitos
[1] Cuando
los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
(Martin
Niemöller, Cuando los nazis vinieron a
llevarse a los comunistas)
EL TEATRO NO SE HACE PARA CANTAR LAS COSAS, SINO PARA CAMBIARLAS (VITTORIO GASSMAN)
ALICIA SE MIRA EN EL ESPEJO
MEDEA ENCADENADA
SALOMÉ GUADALUPE INGELMO
(ESPAÑA)
NUEVA DRAMATURGIA PODEROSA Y
CONVOCANTE
F.G.C
Ediciones COMOARTES (CIINOE)
presenta en profundidad a una nueva y excelente dramaturga: Salomé Guadalupe
Ingelmo (España, escritora de quien hemos dado a conocer recientemente su
primer volumen de narrativa), al editar como libro su monólogo inédito Alicia
se mira en el espejo, acompañado de dos entrevistas, y, en un cuaderno,
su colección de microficciones monoteatrales Medea encadenada
(monólogos, soliloquios, monoteatros sin palabras…).
Alicia se mira en el espejo y dos
de los textos de Medea encadenada, también inéditos, han
sido escritos especialmente a mi pedido y para esta editorial, dentro de
la cruzada que como hombre de la escena inicié a finales de los años
setenta por el auténtico monólogo escénico: el teatral, y que desde entonces ha
sumado en diversos países numerosas acciones de trascendencia. La publicación
digital de Alicia se mira en el espejo, Ediciones COMOARTES,
Colección Los Libros de las Gaviotas 25, Madrid / México D. F., 2013, incluye
además dos entrevistas (una inédita) mías a Salomé Guadalupe Ingelmo: “El
monólogo recrea una intimidad sin parangón” y “La narrativa es
introspección y revelación” con tanto extrapolable al universo del teatro
(que también narra) y proveniente de mi “Indagación sobre la narrativa” /
Contemporáneos del Mundo; todo para hacer de este libro un volumen preciado,
sobresaliente para el teatro y quienes crean dentro de, o con respecto a, su
galaxia. Mientras que la publicación digital de Medea encadenada y otros
textos dramatúrgicos hiperbreves, Ediciones COMOARTES, Colección Los
Cuadernos de las Gaviotas 97, 2013, reúne quince
monólogos, soliloquios, monoteatros sin palabras hiperbreves, la mayoría
premiados en concursos internacionales, algunos de modo absoluto o muy
relevante, por su originalidad, profundidad, belleza, rotundidades.
Alicia se mira en el espejo y los dos
hiperbreves “Lapsus en niña menguante” y “Penitenziagite”
/ Más dulce será la caída”, en Medea encadenada, se
suman ahora a otros monólogos y textos para lo unipersonal creados a petición
expresa mía y editados, por citar dos de los años setenta: Yo tengo un
brillante, de Nicolás Dorr, y La
Machuca, de Eugenio Hernández Espinosa, dramaturgos
cubanos contemporáneos de los más significativos a escala mundial que
escribieron así sus primeros monólogos. Y más recientemente, a los igualmente
solicitados por mí –y, estos, publicados ya por nuestra Ediciones COMOARTES–,
de grandes nombres de la escena: Desde el sótano, de Nicolás Dorr
(Cuba), Conversación con Pablo, de Sara Joffré (Perú), Bel La Bella, de Antonia Bueno
(España) y La luna y el pozo de Mar Pfeiffer; en tanto están en
proceso otros que he pedido a dramaturgos de España, de Cuba…
Alicia se mira en el espejo,
cincelado y clamoroso alegato contra la violencia de género, de la denuncia y
del compromiso, de la brillantez y de las múltiples significaciones, se inserta
en esta historia para añadir (junto a los dos textos hiperbreves de igual
excepcionalidad) una columna dramatúrgica poderosa y convocante.
Dos publicaciones, libro y
cuaderno, que son un homenaje a la escena de Ediciones COMOARTES desde las
excelencias de los dieciséis textos de Salomé Guadalupe Ingelmo que ya la CIINOE comienza a difundir
masivamente por el planeta.
