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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

AL CRISTO DE LOS GITANOS

    

            FRUTOS DE TEMPORADA

Echo de menos coherencia.
La cotidiana práctica de los predicamentos.
Que el de Nazareth no haya de girar el rostro
apedreado por las palabras huecas,
     aire
que en el aire se desvanece.
Más duros los hechos que los efímeros propósitos:
tumefactas ya ambas mejillas.
Por qué enmendar si basta con la contrición falsa,
con el perdón fariseo
para recaer al otro día.

Me sobra fervor y me faltan causas
sobre las que sembrar esa compasión que enciende el leño
pero no la carne.
Añoro la estela diaria de unos pasos que ya no resuenan.
Se resecan las huellas en el barro.
Enfriado el momento, nadie le sigue:
sordo el espíritu
     si es que lo hubo.

Busco esencia en la forma y no hallo
el fondo de este rito hoy vacío.
De tanto repetir maquinalmente, sobrevivió el envoltorio
y se perdió el mensaje en el olvido.
Echo de menos coherencia.
La cotidiana práctica de los predicamentos…
                                     (S. G. I. , Madrid, 9 de abril de 2016)


FRUTOS DE TEMPORADA
Echo de menos coherencia. La cotidiana práctica de los predicamentos. Que el de Nazareth no haya de girar el rostro apedreado por las palabras huecas, aire que en el aire se desvanece. Más duros los hechos que los efímeros propósitos: tumefactas ya ambas mejillas. Por qué enmendar si basta con la contrición falsa, con el perdón fariseo para recaer al otro día.
Me sobra fervor y me faltan causas sobre las que sembrar esa compasión que enciende el leño pero no la carne. Añoro la estela diaria de unos pasos que ya no resuenan. Se resecan las huellas en el barro. Enfriado el momento, nadie le sigue: sordo el espíritu si es que lo hubo.
Busco esencia en la forma y no hallo el fondo de este rito hoy vacío. De tanto repetir maquinalmente, sobrevivió el envoltorio y y se perdió el mensaje en el olvido.
Echo de menos coherencia. La cotidiana práctica de los predicamentos…
                                                                                               (S. G. I. , Madrid, 9 de abril de 2016)


Jesus heals a paralytic at the Pool of Bethesda, Carl Bloch
Jesús cura al paralítico en la piscina de Bethesda, Carl Bloch


La saeta de Antonio Machado, por Joan Manuel Serrat

 

2 comentarios:

  1. Nos sobran causas ya para tanto que hacer en esta tierra, que todo se hace en papel y se moja al momento.
    Profundo tu texto. Olvidamos el fondo y, la forma nos arrastra.
    un abrazo Salomé.

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