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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

GILA, ESE VISIONARIO PROFETA

Palacio Real de La Granja de San Ildefonso

Últimamente escucho críticas feroces y arbitrarias, totalmente irracionales, contra el nuevo anteproyecto de ley en materia de Seguridad Ciudadana. Si Gila viviese calmaría los ánimos, en un santiamén, dando una explicación coherente. ¿Que pretenden multarnos por no dejarnos aporrear, y también por dejarnos, en cualquier manifestación pública de nuestro desacuerdo o desencanto?... Justo, y totalmente justificado. No es por falta de talante democrático ni por incapacidad para aceptar las críticas, no. Lo que sucede es que, igual que nuestros hijos siguen desgastando patios de colegio y campus universitarios con las suelas de sus zapatos, los duros cráneos de los ciudadanos, al ser abiertos, desgastan las porras de las fuerzas del orden que las gentes de bien lanzan contra los insurrectos y desharrapados. Y alguien tendrá que pagar ese dispendio, digo yo.
Y es que tenemos un follón con la guerra, que no nos aclaramos. Es lo malo de la guerra, que tiene un peligro...

Cuerda de presos_José María López Mezquita
Cuerda de presos, José María López Mezquita

Para escuchar a Víctor Manuel interpretando Déjame en paz

TIEMPO DE MATANZA

Último vistazo a la libertad


EL JUGADOR

A los reyes y damas de la baraja

No hay justicia
para quienes marcan la suerte
como tahúr a la equis del tesoro
no respetan las cartas
ni enseñan las manos
bajo cada puño
un puñal taimado
saben siempre guardar la ropa
por si hay que salir nadando
en danza pervierten los términos
construyen leyes a su antojo
merecieran las picas
y sin embargo
sacan tréboles de cuatro hojas
todo el rato
bastos son por más que se embocen
de pensamiento primario
se deshacen de los corazones
para ellos sólo una cosa cuenta
y en pos de los diamantes corren
montados en los caballos
a huir a paraísos fiscales
donde celebrar con las copas el desfalco.
pero ese farol que calienta y no alumbra
que se hinchaba y subía
cual globo aerostático
ha de acabar sin combustible y pinchado
fin a la inmunidad
                                                       poco diplomática
pesan demasiado los cabos
                                                     sueltos
se deshará del lastre quien flota
                                                                  por encima
aferrado a su propio naufragio
A cada cual le llega su once de noviembre
y ése sorprende siempre
muy poco preparado.
                                                                                                              (S. G. I, Madrid, 27 de noviembre, 2013)


