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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

PAISAJES OTOÑALES


SIEMPRE NOS QUEDARÁ EL HADES
Cómo no acudir
si con artes me has invocado.
He sido invitada al banquete.
Transito un páramo yermo:
hoy, sólo espinas
donde ayer florecían vergeles.

Bajo el emparrado,
verborrea de avispas.
Codician el único licor,
esta sangre estantía:
en las ramas, impúdicos frutos,
acerbos, corrompidos,
granadas podridas.
A mis pies
ya sólo crecen ortigas.

Anuncian los ecos al anfitrión.
Un desconocido irrumpe
altivo sobre el navío:
guirnaldas en el pelo
de cano vestido.

Te veo bajar en brazos de la corriente.
Más que arrastrado,
mecido:
descansado, tranquilo.
Caronte te ofrece su espejo;
te miras.
Te miro.
El reflejo se ha tornado frío.

En la superficie amnésica
siniestro presagio percibo;
ya no me falta la ausencia
ni me aguijonea el descuido.
Si fuese tu imagen de cera,
no engendraría menos brío.

Sobre el lago árido, Narciso,
que enmarca tu vanidad
con un halo ficticio,
te veo bajar en brazos de la corriente.
Más que arrastrado,
mecido:
descansado, tranquilo.
Caronte te ofrece su espejo;
te miras.
Impasible, te miro….
Y es el Estige un anillo
que nos desposa en su círculo.
                                                             (S. G. I. Madrid, 5 de octubre de 2011)






Para escuchar a los Cream interpretando White Room

8 comentarios:

  1. Gran paisaje en otoño. La subida de Plasencia hacia Bejar es impresionante.

    Saludos

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  2. ¡Qué paz! Lo infinito está dentro de nosotros...

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  3. Impresionantes, tanto las imágenes como el poema, dan sensación de desasosiego aún siendo de gran belleza.
    Un saludo

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  4. O a lo mejor, querido Manuel, es que no hay nada infinito. Nada que nosotros no sepamos construir como tal, o que cuanto menos no sepamos reconstruir solícitamente. Besos.

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  5. Concuerdo totalmente con vosotros, queridos José Ángel y Miguel Ángel. Y cada tramo es fascinante y único, de personalidad inconfundible. Nada tiene que ver, por ejemplo, la montaña de Hervás con la de la cercana Gargantilla, ni tampoco con la Sierra de Candelario. Yo no podrá elegir, ni renuncio a ninguna de ellas: ni a las más tupidas y acogedoras ni a las más descubiertas y recias. Cada una me da algo distinto en el momento necesario.
    Y respecto al otoño, qué decir. Es un paisaje perfecto para reflexionar, para llorar (si fuese necesario), para reordenar y determinar... Es la antesala del invierno, mi estación preferida en las alturas, la estación que mejor sabe consolar. Besos

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  6. Existe a veces un cierto equilibrio, incluso estético, en la desazón, querido Xurde Radio. Creo que el desencanto abre paso a la serenidad, sencillamente porque nos roba la esperanza. Prefiero definirme como un ser inquieto, aquejado sólo muy ocasionalmente, sólo cuando no se me deja otra salida, por ese mal. Abrazos

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  7. Hola Salomé, aquí ando después del Puente del Pilar, Unos paisajes otoñales de ensueño, aquí por ahora seguimos con temperaturas veraniegas 30,32º y las playas repletas de gentes, hasta estamos en alerta de sequía, embalses al 30% y ríos con tan solo 25 cm de cauce.
    Como bien dices, cada paisaje, nos ofrece algo distinto en el momento necesario. Solo hay que saber disfrutar ese momento.
    El otoño, nos ofrece paisajes perfectos para, meditar, reflexionar, para la nostalgia, para el recuerdo; pajes melancólicos y grises preludio del invierno.
    Saludos.-

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  8. En efecto, querido Enrique, se me antoja el paisaje que ofrece mayor solidaridad cuando estás mal. Junto con el invierno, claro. Si la congoja te atenaza, el otoño llora contigo y el invierno te arropa con su manto, te ofrece intimidad el velo de los copos al caer. Besos.

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