.

.

DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

NO SIEMPRE ES LO QUE PARECE

Atardecer desde mi jardín

LECCIONES DE VIDA
Inmensa la sabana en soledad.
Pocas veces habrá camaradas.
Garras y bocas hambrientas,
obstáculos y trampas…
Sin oasis ni paraísos,
será una carrera larga.

Uno con uno mismo.
Uno por los demás,
aunque todo lo demás caiga.
Sólo uno (desnudo) al final,
igual que en el primer alba.
Si no estás dispuesto a aguantar,
más vale que ni siquiera salgas.

La meta está dentro, no fuera.
Escudriña con el corazón.
Los ojos, cerrados.
Las palmas ‒siempre limpias‒ sobre los oídos,
para no escuchar sus fraudulentos cantos.
Huye, indiecito mío, de sus espejismos baratos.
No se paga la conciencia en lenguaje de ochavos.

Si te dejas juzgar por su ojo insomne,
se te quemarán los vuelos; te volverás mediocre.
Escapa del hombre sin color:
quiere enjaularte en su matiz plomizo.
Su diosa ‒ciega‒ es la estética.
Combina con todo la ambigüedad;
apenas te confíes, te hipotecarán la ética.

Corre, indiecito mío.
Adéntrate en la disuasoria sabana.
Que para cuando salga su sol
tú ya estés en la otra cara del alma.
Recuerda que la lealtad es una,
aunque mienta el reclutador
para retorcer las entrañas.

Madre es la que alimenta y protege.
No la que, de sus hijos,
no deja ni migajas:
estrategia de tierra quemada
cuando lleguen las vacas flacas.
Madre hay sólo una,
la que, con amor, su nombre se gana.
                                                                                                 (S. G. I. Madrid, 19 de marzo de 2012)

A mi padre. A todos los que habéis sido mi padre de uno u otro modo a lo largo de mi vida. A vosotros, que me habéis dado piernas veloces con las que huir de las ciénagas impuestas y habéis intentado proteger mi vuelo.

Prometeo, José de Ribera

Para escuchar a los Creedence clearwater revival interpretando Born on the bayou

Y para demostrar que los viejos rockeros nunca mueren (o lo hacen sobre el escenario) y porque resistir a los sesenta tiene mucho más mérito que hacerlo a los veinte, me quedo con John Fogerty muchos años después

13 comentarios:

  1. Buenos versos, llenos de razón, y buen acompañamiento.
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Hola Salome, un bello homenaje..
    Aunque a menudo miramos al pasado, lo que realmente cuenta es el presente. El momento vivido. Esta vida es un camino largo, lleno de continuos obstáculos, pero debemos seguir siempre hacia adelante.
    Nuestro yo, no es ni mejor ni peor... somos simplemente lo que somos.
    Saludos.-

    ResponderEliminar
  3. Gracias Salomé , por tus poesias tan preciosas, otra vez gracias. Besitos.

    ResponderEliminar
  4. desde el principio hasta el final, sensibilidad plena
    saludos

    ResponderEliminar
  5. Al fin y al cabo, en nuestra soledad hay una parte que no podemos negar, pues somos todos uno queramos o no, creados de materia convertida en vida, hijos de nuestra madre naturaleza. Sólo acercándonos a ella somos capaces de respirar conciencia.

    Besos.

    ResponderEliminar
  6. Buen homenaje en el Dia del Padre. Gracias por la parte que me toca. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Detrás de tus piernas veloces,
    detrás de tu vuelo audaz
    dejas una estela de versos luminosos.
    Salud!

    ResponderEliminar
  8. Gracias a vosotros, y felicidades también. Sí, porque os convertís, en virtud de vuestra generosa presencia y guía, en una suerte de padres. Padres por los que, en ocasiones, uno se preocupa como si fuesen hijos. Siempre me ha parecido muy sano cambiar constantemente los papeles en las relaciones humanas, sean del género que sean. Por eso de no encasillarse. Besos grandes para cada uno de vosotros.

    ResponderEliminar
  9. Y madre, desde hace algún tiempo.
    es difícil evitar ciertas ciénegas impuestas
    se cuentan por millares, pero se las dos cosas,
    te hace mirar adelante, con piernas más bien lentas
    y juiciosas.
    Un texto para enmarcar, Salomé.



    Madre es la que alimenta y protege.
    No la que, de sus hijos,
    no deja ni migajas:
    Esta frase es más cierta que que la tierra es redonda.

    besos..

    ResponderEliminar
  10. Very nice tribute!
    Wonderful poem!
    many greetings

    ResponderEliminar
  11. Tus letras obligan a leer despacio, pausadamente; para digerirlas, y aprovechar sus nutrientes, al igual que la buena comida o el buen vino. GRACIAS Salomé.
    La desgarradora voz de John nos trae buenos recuerdos, cuando eramos poco más que adolescentes, (¡ya éramos pareja!) era uno de nuestros grupos predilectos. Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya sabemos que se cambia con el tiempo, y que no siempre se acaba evolucionando en el mismo sentido. Sabemos que en todo ello no siempre existen culpas, ni siquiera responsabilidades. Y sin embargo no puedo evitar decirlo: qué enorme fortuna, que golpe de sensibilidad y juicio (seguramente también de trabajo diario compartido) haber hecho la elección justa, el encuentro apropiado tan pronto. Haber tenido la oportunidad de vivir y descubrir tanto juntos. También, de ponerse y ponerlo a prueba tantas veces, saliendo, a pesar de todo, indemnes. Besos grandes para ambos.

      Eliminar
  12. Una suerte poder ver desde tu jardín una puesta de sol tan maravillosa. La foto es un encanto.
    Saludos

    ResponderEliminar

Los verdaderos protagonistas estan aquí