No esperes fidelidad de un
político hoy en día. Parecería contra natura.
Son, sencillamente, chicos/as
fáciles. Tan poco práctico mantener la palabra dada…
En el fondo no es culpa suya;
alguien ‒bastante descerebrado, probablemente durante una larga noche de
insomnio, tras haber mezclado alcohol con anfetaminas‒ los ha dibujado así. Su
impudicia no conoce límites cuando se trata de ostentar su incontinencia
verbal: siempre dispuestos a mentir obscenamente con tal de alcanzar sus fines,
de calmar sus insaciables apetitos. No pararán hasta llevarte al huerto y
después, cuando te hayan dejado en pelotas, o con mucha suerte en bragas, una
vez hayan obtenido de ti lo que deseaban, se comerán sus promesas de amor
eterno sin empacho alguno. Así, a palo seco. Se lanzarán en otros brazos y
retozarán sin recato ni remordimiento ante tus propios ojos. Tendrán la
desfachatez de negar la evidencia que atónito presencias: "cariño, esto no
es lo que parece".
En realidad no sé de qué se escandalizan algunos:
siempre se dijo que la política crea extraños compañeros de cama. Y para ser
sinceros, si lo pensáis bien, tan extraños tan extraños no son. Aunque, puestos
a contemplar guarradas, yo prefiero las protagonizadas por los adorables
amiguitos de arriba.Henri de Toulouse-Lautrec, Salón de la Rue des Moulins |
Phil Collins, Easy Lover
No esperemos nada bueno delo que predican el "Todo vale"
ResponderEliminarBesos.
En algún momento la cosa se nos escapó de las manos y la política, sobrecogedora paradoja, se distanció definitivamente de los principios. Y nosotros optamos por no hacer nada al respecto. Pero el papel de pacientes espectadores no puede ser eterno, porque, no, en efecto no todo vale. Besos.
EliminarRazón llevas, ahora solo estamos en la disyuntiva de votar malo o menos malo. El nivel de los supuestos profesionales de la politica es vergonzoso y la decepción y desgana de participar en su elección crece. Al final ellos siempre ganan, el sistema está hecho para eso. Es como una ruleta trucada.
ResponderEliminarNací en el 73 y, gracias al razonamiento del mal menor (torticeramente alimentado por aquellos a los que más les convenía), mi voto ha sido cautivo casi toda la vida. Hasta que, observando que quien lo recibía no lo consideraba un préstamo, una prórroga temporal para acercarse más a los principios realmente a mí afines, unos que por otro lado no debieran de haber distado tanto de los que ellos mismos predicaban en campaña, decidí que aquello era juego sucio y la coacción se había acabado: si mi voto es coherente y me permite estar en paz con mi conciencia, será siempre, independientemente de un resultado electoral, un voto útil. Al menos según lo veo yo, ya está bien de vivir de las rentas. Se me colmó la paciencia. Especialmente cuando contemplo la altura moral que hay al otro lado.
EliminarSucede que, cuando sólo pierdes, en algún momento has de decidirte a ponerle fin al juego e inventar nuevas reglas. Unas con las que todos desfrutemos moderadamente de la partida.
No cabe esperar nada. Mentiras, falsas promesas y nada más. El poder corrompe y los que han estado en él, corrompidos están y los que aguardan lo hacen porque quieren corromperse. Se valen del engaño, de unos medios de comunicación manipulados, de la mala educación de la ciudadanía, de la incultura, de la extorsión, del espectáculo adocenado de cuatro titiriteros y muchos tertulianos. Es una pena eterna.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
Sólo una discrepancia, querido Francesc: me niego a aceptar que el poder corrompa. Una excusa demasiado cómoda para los de siempre. Quien alguna vez ha tenido principios y honor no los pierde nunca. Luego fingían los que, en su día, se presentaban como honestos estadistas y ahora se dirían irreconocibles dictadores aferrados a sus privilegios. Si permites, citaré a Gollum: "mi tessssoro".
EliminarAhora que el compadreo de los dos partidos políticos que han gobernado en España desde Franco ya es oficial, supongo que asistiremos a cómo juicio tras juicio quedarán sin castigo los políticos que se han enriquecido gracias a ostentar el poder, con un quítame unas tarjetas black por aquí y unos EREs por allá. Para distraernos van a tener la suerte de que ellos y medios de comunicación centrarán su atención en la amenaza secesionista de Catalunya, que en realidad es una huida hacia adelante para distraernos de que los gobiernos catalanes también han estado metiendo la mano en el bolsillo de todos al 3%.
ResponderEliminarPero es desconcertante cómo una parte de la población entra al trapo con gran entusiasmo...
EliminarCuanta razón tienes Salomé. Un abrazo.
ResponderEliminarY mira que yo a veces prefiero equivocarme... Besos.
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