El teatro, como el amor, es
horizonte habitado por todo lo que somos. F.G.C
Potente e inquietante el monólogo de Salomé Guadalupe Ingelmo: Alicia
se mira en el espejo. Pude ver y sentir ese espacio tan fuerte de
ropero-cárcel. Su publicación se inserta en la gran cruzada de la palabra que
hacen F.G.C , José Víctor Martínez Gil y Ediciones
COMOARTES. Mar Pfeiffer, dramaturga
argentina.
CON EL SUDOR DE QUÉ FRENTE
SECCIÓN:
CONSEJOS PRÁCTICOS,
SEÑALES,
ULTIMÍSIMA HORA
7:30 de la
mañana, un hombre de Cro-Magnon avanza aún somnoliento por la tundra en busca
de caza. Entre tanto, su parienta y los niños recogen bayas y lagartijas. No
muy lejos de allí, apenas cuarenta mil años después, el mismo Homo sapiens, trajeado y afeitado, se
dirige hacia la oficina. Deducción: sólo se puede llenar la cesta de la compra trabajando.
Al menos desde que el Señor nos expulsó del Paraíso, condenándonos a ganarnos
el pan con el sudor de nuestra frente. Y es que, aunque el trabajo dignifica a
la persona, también puede convertirse en una maldición.
Corríamos
tras un filete en el Paleolítico y lo seguimos haciendo ahora, aunque el de
ahora te lo den en bandeja termoformada y en nada recuerde al animal del que
–quiero seguir creyendo, porque dados los últimos experimentos para obtener carne
a partir de células madre…– ha sido extraído. Ciertamente entonces la empresa se
revelaba difícil, pues el mamut se resistía. No obstante no me parece que tras
la subida del IVA el acceso a la ansiada supervivencia vaya a ser tarea fácil.
Pero volvamos
a los grupos de cazadores de la Prehistoria.
Una cosa les aseguraba el éxito: la colaboración, actuaban en
bandas y por ello lograban su objetivo. Hoy el “cazador” se me antoja mucho más
solitario. Y sospecho que el mundo en el que vive y trabaja fomenta de modo
voluntario y nada inocente ese aislamiento. El grupo ya raramente está presente
en el ocio, pero tampoco lo está demasiado en el trabajo. Pocos son los que
saben trabajar realmente con los demás; la colaboración perece a manos de ese
mal entendido individualismo que hemos ido sobrealimentando en las últimas
décadas.
Nuestros
antepasados no estaban especializados; cada miembro del grupo era capaz de desempeñar
todos los trabajos necesarios para sobrevivir. En una economía de
supervivencia, donde no hay excedentes y es imposible acumular riquezas, sólo
cabe la igualdad social. El salto cualitativo en el mundo laboral comienza con
la división del trabajo y culmina cuando aparecen intermediarios: cuando a
alguien se le ocurre vivir del trabajo de los demás. El usufructuario del
propio esfuerzo no es ya uno mismo sino otra persona que nos paga en dinero por
ello. Introducimos por tanto un concepto nuevo, el de dinero, que comienza a
disociarnos de nuestro propio trabajo. El sistema se perfecciona con la Revolución Industrial
y el modo de producción capitalista: el trabajo se compra, se ejecuta a cambio
de un salario, y unos pocos, los capitalistas, se convierten en inversores y
obtienen beneficios de ese trabajo que no realizan en primera persona. Es aquí
donde entra en juego el concepto de plusvalía al que tantas vueltas le dio Marx.
Curiosamente
la crisis podría tener el efecto positivo de devolver a los trabajadores la
conciencia de clase, de recordarles su naturaleza gregaria. La desesperada
circunstancia podría servir como revulsivo para potenciar la solidaridad entre
sectores laborales, incluso entre aquellos por tradición –o pernicioso vicio–
más gremiales. Porque la situación actual a todos –o casi– nos afecta, y en
buena medida nos iguala.
