El sueño eterno |
EL DESTINO DEL CABALLERO
La caricia de las hoces cercenó su donosura.
Estático, enclavado en un vulgar puente,
mira, los ojos fijos en el río, la vida pasar:
cada día un poco más sucia y maloliente.
Pesa la indescifrable armadura como una losa,
y no ofrece reposo la almohada pétrea.
Corroen sus pensamientos funestos líquenes
mientras la espada, como la memoria,
se anquilosa.
Lejos quedan ya sus gestas.
¿Hubo un día encuentros galantes?
Hoy los jugosos ombligos de Venus brotan
a sus pies
como cálices inalcanzables.
Debió de vivir,
no lo recuerda,
tiempos mejores.
(S. G. I. Madrid 2 de marzo de 2011)Maltrecho y cabizbajo, se duele el caballero de haber acabado sus días sirviendo, en el mejor de los casos, como fondo para las fotos de los enamorados. Y bajaría, de no tener los pies sujetos, de su triste atalaya por no ver el cauce del río llenarse de desperdicios.
Este año, la piscina natural que se hizo en ese tramo del río, junto a la Fuente Chiquita, en lo que antiguamente se llamaba Benidorm, seguramente volverá a permanecer cerrada, como en años precedentes, debido al estado de las aguas.
Hubo una vez un río llamado Ambroz, un río vivo en cuyo seno las risas nadaban. Yo aún lo recuerdo.
La foto corresponde a la imagen yacente de D. Alonso Sánchez, de finales del siglo XIV, que ocupa el pretil del puente de la Fuente Chiquita.
Mi fiel Rocinante |
VENCIDOS
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.
¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!
Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame a ser contigo
pastor.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...
(León Felipe)
Para escuchar a Joan Manuel Serrat interpretando Vencidos
Hermosa entrada Salomé, vencidos una y otra vez... que no convencidos. El desaliento compartido solidariamente, las horas bajas, levantarse y de nuevo presentar batalla, aun sabiendo que la causa posiblemente esté perdida. Realmente solo se pierde cuando uno se rinde y se entrega.
ResponderEliminarQuerida Salomé, esa es la realidad en que vivimos.
ResponderEliminarUna sociedad cada vez más desposeida de verdaderos valores, y conformista.Una sociedad de simples consumidores y codiciados electores en las manos de banqueros y políticos analfabetos o corruptos...Una sociedad que arrasa su entorno natural, echa la "mierda" en el agua que bebe...
y en la que se echan en falta esos "caballeros" que comentas y damas optimistas, como como tu.
Un abrazo,
Entreguémonos siempre, Miguel. Entreguémonos como ejercicio de confianza, como prueba de fe. Entreguémonos, aún y a pesar. Aunque eligiendo muy bien a quién. Cada día, mejor a quién. Porque es inevitable, y además también es justo. Elijamos, siempre, ser vasallos de un digno señor. Y no rindámonos, no. No rindámonos nunca. Vencidos... No lo creo. Sólo castigados, bastante castigados. Besos.
ResponderEliminarMe pesa el conformismo como una piedra. Como una piedra estéril me pesa, querido Bibiano. Y me seca el corazón cuando lo veo merodear entre los jóvenes. Más que merodear, cuando lo veo alimentarse de esa carne tierna que se empeña en olvidar su naturaleza, ésa de la que muy probablemente no quedarán ni las migajas mucho antes de los cuarenta. Y lo veo todo el tiempo, disfrutando del festín junto con el resto de la jauría: el egoísmo, la indiferencia, la ignorancia… Todos ellos felices como hienas estúpidas, incapaces de comprender las consecuencias de la carnicería. Yo no me rindo ante el paisaje apocalíptico. Y es notorio que soy poquita cosa. Así que no echemos en falta a caballeros y damas arrojados y optimistas. Seamos caballeros y damas arrojados y optimistas. Besos.
ResponderEliminarBuenas Salomé.
ResponderEliminarUna entrada preciosa y con tremendos paralelimos con la que vivimos en el momento actual, aunque por desgracia en nuestra sociadad cada vez quedan menos representantes de la especie caballeresca.
Un beso
Muchas gracias, Jesús. Pues habrá que hacer algo: mustia tanto una sociedad sin caballeros… Y entiéndanme correctamente las damas: a nosotras, señoras, nos sienta igual de bien la resplandeciente armadura. Besos.
ResponderEliminar¿Será conexión? Voy a colgar una referencia de un caballero de 93 años: ¡¡INDÍGNATE!!
ResponderEliminarPero ¿qué le pasa al rio? ¿Qué lo contamina? Me había hecho a la idea de que Hervás era un lugar pequeño y que se conservaba bastante natural...
Un beso!
¡¿Por qué habría de indignarme que un caballero alcance los 93 años de edad?! Los caballeros habrían de rebasar… por lo menos por lo menos… los doscientos. Los caballeros, especialmente si son de los de verdad, habrían de ser eternos. Lo contamina la estupidez, el egoísmo y la indiferencia. Los mismos males que siempre acechan, en definitiva. Hervás ha visto degradarse considerablemente muchos de sus espacios naturales, especialmente los más cercanos al pueblo, los que tenían más Historia e historias. Hace tiempo advertí que habríamos de abordar ese doloroso tema, pero lo deje correr. Como las aguas han seguido fluyendo cada vez más sucias, creo que ha llegado el momento. Será poco a poco, en los días que así se sienta. Beso enorme.
ResponderEliminarPS. Pues sí, yo creo que es conexión.
Siempre que haya voces como las tuya no habrá vencidos, sino.........luchadores.
ResponderEliminarSiempre que haya voces como las NUESTRAS no habrá vencidos, sino… Abrazos
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