Impudicia |
EL VIRUS MÁS LETAL
No hace falta un
máster
para colocarse un
traje… caro
y colarse en un
despacho
que el mérito no
franquea.
Que no hay peso
nocturno
que el sueño turbe
sin conciencia
sobre la que sentar
cabeza.
Encima de los
hombros: nada.
Pecho vacío
el latido silencia.
No hace falta un
máster
para hollar vida
ajena.
Que el pudor que no
existe
no ata la lengua.
Alimenta la ignorancia
soberbia e insolencia.
Ciertamente para
medrar
a costa de decencia
no se necesita una
carrera.
(S. G. I., Madrid, 9 de octubre de 2014)
Cornelis Van Haarlem, Masacre de los inocentes |
en rigor debería dolerme tu poema, pero no hace más que llenarme
ResponderEliminarel hueco de la palabra con el dolor que me causa esta plaga y los
tantos errores de los que saben
saludos
Pandemia de incompetentes.
ResponderEliminarBesos amiga
En efecto la incompetencia es algo que un cargo público no se puede permitir. Pero en este caso concreto la inhumanidad y la desfachatez que se ha puesto de manifiesto me resultan aún más sangrantes. No creo que en ningún lugar civilizado algo así no tuviese consecuencias inmediatas. Cada uno ha de responsabilizarse de sus propios actos y palabras. A mayor razón si uno es pagado por los ciudadanos y presuntamente les representa y vela por sus interesas. Besos.
EliminarEn rigor, querido Omar, yo diría de los que no saben, pero tampoco escuchan ni respetan a los que sí. Besos.
ResponderEliminarUn poema precioso que estos tiempos que corren le van como anillo al dedo. Un abrazo.
ResponderEliminarLamentablemente. Besos.
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