Trabajar nos
permite subsistir y por tanto el valor del trabajo es incalculable: tenerlo o
no tenerlo puede significar la diferencia entre una vida más o menos holgada y
la indigencia e incluso la muerte. Ahora bien, el trabajo también debería
enriquecernos de otros modos; también debería servir para realizarnos. Y es
aquí donde nuestra sociedad falla, dado que sólo una pequeña parte de
afortunados parecen sentirse bien y crecer personalmente mientras lo
desarrollan, de modo que al final el trabajo se convierte sólo en un trámite
necesario para obtener dinero: en una verdadera maldición bíblica. La felicidad
queda relegada al tiempo de ocio. Pero curiosamente un sistema que prima la
competitividad y nos llena de falsos espejismos de éxito –habría que discutir
en qué reside el éxito realmente– o de expectativas materiales que sólo se
alcanzan comprándolas, nos deja cada vez menos tiempo para el asueto.
Los pequeños
grupo de cazadores-recolectores del Paleolítico trabajaban lo estrictamente
necesario para subsistir. Una vez alcanzadas las necesidades se daba paso al
ocio. La tribu se reunía y escuchaba historias a la luz del fuego, se jugaba
con los niños. Hoy la gente permanece aislada frente a la TV, y cuando comparte con sus
semejantes espacios, a menudo se aísla igualmente: mediante la oscuridad y el
silencio en los cines o mediante las cegadoras luces y el ensordecedor ruido en
las discotecas. Como apuntábamos antes, el hombre parece haber olvidado que es
un ser gregario, dentro y fuera del trabajo.
Cuando
salimos a buscar el pan ya no es posible topar con tigres dientes de sable; los
únicos colmillos son los del jefe o los del banquero que nos ofreció la
hipoteca. Sigue siendo un paisaje hostil e insidioso, aunque sospecho que la
lucha entonces no era más desigual sino más leal. Los paleontólogos, basándose
en el estudio de los restos óseos, no albergan ninguna duda: nuestros
antepasados vivían mucho menos. No seré yo quien lo rebata. No obstante a veces
me pregunto si no lo harían más felices. Al menos ellos sabían qué posición
ocupaba en sus vidas el trabajo: sabían delimitarlo y usarlo en su propio
beneficio, no se dejaban fagocitar por él.
Algunos
grupos étnicos minoritarios, por ejemplo en el Amazonas, siguen manteniendo
sistemas económicos muy similares a los de nuestros antepasados; no optan por
el crecimiento y acumulación constante que están llevando al agotamiento de los
recursos naturales del planeta, sino por la respetuosa convivencia con el medio.
Nosotros reducimos sus espacios vitales, esos que ellos explotan de forma
sostenible desde hace siglos, y los denominamos salvajes. Es cuestión de
opiniones. A mi me parece más bien un caso muy similar al de la zorra y las
uvas. Sentirnos superiores nos reconforta de camino al trabajo en el pequeño
utilitario del que aún nos quedan letras por pagar o en los transportes
públicos abarrotados. Mientras, las insaciables fauces se abren un día más…
Para escuchar la versión de Van Diemen's Land incluída en Celtic Spirit
Para escuchar Van Diemen's Land por The dubliners
Para escuchar a U2 interpretando Van Diemen's Land
SILENCIO JUSTIFICADO
SECCIÓN:
DEDICADO A,
ULTIMÍSIMA HORA
Existen, siempre, muchas vías para hacer escuchar nuestra voz. Toda mi gratitud para quienes han depositado en mí su confianza y me han permitido hacer escuchar la mía de la forma que más me gusta, a través de la narrativa: a la CIINOE y Ediciones COMOARTES, y en particular modo a José Víctor Martínez Gil que lo ha acompañado decisivamente en el proceso editorial. Así mismo, un recuerdo muy especial, lleno de afecto, para todos los compañeros que tan solidariamente han tenido palabras de fraternal aliento hacia esta antología y su autora, sobre todo para Fátima Martínez Cortijo, escritora, profesora y narradora oral escénica, Premio Iberoamericano "Chamán", y para Fernando Rodríguez Sosa, periodista y crítico literario, Premio Nacional de Periodismo Cultural del Ministerio de Cultura de Cuba. Prometo trabajar cada día con mayor ahinco hasta estar en un futuro a la altura de su generodidad.
