SI YO TUVIERA MANOS
No prescribe el peso
de los días
ni la ausencia de los
miembros.
Una mano lava a la
otra, dicen.
Pero yo no tengo:
ni dos ni una
ni media.
Me falta padrino
que empuje la rueda.
Y tú me crees manco,
Justicia…
La viga te ciega.
(S. G. I., Madrid, 24 de octubre de 2014)
Unarmed Man por Odd Nerdrum |
Armando Palomas, Canción del Mutilado
Y tan ciega, pero cuando quiere. Besos.
ResponderEliminarEvidentemente para ella, o más bien para parte de ella, hay personas invisibles. Invisibles porque en ellas todo se puede justificar (y cerramos los ojos) o, en el polo opuesto, como es el caso concreto, invisibles porque resultan peones prescindibles a los que se puede sacrificar. Besos.
EliminarSacrificio y justicia, no siempre van parejas.
ResponderEliminarSaludos Salomé
De hecho a menudo acaban siendo contrarios. Sobre todo porque suele suceder que se sacrifiquen los mismos de siempre: meros daños colaterales, parece ser. Abrazos.
EliminarNo hay peor ciego que el que no quiere ver. saludos amiga
ResponderEliminarEn efecto sólo eso puede justificar que se pretenda negar lo que a cualquier juicio sano parecería evidente. Besos
EliminarNo creo que sea ciega, pero en ocasiones, cuando le interesa, mira para otro lado.
ResponderEliminarUn beso, Guadalupe.
Es triste e indignante que se le vuelva la espalda precisamente a las personas que más solidaridad y ayuda, más justicia también, merecen. Besos
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