SE TI SCRIVO SOLO ADESSO…
Quédate, Señor, tu serenidad
si es para aceptar lo
que cambiar no puedo.
Animal me hiciste,
la respuesta es
refleja:
si me hieres, me
revuelvo.
Daño colateral o
error de cálculo.
Elección equivocada.
Quizá sólo un
despiste.
Te fabricó a su
imagen un ser imperfecto.
Negligente.
Te cansaste demasiado
pronto de hilar
y cortaste.
En el tejido, un agujero.
Extirpaste sin zurcirme
siquiera.
Tarde para disculpas:
el trasplante es imposible,
no existen indemnizaciones.
Me has dejado sólo
una opción.
Quiero la hoja de
reclamaciones
Se ti scrivo solo adesso, un
motivo ci sarà.
Crece bajo mi ventana
el sauce
blanco −terca
cabellera cana−,
cabizbajo.
Ninguna mano
complaciente
aligera ya sus ramas.
Pasó el capricho
infantil
−mi edad, si
preguntan,
sólo tres dedos−
Nos echan de menos en
el jardín,
abuelo.
Tú tienes el tuyo de
piedra:
duermes hace años
en el suelo.
Yo, a días,
no sé reemprender el
vuelo
(S. G. I, Madrid, 15 de
julio, 2013)
El sacrificio de Isaac, Caravaggio |
Gracias, Dios mío, por habernos
creado animales. Por habernos emparentado, salvo a unos pocos más próximos al
reino de los protozoos −con perdón de las amebas−, con el mono.
Para escuchar a Ligabue interpretando Lettera A G, precedida por su poema Il guscio rotto