San Martín y el mendigo, El Greco
San Martín y el mendigo, El Greco

Para escuchar a Kenny Rogers interpretando The Gambler

HOMENAJE


 
Nos despertamos, en vísperas del aniversario del fallecimiento de Fernando Fernán Gómez, con la noticia de que el Teatro Fernán Gómez de la plaza de Colón, en Madrid, ha pasado a llamarse Centro Cultural de la Villa. Casi tan miserable como negarle a una víctima inocente de la avaricia empresarial y la dejadez o connivencia política el nombre de una calle, por poner un ejemplo.
Superado el primer impacto propinado por la elegancia y sensibilidad de la medida, uno se dice que en realidad no ha de asombrarse: quizá nada distinto se deba esperar de quienes pretenden mantener al ciudadano secuestrado en su casa, víctima de un silencio artificial e impuesto a golpe de multa, tribunal y porra. Demasiado libre e íntegro, Fernán Gómez, demasiado sincero, para convertirse en santo de según qué devociones. No importa que fuese un creador polifacético, un verdadero hombre de cultura; uno de esos que jamás confundirían al escritor Saramago con la pintora Sara Mago, por ejemplo. No importa porque cada uno busca a sus afines, y en ese espejo se mira y reconoce. Y entonces uno se dice que, seguramente, el teatro de Colón pasará a llevar un nombre más acorde con las circunstancias; que estará dedicado a otro intelectual más merecedor del honor, más a la medida de quienes mandan. Quizá... Alfred Rosenberg, se me ocurre.
Ah, no, perdón, craso error: éste no habría impuesto multas de seiscientos mil euros por entorpecer la misa. Tanto trabajo, Jesús, tanta fatiga para distinguir las dos caras de la moneda; tanto manifestarse, públicamente expuesto a las iras del tirano ‒propio y extranjero‒; tanto sacrificio... para acabar así, para llegar a "esto".
La decisión se puso en práctica este miércoles. Sin embargo el todo poderoso político de turno, con su imagen herida de muerte y recién salida de su enésima ‒es un decir: en Madrid ya hemos perdido la cuenta‒ torpeza, visto lo impopular de la medida, intenta sacar partido de la desafortunada coyuntura ordenando la restitución del nombre de Fernán Gómez a su lugar el jueves, de emergencia. Ahora el edificio, en un nuevo refrito, pasará a llamarse Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa.
La Damnatio memoriae era una práctica muy difundida en la Antigüedad: Egipto, Mesopotamia, Grecia, Roma... El hombre ha manifestado su salvajismo más o menos por igual en todas las partes del mundo. Entonces ‒y no sólo: ejemplos contemporáneos los encontramos bajo el estalinismo y otros regímenes de diverso signo‒ era costumbre suprimir de todos los monumentos e inscripciones el nombre del enemigo caído ‒la abolitio nominis romana‒, o incluso del gobernador precedente. Borrando su nombre, se pretendía borrar también su memoria. Aniquilar definitivamente al oponente: condenarlo al ostracismo eterno.
Pues bien, los mezquinos y mediocres no pueden deshacerse tan fácilmente de la imagen que tanto les incomoda: la profesionalidad, la integridad, la dedicación, la vocación de servicio, el saber hacer y el amor al trabajo y al prójimo; el respeto por el hombre y sus cosas, en definitiva, no se olvida fácilmente. Porque hay comportamientos que se convierten, por derecho propio, en ejemplo de vida. Y otros que, por execrables, sólo sirven para demostrarnos que, por oposición, vamos por el buen camino.
Una pena que haya carnes con tan poca alma.

Lo que hay
Hay el alma
y hay la carne
(¿hay el alma y hay la carne?)
¡Qué pena, amor, esto sólo!
(¡Qué pena, amor, esto solo!)
¡Tanta carne
ensuciando mi alma!
(O tanta alma
ensuciando nuestra carne.)
Dudoso porvenir,
segura belleza,
tengo, amor mío,
para subir al cielo al contemplarte,
dos ojos en la cabeza.
                                                                                                            Fernando Fernán Gómez, antología El canto es vuelo

El ángel del hogar, Max Ernst

Para escuchar a Sting interpretando The shape of my heart

CONSERVAR LAS ALAS


     Inmersa en otros asuntos que me reclaman, mi pensamiento volará hacia vosotros.


programa

EL DESTINO DEL PEZ



PENA NEGRA
pegajosa
persistente
ciega
espesa como palabra
oscura como lo muerto
escama que ya no brilla  
pez volador que no vuela
boqueo
fuera del agua
donde sólo queda
cieno
                                                                (S. G. I, Madrid, 20 de noviembre, 2013)   

Destinos, Raquel Forner

Para escuchar a El último de la fila interpretando Trece planetas
http://www.youtube.com/watch?v=UrlAO1qmm3A 

Para escuchar a Manolo García interpretando Pájaros de barro 
http://www.youtube.com/watch?v=rHs7HIakQ2s 
 

POR ENCIMA DE QUÉ POSIBILIDADES

Palacio del Marqués de Dos Aguas
Palacio del Marqués de Dos Aguas (Valencia)

TOCAR EL FONDO
Hemos vivido
por encima
de nuestras posibilidades
afirman
en el noticiario.
Y aun resistiendo yo
también empiezo a creerlo.
Me lo susurra la asfixia
a cien mil pies sobre el nivel
que no alcanzo:
ni rastro de oxígeno,
la mano sobre el pecho
descarnado.
Lo confirma
el vértigo 
del suelo que no piso.
Y es tan lejano...
que la añoranza de los sueños
que ya no sueño,
sorprendida por mañana,
a la luz del día
o entre sombras,
se me funde en las manos.
Mirábamos con indiferencia
hacia abajo;
con reverencia y devoción,
hacia arriba.
Confiando sólo en la fe,
ciegos.
Despreocupándonos de la física:
fingiendo no recordar
que la ley de fluidos
o los fluidos sin ley
pueden generar una deriva.
Hemos vivido
por encima:
ajenos
al estado de razón
por razones,
de estado,
decían.
Ahora nos entierran
acomodados
en la burbuja de esa mentira:
de su telediario
por fin
somos los protagonistas
                                                                                                           (S. G. I, Madrid, 8 de noviembre, 2013) 



