"El virus viene a sacar lo mejor de nosotros", dijeron.
Lamentablemente, tengo ya una edad: el síndrome de Peter Pan queda un poco lejos. Yo no habito esa realidad paralela fabricada con algodón de caramelo. El mío es otro país, uno bajo en azúcar: uno mucho más crudo y acervo. Como un fruto madurado mal o recolectado antes de tiempo.
Manipulación, descalificaciones, bulos, falacias, vulgar veneno... Abyectos intentos por sacar rédito político a cualquier precio. Incluso a costa de los muertos. Veladas o burdas alusiones a un levantamiento. Olvidamos demasiado pronto las consecuencias de un conflicto bélico. La guerra incivil alarga su sombra negra sobre los tibios cuerpos.
No sé si es mayor la repugnancia o la pena. Quizá nada sirva de nada. Acaso no exista redención posible; tal vez el hombre no tenga remedio.
Tiziano, Caín y Abel |
Iva Zanicchi, La riva bianca, la riva nera
No albergo ninguna esperanza. Cada vez más, con tanta manipulación y tanto bulo, se me antoja un futuro distópico, una especie de territorio "cyber-punk", donde las ciudades se irán quedando desérticas, las fachadas con sus grafitti mal pintados se desconcharan y las cloacas reventadas apestarán y serán invservibles. Las gentes habrán huído al campo, se esconderán en chozas, sobreviviendo de lo que recolecten en los huertos.
ResponderEliminarLos maestrillos estarán llorando por los rincones purgando el mal que han hecho, como los políticos y los intelectuales de vía estrecha.
Malvado bicho, el hombre, no ha hecho más que perfeccionar la barbarie.
Salud
Francesc Cornadó
Sabes, compañero, se me viene a la cabeza la disgregación social a la que se asiste entorno a la crisis del 1200 a.C en Mesopotamia. Parecía el fin del mundo y algunas de las consecuencias fueron similares a las que tú describes. Efectivamente, fue el fin del mundo... del mundo conocido hasta entonces, claro. La belleza vegetal florece en el estiércol, así que de toda esta miseria podría acabar saliendo, incluso, algo bueno. Todo dependerá de los artífices de esa nueva realidad, si queremos que realmente sea nueva y no una mala (peor) copia. Ya sabes que yo, en el fondo, peco de optimista. Y te invito a contagiarte, no obstante el panorama y nuestros desalentadores antecedentes. Besos
EliminarEs cierto, el verdadero virus es el de la miseria moral de gente sin escrúpulos.
ResponderEliminarSuelen dar pena, y sobre todo, asco, mucho asco.
Saludos.
Creo que es lícito e incluso obligado, por parte de la sociedad, mostrar su natural repulsa hacia ciertas actitudes inmorales y degradantes para la especie. Siempre que se haga sin violencia me parece perfecto. Así que entiendo sobradamente tu asco, compañero. Abrazos
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