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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

ABANDONEN EL BARCO



A veces el otro es tan sumamente ególatra que, creyéndose el centro del universo, aun careciendo de autoridad moral, decide, unilateralmente, usurpar un proyecto compartido que ni siquiera le pertenece por derecho. A veces el otro es tan despótico y totalitario, tan inmoral y falto de escrúpulos, que, obscenamente, se arroga el derecho de establecer unas normas a las que tú, presuntamente, habrías de someterte como dócil vasallo.
Abandonar lo que otros rompieron previamente no equivale a saltar del barco como las ratas; revela únicamente un mero instinto de conservación, una sana capacidad de establecer límites más allá de los cuales no se está dispuesto a viajar.
Por mucho que pretendan pintártelo de verde, cuando se ha acabado no hay nada que hacer; no queda nada que salvar. Intentan sólo persuadirte de que aguantes para que mantengas precariamente a flote una nave que ya no es la tuya. De la que, como mucho, te dejarán fregar la cubierta de vez en cuando. Porque ‒no te permitirán olvidarlo‒ donde hay patrón…



E. Delacroix, Despues del naufragio
E. Delacroix, Despues del naufragio



Genesis, That's all

 


Los verdaderos protagonistas estan aquí