Laureano Barrau Buñol
Los Prisioneros‏, Laureano Barrau Buñol

Para escuchar a Phil Collins interpretando Can't turn back the years

DESAVENENCIAS CONYUGALES

Monumento a la Celestina (Salamanca)

DEL PASADO EFÍMERO
Estás viejo, estás gastado;
vas repitiendo aquí y allá
tu trasnochado ideario
de aquella España que paso
y no ha sido
Ésa que hoy tiene la cabeza hueca
y los bolsillos vacíos.
Les reprochas que no te quieren
porque son unos desagradecidos.
Cómo te van a querer
si sólo miras hacia atrás
a efímero legado
construido sobre cimientos de barro
(los fondos para el cemento
cayeron en otras manos).
No hablamos la misma lengua
ni vestimos los mismos paños.
No compartimos especie
ni vemos lo mismo
cuando miramos.
Tú, en esa realidad virtual
fruto de tu desbordada mollera
(sueldos vitalicios, relaxing trips, bodas reales...);
yo en la parrilla de siempre,
cociéndome a fuego
lentamente.
Me esfuerzo por entenderte,
pero es como escuchar a Chiquito
de la Calzada.
En spanglish o texano,
sólo saco una cosa en claro:
terrible querer ser el centro
estando tan descentrado.
                                                                 (S. G. I, Madrid, 5 de noviembre, 2013) 
 

El gran masturbador, Salvador Dalí

Para escuchar a Ismael Serrano interpretando La extraña pareja

REENCARNAR LIBRE DE CONCIENCIA

Roca en el parque de Peñalara (Madrid)

SI PUDIERA
Que sobre mí cayese la lluvia
y restañase
sin calar.
Sentir la tierra firme
enraizada bajo mi peso,
abrazada por el tacto mórbido
del musgo,
coronada por liquen de cementerio.
Ver la vida pasar sin un respiro,
sin una inquietud que turbe
el sueño.
Dormir y descansar un tiempo
eterno.
Del don de la inconsciencia
disfrutar
como una piedra
aislada del resto:
esférica,
impenetrable
indolente...
ignorando el universo.
                                                              (S. G. I, Madrid, 3 de noviembre, 2013) 
 

Mujer de Lot - Raquel Forner
Mujer de Lot, Raquel Forner


Para escuchar a Simon & Garfunkel interpretando I'm a rock
Pero como en realidad, a pesar de todo, soy animal gregario, me quedo con la siguiente versión

JARDINES DE PIEDRA PARA RETOÑOS CERCENADOS

Fauno del Museo Sorolla (Madrid)

INMUNE A LA PÁTINA

Llueve del ojo supremo
no importa
no reconozco más llanto
que el del caimán
hermano
nada perturba mi sueño
metálico
impermeable al dolor
extraño
en el jardín circular
resido
de mi dominio inalterable
no salgo
                                                                                                               (S. G. I, Madrid, 1 de noviembre, 2013) 

Mujer con máscara, Lorenzo Lippi

Para escuchar a Radio Futura interpretando La estatua en el jardín botánico

THE GREAT STONE FACE

"En el país de los jamones" (El Pardo, Madrid)

