El río de la vida a su paso por Aldeanueva del Camino |
Hay gente para
la que la razón pesa más que el plomo y vale más que el oro. Hay gente que,
por su tozudez, acaba perdiéndolo todo pero vive feliz porque “yo tengo aún la
razón”. Hay gente para la que la razón, su razón, es como el árbol que te tapa
el bosque. Porque tan obsesionados viven por conservar su razón a toda costa,
que en ella mueren ahogadas todas las razones. Hay gente que por su razón, por la
quimera de esa puñetera razón absoluta que nunca ha existido,
se pierde todas las verdaderas razones. Ésas que la vida ofrece pero ellos se
empeñan en ignorar. Porque, gracias a
las orejeras y los tapones que cuidadosamente se colocan, tiene los sentidos anestesiados.
Probablemente te sentirás mucho más seguro/a tú que yo, mucho más satisfecho/a. Felicidades. Yo, no
obstante, me quedo, inquieta pero viva, con todas las demás razones.
(S. G. I.
Hervás, 10 de junio de 2012)
Auto de fe de la Inquisición, Francisco de Goya |
Para escuchar a Paco Ibáñez interpretando Para Julia,
de José Agustín Goytisolo