.

.

DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

LA VOZ DEL AMO

Monumento a los perros, Ayuntamiento de Canencia al fondo


Con tal de dar la razón a quien conviene, mintamos, tergiversemos, usemos argumentos torticeros…
Insultemos, además, a las víctimas, que muriéndose nos han fastidiado el negocio y nos han puesto –¡qué desfachatez!– en un aprieto: los muchachitos mueren porque son unos borrachos. No sé qué es peor, si un alcohólico –suponiendo que lo sea–, al fin y al cabo, un enfermo, o un mentiroso patológico que pretende manipular a toda costa, a sabiendas. Qué creen estos personajillos que se autoproclaman periodistas –señores, no basta con un diploma firmado por el Rey, su disciplina exige un determinado acercamiento a la realidad del que ustedes son del todo incapaces– que obtendrán defendiendo, permanentemente, lo indefendible. O qué obtienen en efecto.... ¿Dormirán por las noches? Una cosa les alabo, esa falta absoluta de complejos: porque decir según qué cosas con los cadáveres –metafóricos o reales– aún frescos y que no se te caiga la cara de vergüenza… Claro que a lo mejor he confundido los términos y lo que no tienen, sencillamente, son principios.
Existe un dicho muy castizo, no demasiado elegante pero trágicamente cierto. Pues sí, además, apaleados. Siento vergüenza ajena. Y ganas de pedir perdón por otros a quienes han perdido a los suyos. Porque todos somos responsables, yo la primera, si, callando, hemos permitido que estos individuos sin escrúpulos hayan creído que todo vale y que son intocables; que nada de cuanto digan o hagan tendrá consecuencias. Basta ya de falsos profetas por boca de los cuales hablan siempre instancias más altas, que no superiores. Al menos, por cuanto respecta a moralidad y ética. Se da el caso que sólo se puede enseñar de lo que se sabe: a aprender, de nuevo, a la escuela.


Mentira, Salvator Rosa

Para escuchar a Joan Manuel Serrat interpretando Yo me manejo bien con todo el mundo

NB0Ar3P80419T54f30y0

Zt0vX3Ik3915X58931Q0

Los verdaderos protagonistas estan aquí