Hoy en día, en pleno siglo XXI, lo inmovilista, rancio y anticuado es la esclavitud. Cuando unos seres humamos, considerados de segunda categoría por su nacimiento, pertenecían a otros que se aprovechaban de su trabajo y les robaban la dignidad, el pan, la salud, el acceso a la cultura e, incluso, la vida si así lo deseaban. Cuando los esclavos habían de mendigar la mísera existencia, padecer e incluso morir en silencio. Para no molestar.
Pasaron los tiempos en los que sólo se podía contestar "sí, bwana". Yo lo entiendo. Pero el hombre blanco que no acepta que se le cuestione cuando hace las cosas mal y las dice aún peor, no. No puede porque quedó anclado en una visión social del pasado. O, depende de cómo se mire, muy del futuro ‒a este paso, próximo, me temo‒: así como de 1984 o de Farenheit.
O sea que lo rancio es oponerse a la privatización... No me suena. Diría que desde que Espartaco llegó a la conclusión de que ya estaba bien de jugarse el pellejo para divertir a los de arriba, que si querían entretenerse bien podían comprarse un mono; desde que Jesús pegó el primer zapatazo, o más bien “sandaliazo”, en el suelo del templo para recordar que había que recuperar lo que a cada uno correspondía por legítimo derecho, en adelante, los revolucionarios, los visionarios de ideas innovadoras y perseguidas, han estado siempre en el otro lado de la moneda: en la cruz, en la que no pertenece al césar. Que sea de Dios o no, ya dependerá de cada quien. Aunque, no me cabe duda, Dios, de existir, está justamente de ese lado y no del otro. Diría que lo avanzado ‒no me gustaría llamarlo "moderno" porque se me hace frívolo‒ son las conquistas sociales. Ésas de las que, viniendo de tanta represión, dictadura y caciquismo, logramos pocas con mucho esfuerzo. Y de las que cada día vamos conservando menos.
El capitalismo no supone ninguna innovación a estas alturas de la película. De hecho, como la realidad cotidiana demuestra, es un sistema muerto. Tampoco hay que alarmarse más de la cuenta: nada es eterno y un sistema incapaz de pensar en el mañana, basado en pulirse los recursos de todo tipo sin control aunque eso signifique al tiempo autofagocitarse, todavía menos. No es la primera ni será la última vez que una forma de organización o régimen llega a su fin. No implica el Apocalipsis. Al menos no para el ciudadano medio, el que está habituado a vivir modestamente y cultivar pocas pretensiones; el acostumbrado a arrimar el hombro y emplear su creatividad para construir de nuevo.
Sin embargo, evidentemente, hay quien, menos resignado y peor acostumbrado, se aferra desesperadamente a los despojos, disputándose los últimos pedazos con ferocidad. Nada que objetar si estuviésemos en un documental del National Geographic. El problema es que su supervivencia no peligra ‒aquí de lo que se habla es de mantener un estatus alcanzado con métodos ignominiosos; de acaparar riqueza a expensas de los más necesitados mientras aún se pueda, y caiga quien caiga‒ y los huesos que pretenden mondar hasta el tuétano son de otros seres humanos que luchan denodadamente por sacar adelante a sus propias familias: enfermos, ancianos, niños... Ya no hay caramelo que robar de boca infantil a la puerta del colegio; el sueldo no da para “chuches”. Así que ahora se conforman con mangarles a los críos el bocata de chorizo ‒si llega para eso. El pan, en los peores casos‒ bajo las narices de sus impotentes padres. A los que, además, ningún empacho impide llamar vagos, poco previsores o egoístas: si no les llega para pagar los estudios de sus hijos, seguramente será porque deciden destinar sus pingües ingresos, quizá los del subsidio de desempleo ‒puede que obtenido, como en buena parte de los casos, defraudando ‒, a otros fines, como comprar teles de plasma o hacer viajes al Caribe. Y en tal caso, se lo tienen merecido. Para citar a otra de las muchas mentes preclaras de nuestro tiempo: “que se jodan”. Es que nuestros ideólogos y pensadores, nuestros prohombres y promujeres, nuestros autodenominados “barones” ‒aunque, en su mayoría, cueste encontrarles la nobleza por algún sitio‒ poseen un vocabulario muy amplio.
El copago es, en definitiva, "una medida feliz"... "Feliz"... Ah, ya. Se ve que, en según qué mentes, Huxley caló muy hondo.
Pero claro, qué vamos a esperar de alguien que define el copago farmacéutico ‒es decir, volver a pagar lo que el ciudadano paga ya, presuntamente, con sus impuestos. Ésos con los que se dobla el presupuesto a la financiación de partidos mientras se deja en la mitad los fondos destinados a la Dependencia‒ como "justicia social".
Y uno se pregunta si llegará el día en que nos levantemos y, durante veinticuatro horas, sólo veinticuatro cochinas horas, ningún cargo público haya metido la pata en el charco. Es, por supuesto, un eufemismo, porque ellos no se dan por satisfechos si no chapotean y se rebozan bien en el lodazal. Cada uno responde a su propia naturaleza, es comprensible.
Así es normal que al que todavía se puede permitir desayunar mojando una magdalena en el café con leche, se le encasquille la masa en la garganta. Es que hay cosas que, claramente, no se pueden tragar.

