Segregación por sexo en los
colegios, perversa y pervertidora, alimentadora de acercamientos retorcidos al
cuerpo y la mente propios y ajenos; niños de clases humildes señalados por
humildes uniformes, que recompensan la caridad rellenando tinteros para los
compañeros de pago o con cualquier trabajo servil que no dignifique, que
inculque tempranamente la sumisión a los superiores y el sano hábito de la
cabeza gacha; provechosas clases de costura y cocina –sólo para las niñas,
claro; en ese modelo de España no caben los “maricones” – que preparen para el papel desempeñado en la sociedad
–de bien– mañana: para remendar pañales y tapar con el alimento del cuerpo la
voz de la adormecida alma... Todo, bajo la atenta mirada de un cristo
taciturno: afligido porque algunos, sin su beneplácito, dentro y fuera de los severos
confesionarios, han monopolizado un discurso que ya no reconoce como suyo.
Algunos de vosotros tenéis la
suficiente edad como para que os suene. Otros lo habréis visto en el Nodo. Los
demás, temo, comprobaréis de lo que hablo dentro de muy poco.
Para tener más claro lo que se nos viene encima
Muy buen texto Saolmé, yo no lo viví, pero creo como tu dices que dentro de poco, antes de lo que pensamos, lo viviremos. Que pena. Un saludo
ResponderEliminarNo hay nada inevitable, hasta que se demuestre lo contrario. Jamás rendirse antes de tiempo. Todo tiene solución menos una cosa, decía mi abuelo. Eso sí, habremos de arrimar todos el hombro para ponerle remedio. Porque, ya sabéis que no me gusta engañar, lo llevamos crudo. Así que, aún más empeño. Besos.
EliminarEspero que nos demos cuenta de la enorme losa que nos quieren echar encima y seamos capaces de dar la respuesta que la situación se merece.
ResponderEliminarUn abrazo, Salomé.
Yo confío mucho en el buen juicio del ser humano en general. Y en concreto, respecto a los españoles... Somos un país, viejo; hemos visto y vivido mucho... Creo que ya es difícil engañarnos. Y espero que también lo sea acallarnos. Besos.
EliminarYa hay un español que quiere
ResponderEliminarvivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
Antonio Machado
Ciertamente hay cosas que no parecen haber cambiado tanto. Quizá, irresueltas... Ya sabes, tenemos una historia compleja. Besos.
EliminarAuténtica regresión, amiga Salomé, una vuelta atrás como otras que ya hemos visto a lo largo de la historia. A esto no le veo arreglo ninguno, no albergo ninguna esperanza. Estos mandamases tienen mayoría absoluta y hacen lo que les da la gana o lo que dictan los Rouco y compañía. Utilizando la mentira y la manipulación, se empeñan en sembrar discordia, quieren que nos enfrentemos unos contra otros, que los de aquí hablen mal de los de allá y que la intolerancia y la incomprensión presidan nuestras relaciones. Me opongo a las segregaciones en la escuela, en las calles, en los territorios y como diría la copla "haya cultura y prosperià".
ResponderEliminarLos versos de Machado están más vigentes que nunca.
Salud
Francesc Cornadó
Pues habra´que escuchar, más que nunca, a los poetas. No se encuentra Rafael Alberti entre mis preferidos, pero "a galopar, a galopar, hasta...". Grandes abrazos.
EliminarHola Salomé; no se hasta que punto estás comprometida e implicada en el tema, pero yo, o no me gusta mirar tanto hacia atras o me lavaron bien el cerebro, que no veo tan mal la cultura del esfuerzo y la valoración individual. En cuanto a lo de la religión, no deja de ser como el adoctrinamiento que había hasta ahora; voluntario.
ResponderEliminarPerdona la descortesía de discrepar en tu blog.
Un beso
Nada de descortesía, Manuel. Todo lo contrario. Siempre he instado a la discrepancia: creo que (al margen de valiente) es, o al menos debería ser, signo de reflexión previa sobre lo que nuestro “oponente” dialéctico plantea. Y tengo por principio respetar, a priori, los pareceres contrarios. Siempre que estos no atenten contra los derechos de mis congéneres, claro.
EliminarRespecto al esfuerzo, pocos lo valorarán tanto como yo. Y, modestamente, pocos tan habituados a él. No obstante, por desgracia, sospecho que aquí no se está discutiendo sobre ese sano hábito, que se me antoja sólo una tapadera.
La verdad es que nunca me he sentido de colores, sino de principios. ¿Comprometida? No más que cualquiera que desee una educación, una sociedad en general, libre y respetuosa del individuo y sus derechos; igualitaria y tolerante. Siendo además una persona de amplia espiritualidad, me ofende que según qué religiones y/o sectores sociales/políticos monopolicen y tergiversen a voluntad discursos que en realidad a todos (al menos a todos aquellos que queramos sentirlos como nuestros) nos pertenecen. La religión no se enseña; es algo demasiado íntimo que el individuo ha de cultivar por sí mismo en un largo y trabajado camino personal. Sería como intentar enseñar sensibilidad... O se tiene predisposición o no se tiene. La religiosidad no se reduce a una mera ritualidad, aunque a veces pueda comportarla. Se puede enseñar, eso sí, historia de LAS religiones o iconografía religiosa, por ejemplo. Sin ningún género de adoctrinamiento ni implicaciones morales. Como “simple” instrumento, si queremos, para abordar el estudio de otras disciplinas. Un estado laico nos protege a todos; los derechos de todos. También los de los ciudadanos que profesan una religión mayoritaria. Por otro lado no podemos olvidar jamás que estamos hablando de la enseñanza pública. Y hemos de aprender a distinguir las diferencias entre lo público y lo privado, cosa que en este país no parece estar suficientemente claro. Hemos de aprender a darnos unas normas comunes a todos que sean razonables y respetuosas para cada individuo. Yo jamás pretendería imponer mi visión moral a los demás, a pesar de considerarla bastante acertada. En eso consiste el respeto, en comprender y aceptar con naturalidad puntos de vista diversos. Es decir, en no creernos en posesión de la verdad absoluta. Abrazos.
hemos vivido casi igual historia, y estamos en riesgo de vivir otra peor en Argentina...
ResponderEliminarsaludos querida amiga
Confianza. El ser humano todo lo puede, abuela... Qué raro se me hace volver a decir esta palabra. Raro pero extrañamente bonito: no me queda ninguna de las mías... Besos.
EliminarUn besito Salomé, estoy muy contenta de verte. Estoy un poco malita, con fiebre.
ResponderEliminarPues a reponerse muy pronto; a ver si se lo vas a contagiar a los gatitos, que a esas edades todo se pega. Besos grandes.
EliminarEsperemos no tener que comprobarlo. Si bien, el género humano es el único que tropieza dos veces en la misma piedra, espero que hayamos sabido aprender de nuestros errores. Un abrazo.
ResponderEliminarEl tiempo es redondo como el mundo. Mis nietos terminarán padeciendo lo que yo aguanté ¡asco!
ResponderEliminarFigúrate tú si estamos en regresión, que yo he desenterrado la foto de mi jura de bandera...¡qué cabronada de dieciocho meses que me tiré entre gentuza! Abrazos, muchos, querida amiga.
ResponderEliminarBueno, de todo tipo de gente se aprende algo. Aunque sea a poner tierra de por medio a tiempo... Besos.
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