“LA IMPERFECCIÓN DEL CÍRCULO:
INTROSPECCIÓN Y REVELACIÓN”
Ediciones
COMOARTES, como una de las acciones más relevantes en 2012 de sus cinco años de
fundada, presenta conjuntamente el primer libro de cuentos de la escritora
Salomé Guadalupe Ingelmo (España) y una entrevista a esta autora, dentro de mi “Indagación sobre la
narrativa” en la Colección Contemporáneos del Mundo, la más extensa hasta ahora
en dicha serie y, de hecho, por su número de páginas y excelsitud, un libro en
sí.
Los
títulos: La imperfección del círculo,
de Salomé Guadalupe Ingelmo, trece cuentos en antología de la propia
autora y a mi pedido expreso: once con diversos y significativos
reconocimientos literarios internacionales y nacionales, y dos inéditos
–apertura
y cierre–; y “La narrativa es introspección
y revelación” / entrevista a Salomé Guadalupe Ingelmo,
volumen titulado con una brillante afirmación de la escritora, de quien Ediciones
COMOARTES ya ha publicado, entre más, su excelente cuento inédito “Sueñan los
niños aldeanos con libélulas mecánicas” –para un primer cuaderno independiente–
en Los Cuadernos de las Gaviotas 6, Madrid / México D. F., España / México,
2010; y a quien ha incluido en la selección, realizada por el Director
Ejecutivo de estas Ediciones, el escritor José Víctor Martínez Gil: Antología de cuentos iberoamericanos en
vuelo (treinta autores de trece países).
Es
La imperfección del círculo una
antología rica, y de la belleza y la minuciosidad. Marcada por el ejercicio de
la escrupulosa composición, por un lenguaje cuidado al extremo, se advierte de
principio a fin una preocupación desmesurada, inusual, por las palabras. No
sólo por lo que éstas dicen, sino también por lo que sugieren en un plano
racional y emotivo. Su autora se revela experta en apelar al inconsciente del
lector, logrando implicarlo y conmoverlo con una prosa que, desde una poderosa
convocatoria, tantas veces destila lirismo; una prosa siempre emotiva, de la
más elevada sensibilidad.
Y
todo ello aderezado con una concepción absolutamente moderna del relato en
tanto estructuras, con unos tiempos casi cinematográficos que hacen extremadamente
fluida y amena su lectura. Unas formas que la revelan hija de su tiempo y
heredera de grandes directores, sin renunciar por ello a la inestimable herencia de los
imprescindibles autores clásicos, de los que la escritora claramente ha sabido
nutrirse.
Se
puede afirmar que esta antología es un ejercicio de sinceridad y honestidad. Y,
desde los múltiples argumentos tratados, es al mismo tiempo, libro de gran cohesión
y coherencia; donde la autora nos revela muchas de sus preocupaciones respecto
al mundo actual. Respecto al ser humano: el de ahora y el de siempre. Porque como
su propio título indica, parecemos dispuestos a cometer los mismos errores una
y otra vez hasta el fin de los tiempos. Tras el texto, y sin fatalismos, se
vislumbra una mano intencionada a plantar batalla por las causas que considera
justas; aún dispuesta a confiar incansablemente en la capacidad de redención
humana.
Desde
la literatura como arte, esta colección de relatos es, a la par que riesgo
narrativo de virtuosismo y brillantes convocaciones de la expectación, una llamada
a la reflexión. Al cambio. Abrimos
la puerta, que ella primero ha abierto con su talento, a una autora franca, sin
disposición a fariseísmo alguno para ganarse el favor del lector; a una
escritora comprometida con la literatura, pero también, muy seriamente, con su
propia especie. Damos satisfechos en nuestras Ediciones la bienvenida al primer
libro –como lo hicimos a su primer cuaderno– de un ser humano que lucha tenazmente
contra el escepticismo respecto a su especie. Sin duda alguna, con La imperfección del círculo, Salomé Guadalupe
Ingelmo rubrica su compromiso con la que a todas luces, en lo más íntimo,
considera su causa: mejorarse y mejorar al tiempo a sus semejantes.
