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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

LA CALMA DESPUÉS DE LA TORMENTA

Es muy curioso. He rebuscado mucho en las últimas semanas, y mucho más aún en los últimos días. Y ayer, como siempre bajo la lluvia, se hizo la luz de repente. Salió el arco-iris dentro, aunque no fuera. Una respuesta que me atrevo a definir sentimentalmente madura o sentimentalmente sabia floreció inesperadamente en la región más fértil de mi persona. Como esas veces en las que pasas semanas buscando algo y de repente, justo en el momento en que no buscas, se materializa ante ti, se revela con total naturalidad, como si ése fuese su reino natural, como si hubiese estado siempre allí y tú, sencillamente, no lo hubieses visto.


Por eso hoy quiero volver a colgar una entrada de estas Navidades: la felicitación de Navidad para mis amigos. “Qué pesada es esta mujer. Seguro que ya no tiene nada que decir y por eso se repite. O seguro que, al ser de Letras (perdón por mi humor siempre políticamente incorrecto), no habrá entendido que no es necesario volver a hacer todo el trabajo”. Pues sí, si que es necesario volver a hacer todo el trabajo. Es necesario volver a hacer el trabajo una y otra vez. Todas las veces que haga falta, si de verdad te importa. Si las cosas son valiosas.

No quiero revisitarla ni que otros la visiten de nuevo. Quiero volver a introducir esa felicitación. Tal y como era en origen, sin cambios, pero volverla a introducir. No para recordar nada a alguien ahí, fuera. Sino para recordar algo aquí dentro. Porque en momentos de luto conviene repetirse cosas que, por comodidad, podrían tergiversarse. No he sentido la tentación. Y no quiero ni imaginar que pudiese. Pero quizá podría un día; son escurridizos los sentimientos. Por eso quiero recordar constantemente; mantener vivo. Así que, sencillamente, la cuelgo de nuevo con mis disculpas por la insistencia. Sé que sabréis comprender, aunque no conozcáis los motivos, que en este momento tengo que hacerlo.

6 comentarios:

  1. Vaya, me he quedado imprensionada (no he podido leer bien el principio), que fotografías tan bonitas y el montaje del vídeo muy muy sugerente. ¿Hay obras de Waterhouse?

    Ójala sea verdad que conservamos algo de divino en nuestro corazón.

    Felicidades por el vídeo, me ha encantado.

    Un abrazo grande.

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  2. Se trata de la traducción del cuneiforme que ves al principio, de ese pedacito del Inuma ilu awilum: “Que un dios sacrifiquen y los dioses se purifiquen. Con su carne y su sangre amase Nintu arcilla. Dios y hombre empaste juntos en la arcilla. En adelante, el tambor queremos escuchar. Muestra su signo al viviente. Para que no olvide, un espíritu tenga”.
    Hay varios suyos: inevitable. Pero el que siempre me sobrecoge más (tanto que inspiró un relato hace algún tiempo) es Lady os Shalott. Lo inspiró en parte claro, porque todos podemos encontrar en los cuadros, la música o los textos (o/y leyendas) que nos conmueven pedazos de nuestras propias vidas… Aunque también me gusta mucho, muchísimo, su Ofelia, que también aparece: sobre el prado, resignada y mirando directamente al espectador. Me fascinan todas las Ofelias, claro.
    No me cabe duda de eso: el ser humano es divino. ¿Habría elegido en caso contrario Cristo una doble naturaleza (y el comentario, trasciende, por supuesto, las creencias religiosas de cada cual. Siempre me ha interesado mucho el estudio comparado de las religiones: el mito, el rito, la iconografía…)? Me alegro infinitamente de que te haya dejado algo dentro. Precisamente con esa intención fue hecho: con la de dejar algo fuera, aunque fuese algo bastante más melancólico de lo que tenía previsto en un primer momento (probablemente habrás intuido la inspiración en el Génesis… Pero, claramente, ese improbable idilio que a mí siempre me ha atraído tanto se pone en paralelo con el amor terrenal. ¿Será igualmente improbable? Yo quiero creer que no. Que en algunos casos no. Porque soy, por supuesto, mujer de fe. Beso enorme.

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  3. Que te puedo decir...muy emotivo en todas tus palabras y en el contenido, en esas imágenes se respira a ti, hay cuadros de Waterhouse y alguno mas me parece.

    Un abrazo

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  4. Muchas gracias, Alejandro. No te parece, lo sabes perfectamente porque a esto te dedicas. Y lo haces con compromiso y convicción, lo que explica también las elecciones difíciles en la profesión (¿se le podrá llamar elección? Yo creo que, en eso, no tenemos elección. Cada uno pinta o escribe de la única forma en la que puede hacerlo: la que le dicta su naturaleza). Porque uno es lo que es, por supuesto; pero no todo el mundo tiene el valor de defenderlo cuando lo que es no coincide con lo que los demás esperan que sea, con lo que se supone que toca ser. ¡¿He dicho yo esto?! Como única excusa puedo alegar que me estoy machacando el cuerpo a conciencia y eso acaba repercutiendo también en la mente…
    De pequeñita, de muy pequeñita, me obsesionaba la Ofelia de Millais Y fíjate que entonces no podía sentirla igual de cómo la llegué a sentir de adulta. Entonces, obviamente me impresionaba visualmente: no podía comprender aún a la mujer. En realidad no podía comprenderla ni siquiera la niña que leyó el Hamlet. Ni la adolescente que releyó el Hamlet. Y la adulta, después de un cierto tiempo, no quiso volver a releer el Hamlet. Porque ya sí podía entender a la mujer perfectamente.
    Por cierto, qué gran adaptación (con el permiso de Sir Laurence Olivier) la de Kenneth Branagh (otra de mis pasiones).
    La cuestión es que si Millais le trasmitía eso a una cría de corta edad que no podía entender a la mujer, que no tenía experiencia vital, quiere decir que Millais era un enorme pintor. Y que Lizzie Siddal era una enorme modelo… o una mujer destinada al sufrimiento. También ese cuadro dio lugar a otro relato. Donde, por supuesto, de nuevo se habla de… Lo de siempre. Habrás observado que hay obras de Dante Gabriel Rossetti. Y es que yo tampoco, como ella, me puedo sustraer a su embrujo. A pesar de todo. En algunos cuadros, por su incomparable espiritualidad. En otros, por lo extremadamente terreno.
    Abrazos.

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  5. Puffff que trabajada la entrada o el video/foto. Me ha encantado. Un beso

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  6. Hola Salomé.
    Magnifica composición, con una música muy acertada. Muy buen trabajo. Te felicito. Un abrazo desde Doña Mencía.

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