Recolectores de algodón - William Aiken Walker
Recolectores de algodón, William Aiken Walker

Para escuchar a El Koala interpretando, Opá, yo vi acé un corrá 

SI HEIDEGGER LEVANTARA LA CABEZA...

"Clama al Cielo". Cruz del Humilladero, Salamanca


Está claro que todos tenemos un cerebro. Sin embargo no todos lo usamos, ni somos todos animales racionales. Ya sobre la sensibilidad y cualquier otra cualidad que dependa de una parte más espiritual e intangible del ser humano ‒supuesto que sea humano‒... mejor ni opinar: se vuelve todo demasiado difícil de medir, calibrar y pesar. Aunque algunos se empeñen en tener la báscula perfecta para ponernos cuarto y mitad de solidaridad, repulsa, indignación o afecto. Según exijan las circunstancias y convenientemente envuelto en papel encerado, para que conserve por más tiempo su espejismo de frescura.
Tener y ser no es, claramente, lo mismo. Por mucho que en las últimas décadas hayan querido confundirse los términos. Yo aconsejaría la lectura de Fromm, en concreto su Del tener al ser. Para quien pueda o quiera entenderlo, claro.
Como la Filosofía, a vueltas con el mismo problema desde hace siglos, pone de manifiesto, tampoco ser y estar son lo mismo. Y aquí aconsejo la lectura de, por ejemplo, Heidegger (Ser y tiempo) y Sarte (El ser y la nada). Definitivamente, para quien pueda entenderlo. Por lo que, a todas luces, quedan excluidos, para empezar, determinados cargos públicos. Básicamente esos que tachan de ignorantes, sin más, a quienes se atreven a exprimir sus propias meninges y discrepar, después, de ellos.
Dice una insigne voz de nuestro tiempo, un fiel reflejo de los vientos ‒racheados: ahora digo y, donde dije, Diego. Ya sea ante los micrófonos, los votantes o los jueces; en esto, sólo en esto, sí somos democráticos‒ que corren, que "lo importante es estar". No, que va, lo importante es ser. Que no es lo mismo.
De hecho, si hacemos caso a Descartes y su cogito ergo sum... Y ya si nos metemos en conceptos más farragosos como el Dasein, "ser-en-el-mundo", de Heidegger; si nos planteamos que el ser, en el ámbito humano, se convierte necesariamente en ser-para-otro, en Miteinandersein o en un estar-junto con otros en una relación de reciprocidad indisoluble de lo humano... Entonces, habría que deducir que ser, lo que se dice ser, somos sólo algunos. Ahora, estar... Eso ya es otra cosa.

 
El buey desollado, Rembrandt


Para escuchar a Joan Manuel Serrat interpretando Algo personal

HABLA, CHUCHO, QUE NO TE ESCUCHO

"Tú, disimula"

La táctica de taparse ojos y orejas mientras se profieren sonidos ininteligibles (o "ininteligentes") en el vano intento de (con)vencer, con escaso éxito, de que no nos enteramos de cuanto sucede a nuestro alrededor, o al menos de aquello de lo que no nos interesa enterarnos... Hombre, cuando éramos críos todavía tenía un pase; pero en cargos públicos hechos y derechos (nunca mejor dicho)... da más pena que risa. Y no, desde luego no consigue provocar como pretende. Más bien hace sentir una nostalgia infinita de aquellos tiempos en los que aún existían figuras de altura en el panorama político de nuestro país, hombres y mujeres de ideales (compartidos o no) a la par que de cultura: Niceto Alcalá-Zamora, Emilio Castelar, Antonio Cánovas del Castillo, Clara Campoamor, Vicente Blasco Ibáñez, Manuel Azaña…. Luego fueron viniendo poco a poco las vacas flacas, las devaluaciones, los recortes... hasta que nos quedamos con esto. En fin.
Una pena que sobre tanta autosuficiencia mientras se anda deficitario de eficiencia. Qué ejemplo de lucidez y humildad el de Sócrates (en boca de Platón) cuando decía aquello de “sólo sé que no sé nada”. Pues, entonces, cómo estarán los demás, esos que ni siquiera logran advertir –o reconocer– sus propias y enormes carencias. Y por cierto, hay quienes ocupan cargos de responsabilidad y ni siquiera parecen tener aprendidos los conceptos más básicos para andar por el mundo. No me extraña que el informe PISA nos ponga esas notas tan catastróficas: escuchando las declaraciones públicas de algunos de nuestros “representantes”... Hasta yo, que soy de Letras, sumo con discreta eficacia si me dejan usar los dedos. Y dos y dos, lo mire como lo mire, me salen siempre cuatro. Pero, extrañamente, las sumas no dan el mismo resultado si se dejan en otras manos. Probablemente porque ésas están más acostumbradas a la sustracción que a la adición. Es curioso como las matemáticas más básicas, que parecieran una ciencia exacta[1], se han convertido en un misterio insondable, dogma de fe (mala, evidentemente), en poder de según qué personajes. Claro, las cosas han cambiado tanto desde que yo estudiaba... Y más que van a cambiar como no pongamos coto a los abusones que pretenden adueñarse de todo el patio para convertirlo en su cortijo particular. Segregar -los chicos de las chicas, los ricos de los pobres...- es, el general, muy mala praxis. Acostumbrémonos a multiplicar más que a dividir; a jugar todos juntos. Para no tener que ver la baraja hecha pedazos definitivamente mañana.