Una
serie de retratos de Salomé Guadalupe Ingelmo realizada por el reconocido
pintor español Alejandro Cabeza en http://www.alejandrocabeza.net/
permite completar la visión de la
autora de La imperfección
del círculo desde la poderosa personalidad y diversas facetas que
transmiten las imágenes creadas con maestría.
Y
completamos la presentación con una entrevista a la escritora que
se inscribe
en un conjunto ya extraordinario, el que he logrado reunir
interaccionando con prestigiosos escritores, en mis series “Indagación
sobre la dramaturgia, la narrativa, la poesía”.
Ediciones
COMOARTES
CONTEMPORÁNEOS DEL MUNDO
No. 22
INDAGACIÓN SOBRE LA NARRATIVA
ENTREVISTA A
SALOMÉ GUADALUPE INGELMO
(España)
"LA NARRATIVA ES
INTROSPECCIÓN Y REVELACIÓN"
De las
preguntas:
–Si tuviera que indicar
siete puntos indispensables
a los que debe responder como arte literario una obra narrativa,
¿cuáles señalaría?
a los que debe responder como arte literario una obra narrativa,
¿cuáles señalaría?
De la
respuesta a otra pregunta:
"La narrativa nos permite reorganizar el mundo,
darle un sentido a
nuestra presencia en él.
Nos ayuda a
descifrarnos y comprendernos,
a enfrentarnos a
nosotros mismos
y perder el miedo;
a ser más libres.
Nos concede más
elementos de juicio y más argumentos.
Y por ello nos
hace también más indulgentes y tolerantes:
nos ayuda a
preocuparnos por entender a los demás.
Nos permite
descubrir otras vidas y vivirlas
cuanto menos en nuestra imaginación.
A veces, con un
poco de suerte,
incluso nos ofrece
ejemplo y alternativas
para cambiar
realmente la nuestra.
La narrativa nos
recuerda que no estamos solos.
Por eso, en una
sociedad cada día más incomunicada,
resulta esencial
para conservar nuestra humanidad,
para no acabar de
olvidar que somos seres gregarios.
La narrativa
apacigua esa soledad que a menudo nos corroe.
(…)
Salomé Guadalupe Ingelmo por Alejandro Cabeza |
SOBRE LA IMPERFECCIÓN DEL CÍRCULO SE HA ESCRITO
Salomé Guadalupe Ingelmo es
mujer de densidades, de manejo soberbio de la palabra, de exploración de
la naturaleza y de los cuerpos y sus mentes. Desde ahí, sus cuentos del
libro La imperfección del círculo se sumergen en imágenes que
pudiéramos tildar de oníricas pero que parecen apoyarse en recuerdos,
lecturas y descubrimientos personales (un fragmento familiar, una imagen
pictórica, un retazo de historia, un juego simbólico...). Ha bebido de
los grandes y juega con sus imágenes literarias, se ha dejado impactar
por sus huellas. Sin embargo, cautiva por sus sugerencias y
atrevimientos. No se frena, no se contiene, no compendia, sino que se
desborda y presenta cuadros de pinceladas profundas donde el suceso es
mínimo y los colores son protagonistas. A veces la intensidad extrema
marca la estructura, y en ocasiones el desenlace no importa tanto como
el arranque vital e
indiscutible: Con sus textos el lector se ha de entregar para entender,
no debe suponer, sino confiar y, claro es, no puede ser un lector
primerizo, porque el hermetismo de algunos pasajes y el conocimiento de
los antecedentes es condición sine qua non para disfrutarla. Su creación
es para no perdérsela.
Fátima Martínez Cortijo, escritora y profesora, narradora oral escénica: Premio Iberoamericano "Chamán".
En La Habana, a 16 de diciembre de 2012
Salomé Guadalupe Ingelmo
se me ha develado ahora, gracias a Ediciones COMOARTE, en su real alcance y trascendencia.
