Quienes andabais por el pueblo hoy habréis comprobado que ha sido un día bastante lluvioso. Ni comparación con lo que caía en la pista superior. Cuando desde Hervás véis la montaña cubierta por unas espesas nubes blancas, es esto lo que se percibe desde el interior de la niebla. Quienes conocéis bien este camino advertiréis que en la foto de cabecera falta algo al fondo: el Pinajarro, totalmente cubierto. Mientras la espesa niebla y la lluvia avanzan, desaparece también la Heidi, a nuestros pies, e incluso todo el valle.
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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS
(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)
EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.
Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.
Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.
PISTA HEIDI A 30 DE OCTUBRE. EN EFECTO EL OTOÑO ES MÁGICO
SECCIÓN:
RUTAS EN OTOÑO-INVIERNO
Nos encontramos en el periodo más atractivo para recorrer la pista, vestida ahora por todos los colores: el verde invicto de los pinares, el amarillo de los perezosos castaños, el marrón de los derrotados robles, el perpetuo negro de la tierra, el inquietante ceniciento de los severos campos de rocas, cubiertos ahora por los líquenes... De acuerdo, nos falta el atrevido violeta de los brezos en flor. Pero regresará antes de que nos demos cuenta, como regresa cada año la primavera.
Recorrer ahora la Heidi es muy práctico: es éste el momento en el que encontraréis más puntos de agua para abasteceros (si bien Félix Guillén debería ser limpiada, pues se está perdiendo) y podréis aún atravesar con facilidad los arroyos que saltan por encima de la pista. Con todo lo que está lloviendo, en breve esto dejará de ser tan sencillo. Aunque no hay nada imposible para los pies del hombre.
A aquellos que sois aficionados a la fotografía, os recuerdo que, muy especialmente si perseguís los días nublados y lluviosos como yo, deberéis llevar bastantes pañuelos de papel. Al final es éste el mejor sistema de mantener el objetivo mínimamente limpio. Aunque, como algunos de vosotros ya sabréis, obtener buenas fotografías bajo la lluvia allí arriba se vuelve complicadísimo.
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