La foto, capturada unos años atrás en la Garganta de la Buitrera, en Gargantilla, en las proximidades del arroyo Pasafríos, ilustra cómo la naturaleza sabe sacar provecho de la misma muerte. Los huesos mondos no reflejan siquiera el final de la cadena: una vez deshechos, servirán también de abono a las plantas.
No obstante, algo en mí se revuelve y advierte la necesidad de pedir disculpas; el símil parece indigno y ofensivo para los buitres, esas majestuosas aves, infinitamente más nobles que nuestros políticos.
Últimamente, cuando cometes la osadía de ver una sesión en el Congreso, te asaltan aún más náuseas de lo habitual. Sobrevuelan los cadáveres oscuros animales carroñeros, de esos que no le hacen ascos a ningún tipo de despojo.
Mientras inocentes, gentes de bien, mueren antes de tiempo y en vano, el más sórdido e infame "guerracivilismo", el populismo de derechas en general, tristemente, parece más sano y lozano que nunca.
Parásitos, necrófagos y quienes se alimentan de la putrefacción engordan un poco más cada día, alentados por nuestra tolerancia y tácito consentimiento.
Hoy Europa conmemora el fin de la Segunda Guerra Mundial; pero en España —que aún es diferente— seguimos a navajazos.
Victor Mikhailovich Vasnetsov, After the Battle between Prince Igor Svyatoslavich of Kiev and the Polovtsy (1880) |
Civil War, Slash & Myles Kennedy (Max Sessions)
O en versión más cañera
Civil War, Slash ft.Myles Kennedy & The Conspirators
Muladar.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Tela. Besos
EliminarNo son un ejemplo muy edificante, verlos es bastante deplorable.
ResponderEliminarHan vuelto a utilizar el mismo lenguaje y argumentario que en el 36. Señal de su evolución en todos estos años.
Besos.
Se puede decir más alto, pero no más claro. En una frase lo has descrito perfectamente. Demoledor. Tanto dolor y muerte, desde entonces hasta ahora, para nada, por cuanto parece.
EliminarBesos
Cuanta razón tienes Salomé. Muchos besos.
ResponderEliminarCuánto me gustaría equivocarme. Besos gordos.
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