Un día, hace más o menos un mes, a los pies del Pinajarro surgieron, como las setas con los
primeros rayos de sol tras una jornada lluviosa, unas barandillas y
unos bancos de madera ―un mobiliario rústico, pero un mobiliario al fin y al cabo― en medio de los orgullosos pinos y los piornos ariscos. Las inmortales piedras comenzaron a mirar aquellos objetos desconocidos que pretendían suplantarlas con resquemor, y los pájaros evitaban posarse sobre ellos.
Si te abstraes del paisaje, si no piensas lo cerca que te encuentras de las nubes, si te olvidas de asomarte al precipicio y mirar hacia abajo, de contemplar el pueblo diminuto en la difuminada frontera donde se funden cielo y tierra, te parece estar en el merendero de
San Andrés. Brilla el sol, pero el viento silva entre los troncos melancólicos de los pinos, cubiertos ya por las barbas invernales de los líquenes, con voz quejumbrosa. Sobre los róseos pétalos de los crocus el rocío salado y tibio resbala resignado.
Amar consiste también en aceptar a quienes o a lo que amamos tal y como es. Sobre todo en respetarlo y no obstinarnos en quebrantar su naturaleza.Yo me limito a describir lo que veo y a compartir con vosotros lo que siento. Que cada uno escuche a su corazón y su cabeza y,
defendiendo su derecho ―me atrevería a decir su obligación― a tener un juicio independiente, extraiga sus propias conclusiones. 


Por fin.... una entrada sin comentarios.
ResponderEliminar¡Si no lo veo no lo creo...!, y encima es preciosa, creo que me suena..., si, ese banco de ahí me suena.
LAS INVASIONES BÁRBARAS NO RESPETAN LA POESÍA DE LO ETERNO, toma... y las invasiones Esplendidas tampoco respetan la prosa de lo efímero.
Se lee deficientemente, podrías remodelarlo.
En absoluto, querido. Para qué tocar nada, si tu lenguaje yo lo entiendo. Quizá en él te sentases un día a contemplar el infinito que se extendía delante. Puede que aferrado a otra mano para evitar el vértigo, para recordar el peso de la carne. No, para qué tocar nada, si tu lenguaje yo lo entiendo. Con eso me basta. Besos.
ResponderEliminar