Hace escasos días, el 14 de diciembre, se cumplía el primer centenario de la conquista del Polo Sur. En ese escenario inhóspito, Amundsen y Scott compitieron por la gloria. Sólo podía ganar uno. El noruego se alzó con la victoria pasando, así, a la Historia. Su oponente perdió la vida, como todos los miembros de su equipo. Treinta y cinco días hicieron la diferencia, y las desavenencias sellaron la tragedia.
CONQUISTA DEL POLO OPUESTO
En esta tierra yerma
competimos tú y yo
por una esperanza muerta.
Los corazones ha helado,
pero no logra la nevada borrar
nuestra huella.
En falso se cierra la herida
de esos aludes
que a la razón sepultaron.
Quién Amundsen y quién Scott.
Sólo uno alzará
bandera sin patria ya
sobre el páramo desierto.
Moriré con la sonrisa puesta.
Me enterrarás en sepulcro apartado;
olvidarás.
Yo ni olvido ni perdono.
Nada queda de lo que fue.
Nada de lo que fuimos queda.
Sobre el campo,
restos de la contienda.
Aunque caiga
blanca la nieve
sobre la estepa.
(S. G. I, Madrid, 17 de diciembre de 2011)
Túmulo megalítico en la nieve (Caspar David Friedrich) |
Para escuchar Héroes de la Antártida de Mecano
Adoro el frío....... por ello me gusta tu hermosa foto y las ilustraciones que has buscado. No sabía que hacía cien años ya.
ResponderEliminarEl poema tiene fuerza, me gusta Salomé.
Mecano no me entusiasma....
Besos en un domingo soleado.
Yo también adoro el frío, pero sólo en la montaña. Únicamente allí la soledad y el silencio me ensanchan el alma: nunca he creído que las relaciones humanas puedan florecer sobre un campo de batalla. Respecto a Mecano, se le pueden reconocer gratos aciertos en algunas letras. En ésta creo que una estrofa (“No hubo Dios ni hubo reina. Sólo nieves eternas”) refleja fielmente la indefensión que se siente en determinados momentos complicados que se presentan durante algunas salidas por la montaña. Es una experiencia que se aprende a vivir sanamente, para que no desemboque en la desolación. Es una experiencia que sirve para reforzar el carácter (recobrando al tiempo humildad), para superarse y confiar en las propias fuerzas; las únicas que nos sacarán del atolladero. Besos cálidos.
ResponderEliminarla historia de Admunsen y Scott es una de las grandes batallas epicas de la humanidad, creo que es injusto tratar de vencedores y vencidos en este caso, 35 días... en el mar de la historia humana... deberian importar?
ResponderEliminarun cordial saludo, amiga Salome
Raul
¡¡Enhorabuena.....es precioso!!.
ResponderEliminarMis saludos.
palabras con su toque épico, con su toque nostálgico y la fatalidad
ResponderEliminarmuy bueno
saludos
La tierra, en este caso la nieve y el frío, todo borra, todo traga. Aunque el hombre se empeñe en se hombre. La naturaleza nos está enseñando lo mal que conquistamos, lo terrible de nuestra llegada.
ResponderEliminarun abrazo; como siempre, escribes de maravilla.
Para mi Scott representa el espiritu aventurero del XVIII y del XIX, el sabor de la aventura sin reparar en medios, y el de la gloria de la meta. Amundsen, representa el método y la experiencia, ya advirtió que con caballos no llegaría al Polo Sur, que los perros eran más resistentes y efectivos. Una carrera entre el corazón y el cerebro. Sobre el poema... los campos de batalla son como el papel que se arruga, que cuando lo quieres volver a poner como estaba siempre guarda las marcas de las arrugas.
ResponderEliminarBesos Salomé.
Estoy de acuerdo contigo, querido Marcelo. El problema es si querrá el hombre aprender esa lección. Es nuestra naturaleza, en general, orgullosa y testaruda. No solemos atender a razones. Besos.
ResponderEliminarQué maravillosa y lúcida reflexión la tuya, Johnny: como el papel que se arruga... Como siempre, hay que lograr el equilibrio, o cuanto menos intentarlo. Ante la naturaleza la única prudencia posible es la fusión entre corazón y razón. Y fíjate que digo fusión y no convivencia: ambos, como cuerpo y alma, no han de estar reñidos, pues en realidad son dos caras de una misma moneda. Pero nuestra cultura ha escindido tantas cosas, vaciándolas a menudo de contenido... Besos grandes.
ResponderEliminarcada estación tiene lo suyo y lo que uno sabe o desea vivir de ella.
ResponderEliminarSiempre el sol en el verano trae alegría, la primavera belleza, el otoño tristeza y el frio del invierno nos trae reflexion.
Lo que tu prefieras te ayuda a pasar cada temporada feliz dando gracias por vivir.
Salomé que tengas unas Felices Fiestas y Feliz Navidad
Sentir el frio otoñal nos llena de sensaciones,
ResponderEliminarestos días tan entrañables
en los que compartimos ilusiones y alegrías con los familiares y amigos, deseo pases unas felices fiestas.
un abrazo.
Merry Christmas my friend !
ResponderEliminarDesde luego, uno se plantea en las condiciones en las que llegaron, comparándolas con las ropas, los alimentos, etc..actuales,,y es sorprendente..un besazo desde Murcia...seguimos...
ResponderEliminarQué poco me gustan las hombradas conquistadoras de los polos y la de los ochomiles. Soy tajante en este aspecto, puesto que sus logros en forma de triunfos, suponen la degradación imparable de estos lugares naturales por caprichos personales absurdos.
ResponderEliminarNo se merecían tu delicado poema. Resérvalo para gente más altruista y respetuosa con la naturaleza.
Abrazos.