A Salomé Guadalupe Ingelmo
Hay veces que las semillas se incendian,
que arrasan con los edenes marchitos
y atraviesan la demencia del día
sin temor de las insurrecciones en el costado letal de la
noche.
Y desnudan toda la sangre, y la tienden al sol para nutrir
la genista
a pesar de las ventanas amordazadas y de los barcos
enjaulados lejos de la marea.
Hay estaciones de agua que estallan en la boca de las
mariposas,
y parece que el mar se alarga como las manos de un niño
para acariciar el conejo crecido de la galera.
Y aunque nadie ve pasar a las hormigas bajo la lluvia,
llueve alegremente contra la luz de los semáforos y de los
baricentros. Llueve
y las hormigas pasan y el incendio llega hasta la raíz del
alba.
Y no importa que al otro lado del hemisferio derecho, los
señores blancos no entiendan.
Ituzaingó, 17
de Noviembre de 2017
Sí, es cierto:
“Certe notti, se sei fortunato, buissi
alla porta di chi è come te”. Ya lo decía Ligabue allá por el 1995. Y lo
sigue sosteniendo. Porque los viejos roqueros, como los viejos poetas, nunca
mueren.
Áyax y Casandra, Solomon Joseph Solomon |
Luciano Ligabue, Certe notti
(Torino 2006)
Luciano Ligabue, Certe notti (Monza, 2016)
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