No sólo me han llegado sus relatos, verdaderas joyas narrativas de cuidada e
impecable factura, textos que cuentan de las realidades y conflictos del ser humano
y su mundo. He conocido, también, quizás como necesario complemento a sus
historias de ficción –y conducido por el inteligente cuestionario formulado por
el maestro , las ideas, los puntos de vista, las
opiniones, que, sobre el arte de narrar, preocupan y ocupan a esta talentosa escritora
española. No se equivoca, por ello, cuando categóricamente afirma que la narrativa
nos ayuda a no olvidar, a recordar o a descubrir quiénes somos; a forjar y defender
nuestra identidad. Salomé Guadalupe Ingelmo está convencida de la certeza de sus
palabras y, quien lo dude, que lea estos cuentos antologados en La imperfección del círculo.
Fernando
Rodríguez Sosa, periodista y crítico literario, Premio Nacional de
Periodismo Cultural del Ministerio de Cultura de Cuba.
En geometría, el círculo es la base de todo elemento gráfico a realizar. Es hermoso, definitivo y preciso. A partir de él nace cualquier otra forma.
El libro La imperfección del círculo de Salomé Guadalupe Ingelmo es una precisión de la escritura, por su desbordante capacidad creativa y por la fascinación perfecta que desata en los ojos que desgranan sus historias. Historias con una base humana y emocional incontestables. La imperfección del círculo es la obra de una arriesgada e inmensa artista de la literatura, que nos lleva irremediablemente cual sombra de nuestro ser, a perseguirla hasta que nos damos cuenta de que es parte nuestra.
Además, en un mágico descubrimiento, al leer el índice con los títulos de sus textos, descubrí una increíble historia, como si su creadora no hubiese querido que la obra finalizara con el punto final del último cuento.
La imperfección del círculo es la precisión maravillosa de la emoción y de las palabras.
José Víctor Martínez Gil, escritor y artista oral, Director Ejecutivo de la CIINOE, Premio Iberoamericano “Chamán”.
En geometría, el círculo es la base de todo elemento gráfico a realizar. Es hermoso, definitivo y preciso. A partir de él nace cualquier otra forma.
El libro La imperfección del círculo de Salomé Guadalupe Ingelmo es una precisión de la escritura, por su desbordante capacidad creativa y por la fascinación perfecta que desata en los ojos que desgranan sus historias. Historias con una base humana y emocional incontestables. La imperfección del círculo es la obra de una arriesgada e inmensa artista de la literatura, que nos lleva irremediablemente cual sombra de nuestro ser, a perseguirla hasta que nos damos cuenta de que es parte nuestra.
Además, en un mágico descubrimiento, al leer el índice con los títulos de sus textos, descubrí una increíble historia, como si su creadora no hubiese querido que la obra finalizara con el punto final del último cuento.
La imperfección del círculo es la precisión maravillosa de la emoción y de las palabras.
José Víctor Martínez Gil, escritor y artista oral, Director Ejecutivo de la CIINOE, Premio Iberoamericano “Chamán”.
Mercedes Sosa interpretando Siembra
PRIMERAS NIEVES EN EL PINAJARRO
SECCIÓN:
METÁFORAS,
RUTAS EN INVIERNO,
SEÑALES,
ULTIMÍSIMA HORA
Estos días, casi siempre, mal tiempo: lluvia, fortísimo viento... En las cumbres, lecho de hielo. Paisaje para perderse, porque perderse fuera a menudo equivale a encontrarse por dentro.
INSOMNIO
Ya no quiero cerrar los ojos,
aunque ocaso manda:
paraje deshabitado
en mi lecho de escarcha
ausencia de sueños:
sabana blanca
El sol está lejos;
quizá me descongelen
del cielo las lágrimas.
(S. G. I. Madrid, a 4 de noviembre de 2011)
Para escuchar a Secret Garden interpretando su Adagio
http://www.youtube.com/watch?v=nNL9Lole-iE&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=nNL9Lole-iE&feature=related
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