Alcornoque de la Fresneda (Aldeanueva del Camino) |
Son, sin duda,
tiempos para el ahorro. Y en esto, en rentabilizar al máximo, los escritores
somos expertos. Por eso yo sigo rescatando escombros de la basura, de esa que
tiré en un pasado ya lejano. No para aferrarme a ellos con insensata y
mortífera añoranza, sino para reciclar y fabricarles un presente digno. Tal vez
incluso, un futuro útil para otros. Yo ya no los quiero ni los odio por lo que
fueron; me limito a apreciarlos y mostrarles gratitud por lo que son, por
aquello en lo que se han convertido. Dentro y fuera de la literatura; fuera y
dentro de mi vida.
Para que el
cuento tenga futuro, hay que pasar página. Para avanzar hay que deshacerse del
equipaje que nos retrasa. Sin duda son tiempos para el ahorro, pero aun así hay
que aprender a tirar lastre: a discernir lo que conviene conservar y lo que no.
En muchas culturas
los trastos viejos se arrojan fuera de casa o se queman coincidiendo con el
comienzo del nuevo año. Simbolizando de este modo la catarsis de una nueva
vida. Os invito a poner en práctica este sano ritual. Nunca es tarde: cualquier
momento se revela, en realidad, bueno.
JUBILEO
(FINAL DE TRAYECTO)
La mar, insaciable, llama. El astro acude abatido,
fingiendo una pasión olvidada. Un día tras otro, el mismo cruel juego. Así
hasta el final de los tiempos…
La
penitente mira al horizonte y se ve dentro de algunos años: el cabello
prematuramente blanco y demasiadas arrugas para su edad. Comprende que no hay
nada más allá: ha llegado a Finisterre, el non plus ultra. Sus pasos,
voluntaria o inconscientemente, la han conducido a la Costa de la Muerte.
El agua
está muy fría. A su alrededor flotan objetos cotidianos, restos de otros naufragios.
Aterrorizada ante la nueva experiencia que supone nadar en mar abierto, en un
acto reflejo, se aferraría a la cama de matrimonio que a duras penas flota…
Aunque la sabe podrida por el maltrato y el abandono. Inútil intentar
restaurarla.
Del mar renace una mujer, libre del polvo
acumulado en el camino. Entre sus dedos, el viejo certificado se deshace en
regueros de tinta. Ella, que no busca venganza sino una nueva vida, consuela su
negro llanto.
Salomé Guadalupe
Ingelmo
Premio Internacional de
Cuento Hiperbreve “F.G.C” 2012
(Jubileo (Final de trayecto), ha sido publicado en Pupilas de unicornio, Antología de los textos
premiados en el Premio
Internacional de Cuento Hiperhiperbreve “F.G.C” 2012, Los
Cuadernos de las Gaviotas número 89, Ediciones Comoartes, Madrid/México D. F. 2012,
p. 13)
La Libertad guiando al pueblo, Eugène Delacroix (1830) |
Para escuchar a Anastacia interpretando Left outside alone
y, por lo premonitorio del documento, en concierto de 2004, en Roma
Es maravilloso.
ResponderEliminarGracias, Manuel. Bueno, ya sabes: es maravilloso, despues, para los que gozamos de la fortuna de poder escribir sobre ello. Tenemos mucha suerte; podría no quedarnos ni eso. Como dicen en Italia, "Chi si accontenta, gode". Besos.
EliminarPrecioso Salomé, me gustaría leerlo completo. Ya te estaba echando de menos. Besitos fuertes.
ResponderEliminarVoy a ser tu hada madrina... Deseo concedido: es un micro, así que está completo. Pero si te quedas con más ganas, lo que me halaga, aún hay muchos, microtextos y relatos extensos... Besos.
EliminarVolver a nuestros orígenes, el mar. Y renacer.
ResponderEliminarExcelente corto.
Salud !
Aunque a veces no lo parezca, son todo puntos y a parte. El punto y final sólo llega cuando decidimos someternos a escribirlo. Besos.
EliminarGracias, Salomé, por tus confortantes palabras. Y por tu bellísimo blog.
ResponderEliminarConozco Hervás: una maravilla.
Abrazos desde Madrid.
Gracias a ti, Antonio, por honrarnos con tu visita, a mí y a la villa. Abrazos.
EliminarTotalmente de acuerdo con lo del equipaje que nos lastra...
ResponderEliminarDespués la hiperprofundidad de lo hiperbreve....
Un besote.
Tú, como pintor, lo sabes bien. Un enorme ejercicio de disciplina y concentración. En el mundo actual no resulta siempre fácil distinguir lo superfluo de lo esencial. Besos.
EliminarNice post!
ResponderEliminarYa echaba de menos tus bosques, Lasse...
Eliminar¡Hola Salomé!
ResponderEliminarParece que conoces el secreto de la vida, renacer a cada instante, vivir el momento presente, porque eso es lo mejor que tenemos.
Besos.
Creo que los escritores tendríamos mucho que decir sobre lo del momento presente; hay tantos matices en los esdos de ánimo... Pero, sí, respecto a lo de renacer no me queda ninguna duda. Todas las veces que haga falta. Y cada vez, si cabe, más fuertes. Besos.
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