"Clama al Cielo". Cruz del Humilladero, Salamanca |
Está claro que todos tenemos
un cerebro. Sin embargo no todos lo usamos, ni somos todos animales racionales.
Ya sobre la sensibilidad y cualquier otra cualidad que dependa de una parte más
espiritual e intangible del ser humano ‒supuesto que sea humano‒... mejor ni
opinar: se vuelve todo demasiado difícil de medir, calibrar y pesar. Aunque
algunos se empeñen en tener la báscula perfecta para ponernos cuarto y mitad de
solidaridad, repulsa, indignación o afecto. Según exijan las circunstancias y
convenientemente envuelto en papel encerado, para que conserve por más tiempo
su espejismo de frescura.
Tener y ser no es, claramente,
lo mismo. Por mucho que en las últimas décadas hayan querido confundirse los
términos. Yo aconsejaría la lectura de Fromm, en concreto su Del tener al ser.
Para quien pueda o quiera entenderlo, claro.
Como la Filosofía, a vueltas
con el mismo problema desde hace siglos, pone de manifiesto, tampoco ser y
estar son lo mismo. Y aquí aconsejo la lectura de, por ejemplo, Heidegger (Ser y tiempo) y Sarte (El ser y la nada). Definitivamente, para
quien pueda entenderlo. Por lo que, a todas luces, quedan excluidos, para
empezar, determinados cargos públicos. Básicamente esos que tachan de
ignorantes, sin más, a quienes se atreven a exprimir sus propias meninges y
discrepar, después, de ellos.
Dice una insigne voz de
nuestro tiempo, un fiel reflejo de los vientos ‒racheados: ahora digo y, donde
dije, Diego. Ya sea ante los micrófonos, los votantes o los jueces; en esto,
sólo en esto, sí somos democráticos‒ que corren, que "lo importante es
estar". No, que va, lo importante es ser. Que no es lo mismo.
De hecho, si hacemos caso a
Descartes y su cogito ergo sum... Y
ya si nos metemos en conceptos más farragosos como el Dasein, "ser-en-el-mundo", de Heidegger; si nos planteamos
que el ser, en el ámbito humano, se convierte necesariamente en ser-para-otro,
en Miteinandersein o en un
estar-junto con otros en una relación de reciprocidad indisoluble de lo
humano... Entonces, habría que deducir que ser, lo que se dice ser, somos sólo
algunos. Ahora, estar... Eso ya es otra cosa.
El buey desollado, Rembrandt |
Para escuchar a Joan Manuel Serrat interpretando Algo personal
Salomé, me contento con medir bien, con observar directamente y sin filtros ni lentes de aumento, quiero que mis sentidos vayan directamente al grano y pensar sin limitaciones. Para esto me basta con el sistema métrico decimal, cálculos bellos, sonetos bien compuestos, una aurora límpia, un agua fresca y con estos materiales leeré Heidegger aunque se esconda en las brumas en incluso me podría aventurar con Kierkegaard, contener la nausea de Sartre y estar muy atento a lo que dicen.
ResponderEliminarSalud
Nunca viene mal, aunque me preocupan bastante más las lecturas que hacen otros. Que, sospecho, sí necesitan imperiosamente aprender a pensar antes de manifestarse. O aprender a pensar sin más. Por cierto, la náusea de Sartre no sé, pero la nausea en general se está haciendo muy difícil de contener. Abrazos.
Eliminar