[1] A los de Ciencias que estáis ahí: sí, ya sé que resulta más que discutible; pero por el momento tenemos bastante trifulca en marcha como para ponernos tiquismiquis también con esto. 


Ecce Homo 13, Thomas Demuth

Para escuchar a La Trinca interperando La patata

NO ME MIENTAS, QUE NO TE OIGO

"Lo estamos perdiendo" (pino medio seco en Peñalara, Madrid)


Día 21 por la mañana, llamo para pedir cita en el otorrino. En el centro médico más próximoo dan fecha para dentro de cuatro días (resulta que el especialista está sólo los jueves). Me parece mucho esperar, tras el fin de semana, sin tener noticias del mundo por un oído, así que llamo a mi siguiente opción más cercana. Allí me ofrecen un hueco el día 29. Sigo la ronda…
La historia, al final, termina bien: sin necesidad de tener que acabar saliéndome de la provincia, encuentro una clínica en la que, por intervención divina, estoy segura, alguien ha cancelado su cita para mañana.
Pero no, no se han producido recortes en sanidad en este país. Y mucho menos en la siempre eficiente Villa y Corte, ese pequeño reino ajeno que lleva de rodillas tanto tiempo.
Por cierto, que no cunda el pánico; la cita no era para mí –vista de águila y oído de lince–. No, yo sigo viendo y oyendo con claridad tan meridiana como escalofriante.

¿De verdad vamos a aceptar la perdida sin más? Mi comprensión, agradecimiento y solidaridad para docentes y profesionales de la medicina, para aquellos que, por verdadera vocación, siempre han estado más cerca de sus congéneres y más se han implicado en el bienestar de éstos, aún a costa de las repercusiones en sus propias vidas.

Triste herencia-Joaquín Sorolla
Triste herencia, Joaquín Sorolla

Para escuchar a Phil Collins interperando Against All Odds

MUJER FATAL

Gárgola salmantina (Casa de las Conchas, Salamanca)

HA NACIDO UNA ESTRELLA
(LA NOVIA DE FRANKENSTEIN)

Gárgola de pedernal inflamable,
hidra de siete cabezas,
medusa de mirada mortal
y venenosa melena.
De su boca incontinente:
ríos de palabras hueras,
improperios e injurias
como única respuesta.
"Donde no hay mata
no hay patata",
decía mi difunta abuela.

Simulacro de mujer fatal,
se enamoró del espejo.
Para cruce entre Jessica Rabbit
y Margareth Thatcher estudió
con más empeño que éxito.
Qué garbo, cuántos arrestos.
Derroche de ponzoña 
en botella tan pequeña.
Pues recortes y remiendos
nunca traen buenas consecuencias.
Con paso firme y marcial,
avanza pisado fuerte (cabezas).
De tener unos centímetros más,
la confundiríamos con una modelo
y no con la pregonera.

Qué carácter, qué revés
(sin necesidad de raqueta).
Si parece la reencarnación del dóberman
liberado de su cadena.
Y pensar que, hasta hace poco,
se habría dicho mujer común,
una prudente y austera;
una a la que el puesto
no se le subiría a la sesera.
Una que haría los deberes en silencio.
En definitiva, una niña buena.

