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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

A QUE TE ARREO UN CANCHALAZO EN TÒ EL COSTILLAR

En el zoo. Pero podría ser en una sede de partido cualquiera.


Este siempre ha sido un país de guerras fratricidas. ¿Alguien lo dudaba todavía? Nos hemos torturado, acuchillado, descuartizado, destripado, masacrado y despellejado ‒sobre todo despellejado. En las escaleras vecinales, en los mercados, en los bares…‒ durante siglos. Es connatural a la idiosincrasia española. Nos consolamos repitiendo que, también, a la humana. Yo no lo tengo tan claro. En cualquier caso, el español medio, tan perezoso y limitado cuando se trata de otras actividades ‒de hecho, tan poco dado a toda actividad voluntaria y gratuita (por no remunerada y por superflua)‒, ha perfeccionado este arte ‒el de meterle el dedo en el ojo al vecino, y a ser posible sacárselo‒ convirtiéndolo en virtuosismo. Esta gran nación de naciones descubrió su vocación ya muy tempranamente, y en ella ha perseverado con verdadero entusiasmo, inaccesible al desaliento o la fatiga. Nosotros, que nacimos cansados, no escatimamos en leñazos, porrazos, navajazos y puñetazos de todo tipo, preferentemente mortales de necesidad o cuanto menos invalidantes para los restos. Si puedes, déjalo muerto; si no, por lo menos lisiado. Ya que te tomas la molestia de hacerlo, por lo menos hazlo bien. De lo contrario, es tontería. A veces, sólo a veces, hasta somos meticulosos. Sin escrúpulos ni chorradas. Sobre todo cuando se trata de “escogorciar” al enemigo, que en este país no existe el contrincante y, como también nos caen mal los gabachos y estamos comprometidos con la abolición de las clases ‒de boquilla, porque luego bien que nos gusta doblar el espinazo ante la nueva aristocracia (de bolsillo, en todos los sentidos)‒, ni idea de quién era el tal Barón de Coubertin. El deporte que realmente nos gusta, el verdadero deporte nacional: el canchalazo libre, en su modalidad “que si te lo arreo un poco más fuerte, te dejo bien adobadas las costillas”. Como diría Forges: “Pais…”


Duelo a garrotazos (Goya)
Duelo a garrotazos (Goya)


"Dead & Gone", Brother Dege
 

2 comentarios:

Los verdaderos protagonistas estan aquí