





Yo me limito a describir lo que veo y a compartir con vosotros lo que siento. Que cada uno escuche a su corazón y su cabeza y,



Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.
Por fin.... una entrada sin comentarios.
ResponderEliminar¡Si no lo veo no lo creo...!, y encima es preciosa, creo que me suena..., si, ese banco de ahí me suena.
LAS INVASIONES BÁRBARAS NO RESPETAN LA POESÍA DE LO ETERNO, toma... y las invasiones Esplendidas tampoco respetan la prosa de lo efímero.
Se lee deficientemente, podrías remodelarlo.
En absoluto, querido. Para qué tocar nada, si tu lenguaje yo lo entiendo. Quizá en él te sentases un día a contemplar el infinito que se extendía delante. Puede que aferrado a otra mano para evitar el vértigo, para recordar el peso de la carne. No, para qué tocar nada, si tu lenguaje yo lo entiendo. Con eso me basta. Besos.
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