Ahora vuela por las noches
sobre su escoba oficial
y sueña pasar de copiloto
a llevar las riendas del percal.
Ya no tiene corazón,
tampoco le queda cabeza.
Le pusieron una gorra de plato
y de repente perdió la chaveta.
Planea en círculos viciados
fiel a su torpeza.
No sabe dónde está el norte,
ni siquiera le interesa;
parece que le nubló el poder
las últimas entendederas.
                                                      (S. G. I, Madrid, 20 de octubre, 2013)


Lady Lilith-Dante Rossetti
Lady Lilith, Dante Rossetti

Para escuchar a The hollies interperandp Long cool woman (in a black dress) 

EN UNA ISLA A LA DERIVA

Amanecer en Peñalara, desde donde el cielo está más cerca

NANA PARA UN NIÑO AHOGADO
Naufraga el sueño
al despuntar el alba.
En isla de piedra encallo;
imposible atravesar sus murallas.
Yo buscaba lejanas sirenas
atraído por falso canto;
cegado por brillantes escamas,
tentadores doblones piratas.
Pero ellas no tienen corazón;
por treinta míseras monedas
han vendido sus almas.
Yo no sabía del mundo:
con eso yo no contaba.
Eran sólo simulacros de chocolate:
baratijas para niños hambrientos
que entretendrán peces y algas.
Cuna de coral, sonajero de ostras.
Cántale, tú que puedes,
 nana eterna,
caracola.
¡Mi niño es el rey del mar!
¡Mi niño ya tiene patria!
Mi niño es señor
de cuanto sus cuencas vacías abarcan.
Duerme, mi niño muerto,
y sueña volar sobre manta raya:
salir de tu reino mudo
a lomos de alfombra mágica.
                                                                                                             (S. G. I, Madrid, 15 de octubre, 2013)


Ulises y las sirenas, Herbert James Draper

Para escuchar a This Mortal Coil interperandp Song to the siren 

Para escucharla interepretada por Robert Plant (obsérvense los elogios a Tim Buckley)

Para escuchar la versión original de Tim Buckley 

PICHI, ES EL CHULO QUE CASTIGA

Dragón narcisista (Real Sitio de San Ildefonso)


Salen baratas las palabras en este país –más incluso que el cine, que ya es decir–. Salen baratas resulten falsas o ciertas. Perdón, rectifico: las falsas suelen tener muchas menos consecuencias. Y no deja de ser paradójico, porque cada vez que ciertos personajillos –sí, lo digo por su escasa talla. A la intelectual me refiero (siempre he sostenido que un título no necesariamente certifica algo), que no a la física, claro. No porque no pudiéramos, sino porque nosotros sí tenemos modales y no nos gusta discriminar. Ni siquiera a los que discriminan– hablan, sube el pan –aunque bajen los salarios–, llueven las plagas, tiembla el misterio…y, de paso, el resto.
Y así se diría que, con el beneplácito de lo más alto, quienes no debieron estar muy atentos cuando pasaban Barrio Sésamo, confunden arriba y abajo, fuera y dentro, mucho y poco… Y vamos, chicos, a contar… murciélagos. A mí, la verdad, me gustaba infinitamente más el original.

Conde Draco ascendido a los altares

Para escuchar a Phil Collins interpretando I don't care anymore

BIENAVENTURADOS LOS QUE PADECEN PERSECUCIÓN

Olivar de Granadilla, pero podría haber sido Getsemaní


A LA IZQUIERDA DEL PADRE
Para ti que ya has ganado el reino
hoy transmuto esa corona
de espinas
en flores silvestres y espigas
Tuyas son promesa y semilla
La espera te ha sembrado
amapolas en el rostro
que ni el roce de la suela ha sabido doblegar
Los ojos a lo alto la frente orgullosa
Pues nada merece la tierra
incapaz de celebrar al hijo pródigo
que ha de regresar en hueso o espíritu
muy pronto
Entre tanto uno a uno
limo aguijones y astillas
Mudo cada nueva afrenta
que ennoblece la otra mejilla
Para que encuentres el camino libre
cuando inicies la venida.
                                                                                      (S. G. I, Madrid, 13 de octubre, 2013)

