.

.

DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

CORRE, QUE TE PILLA LA IGUALDAD

En el zoo
     Evidentemente los hay que, aún, no logran perdonarnos. Se empeñan en no pasar página. Y confunden lo privado con lo público. Lo concreto y puntual, con lo habitual... generalizando. Peligrosamente, generalizando. Haciendo norma de lo que, sí, es un caso aislado. Recurriendo a un argumento tan ordinario como tramposo.
     Hay que ver, y todo por un quítame allá esa manzana.
     Por cierto, volviendo a eso de que en boca cerrada... Se ve que últimamente no andamos muy sobrados de prudencia.

¡VAYA PIERNAS!, PENSÓ AL VERLA

Era todo músculo. Demasiado resuelta; muy masculina. Su padre, de niño, le zurraba si se dejaba pegar por una chica... Pero, aunque le aterra reconocerlo, sus sentimientos cambian al verla despellejar con soltura un jabalí. 
Te invito a un hidromiel esta noche. Si tu padre consiente, claro. Te dejaré en casa antes de que mi clepsidra anuncie el fin de la primera vigilia. 
Atalanta lo mira como si acabase de escapar del Heládico antiguo. Ni se molesta en retarlo a la carrera con la que se deshace de los moscardones. Él, frustrado, busca el consejo de Afrodita. 
Había pensado regalarle alguna joya. ¿Qué tal unas manzanas de oro? 
Hipómenes, hijo, pareces tonto. Es una mujer, no una de esas muñecas hinchables que fabrica Pigmalión. ¿Conquistarla con fruslerías? Lo llevas claro. Quizá un arco último modelo... 
Ella fue concluyente: “Mira, chato, estás como un queso de Beocia, pero alguien te ha llenado la cabeza de… pájaros. Si quieres arrimar cebolleta, antes habrás de aprender a arrimar el hombro como un hombre”.
Voy un momento a buscar un vellocino, cariño. Vuelvo en unos años.
A diferencia de las compañeras de otros argonautas, no se queja de que se aburre. Con el niño y el resto de tareas de la casa, le sobra poco tiempo. Pero cuando Atalanta regrese, comprobará que he sabido emplearlo bien, se dice orgulloso mientras cuenta las vueltas del peplo nuevo que le está tejiendo.
Salomé Guadalupe Ingelmo
¡Vaya piernas!, pensó al verla, ha sido publicado en la antología de textos del Iconcurso de relatos cortos Isonomía ACEN, "Relatos para Malala", Acen: Castellón, 2012, p. 48.

Atalante e Hipómenes, Guido Reni

 Para escuchar a Joaquín Sabina interpretando 19 días y 500 noches
 Sin acritud, que conste. 
lN06f23C7D10X56B3080
H50uK2sY4n16Z51r3320

Los verdaderos protagonistas estan aquí