Reza la
leyenda que George Clinton, fundador de las bandas Parliament y Funkadelic, le
dijo a Eddie Hazel durante una sesión de grabación: “toca como si tu madre
acabara de morir”. Y así nació Maggot
Brain. Hazel, que sólo tenía veinte años, se aferró a la guitarra en un
solo de más de diez minutos que se recuerda como uno de los más sobrecogedores
de la historia de la música. Como si no le quedase otra cosa en el mundo. Como
si le acabasen de amputar una parte esencial y en la prolongación de su
guitarra, esa fiel compañera desde la infancia, buscase consuelo. Nacida de la
ficción, Maggot Brain, se revela
desgarradoramente sincera. “El poeta es un fingidor que finge constantemente, que hasta finge que es dolor, el dolor que
en verdad siente”, decía Pessoa.
Muchos
músicos, fascinados por su fuerza, han decidido interpretarla. Desafortunadamente
Eddie Hazel murió en 1992, a
consecuencia de su abuso de las drogas y el alcohol; pero aún hoy, a casi
catorce años de su composición, Michael Hampton, también miembro de
Parliament-Funkadelic, la sigue tocando en sus conciertos. Y el público sigue emocionándose
como el primer día. Porque esos acordes eran sinceros cuando Hazel imaginó que
su madre moría. Tanto como lo siguen siendo hoy. Salieron del corazón y del
corazón se siguen adueñando. En efecto algo muere cuando la escuchas. Quizá,
más bien, deseas volver a escucharla cuando algo ha muerto. Hoy regreso una y
otra vez a Maggot Brain. No puedo
negarlo, es día de difuntos.
(S. G. I., Madrid, 1 de noviembre de 2014)
Michael Hampton, Maggot Brain
Lili Haydn, Maggot Brain
Carlos
Santana, Maggot Brain
George Clinton
& Parliament Funkadelic, Maggot Brain
Eddie
Hazel & Michael Hampton, Maggot
Brain
Sentimiento en estado puro, y ningún sentimiento es pequeño o indigno.
ResponderEliminarHemos de vivir de sentir nuestros propios sentimiento, y cada uno de ellos.......
Indigno en el sentido que lo dices tú, querido Enrique, seguramente no. Pero en efecto los hay más enriquecedores y menos; más nobles y no tanto. Como indicas, “cada uno de ellos…”. Besos.
EliminarEs preciosa Salomé, pero definitivamente me quedo con Carlos Santana, también con Lili Haydn. Besos.
ResponderEliminarQuizá por ese exacerbado respeto que siento hacia el acto de la creación, tiendo siempre a preferir la ejecución de los propios artífices. Aunque en este caso, curiosamente, casi me quedo con quien probablemente más veces haya acabado tocándola, que en el fondo supone metabolizarla hasta casi hacerla tuya. Sí, me quedo con Michael Hampton. Aunque la ejecución de Haydn, también por su originalidad, me parece notable. Besos.
EliminarMuchas gracias, José Luis. De seguro nos resultará muy útil. Especialmente al pasar por zonas donde los estragos del fuego son recientes, dan ganas de hacer algo más al margen de llorar. Abrazos.
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