Flevit super illam Enrique Simonet
Flevit super illam, por Enrique Simonet

Para escuchar a Paul Carrack interpretando Satisfy my soul
https://www.youtube.com/watch?v=WtKjIaaDb6w 
 

REWIND

Olivar abandonada en las ruinas de Granadilla (Cáceres)


Lo he repetido muchas veces, lo sé. Pero aún he de seguir diciéndolo. Ahora que estamos tan faltos de verdaderos referentes, de referentes verdaderamente honestos, quizá sea hora de que la literatura se pronuncie más que nunca. Más alto que nunca. Más claro que nunca. Este año se nos fue la lucidez que aportaba Sampedro, y en unos días celebramos el aniversario de Delibes… Delibes, el paladín de los desheredados, de los explotados por los terratenientes, de los privados del sacrosanto derecho a una educación e incluso a la más básica dignidad. Y sin embargo esa sociedad casi feudal retratada en Los santos inocentes, que nos parece hoy tan ajena, no queda tan lejos en nuestra historia más reciente. En algunas regiones, de hecho, se diría aberrantemente próxima aún. Basta preguntar a nuestros más ancianos. Esos que, como los demás, ahora ven peligrar el inmenso bienestar conquistado. Quizá, un día no tan lejano, una parte fundamental de esos derechos sociales arrancados a golpe de sudor y lágrimas. A veces, también de sangre.
Y así pasan ante nuestros ojos: Paco con su pierna rota a rastras, haciendo las veces de perro fiel para el señorito; la Niña Chica malviviendo como un animal o un mueble y el Azarías abandonado sin más a su retraso. Como siempre digo, los límites entre realidad y ficción se vuelve a menudo imprecisos para el escritor, y ya no sabes dónde acaban tus personajes y dónde empiezas tú mismo… Ni derechos de los trabajadores, ni asistencia sanitaria a los enfermos o discapacitados psíquicos. Ningún respeto por la vida humana… si ésta pertenece a otra clase, a la clase equivocada. La que siempre queda desamparada. Ciudadanos de primera y siervos. La tácita aquiescencia de las autoridades, o incluso el apoyo manifiesto, a un sistema que sólo sabe acrecentar las desigualdades. Caciques egoístas apegados a sus privilegios, incapaces de sentir un mínimo de empatía o piedad, de repartir siquiera unas migajas. Víctimas a las que sólo queda la vía de la rebelión para deshacerse del opresor yugo.
Porque por mucho que se enseñe a padecer resignadamente a un pueblo, cualquier paciencia tiene su límite. La Historia lo enseña: toda cuerda, si estirada en exceso, acaba por romperse. Aunque para entonces quizá el nudo corredizo haya hecho ya su labor, y el peso muerto que lastra pueda soltarse definitivamente sin ceremonias ni miramientos.
Y así que el Azarías pasó el cabo de la soga por el camal de encima de su cabeza y tiró de él con todas sus fuerzas, gruñendo y babeando, el señorito Iván perdió pie, se sintió  repentinamente izado, soltó la jaula de los palomos y
¡Dios!... estás loco... tu, dijo ronca, entrecortadamente, de tal modo que apenas si se le  oyó y, en cambio, fue claramente perceptible el áspero estertor que le siguió como un  prolongado ronquido y, casi inmediatamente, el señorito Iván sacó la lengua, una lengua  larga, gruesa y cárdena, pero el Azarías ni le miraba, tan sólo sostenía la cuerda, cuyo  cabo amarró ahora al camal en que se sentaba y se frotó una mano con otra y sus labios  esbozaron una bobalicona sonrisa, pero todavía el señorito Iván, o las piernas del señorito Iván, experimentaron unas convulsiones extrañas, unos espasmos electrizados, como si se arrancaran a bailar por su cuenta y su cuerpo penduleó un rato en el vacío hasta que, al cabo, quedó inmóvil, la barbilla en lo alto del pecho, los ojos desorbitados, los brazos desmayados a lo largo del cuerpo, mientras Azarías, arriba, mascaba salivilla y reía bobamente al cielo.
                                                               (Miguel Delibes, Los santos inocentes)


Para escuchar a Molotov interpretando Gimme the power
http://www.youtube.com/watch?v=VTQ8r4HTUyE 
 

Los verdaderos protagonistas estan aquí