Granadilla, puesta de sol |
HAY VOCES CON CADENAS
No te muevas.
No respires siquiera.
Cualquier signo de
vida
inteligente
será considerado
ultraje
a la bandera.
¡Desacato,
sedición y vileza!
No caben desafectos
en su tierra:
las voces disidentes
sólo pueden dormir
bajo ella.
(S. G. I., Madrid, 20 de octubre de
2012)
Frida Kahlo, Sin esperanza |
HAY VOCES LIBRES…
Hay voces libres
y voces con cadenas
y hay piedra y leño y despejada llama que consume;
hombres que sangran contra un sueño
y témpanos que se derrumban sobre las calles sin
gemido.
Hay límites en lo que no se mueve entre las manos
y en lo que corre, corre y huye como una herida;
en la arena intangible cuando el sol adormece
y en esa inconfundible precisión de los astros.
Hay límites en la conversación tranquila que no pretende
y en el vientre estancado que se levanta o gira como una
peonza.
Hay límites en ese líquido que se derrama intermitentemente
mientras los ojos de los niños preguntan y
preguntan a una voz que no llaman;
hay límites
en la amistad
y en esas flores enamoradas que no se escuchan.
Hay límites
y hay cuerpos.
Hay voces libres
y voces con cadenas.
Hay barcos que cruzan lentos sobre los lentos mares
y hay barcos que se hunden medio podridos en el cieno
profundo.
Hay manteles tendidos a la luz de la luna
y cuerpos que tiritan sin sombra bajo la oscuridad de la
miseria.
Hay sangre:
sangre que duerme y no descansa
y sangre que baila y grita al compás de la Muerte;
sangre que se escapa de las manos cantando
y sangre que se pudre estancada en sus cuévanos.
Hay sangre que inútilmente empaña los cristales
y sangre que pregunta y camina y camina;
sangre que enloquecida se dispara
y sangre que se ordena gota a gota para nunca entregarse.
Hay sangre en lo que no se dice
y sangre que no se calla y no se calla.
Hay sangre que rezuma medio seca bajo las telas sucias
y sangre floja bajo las venas que se para y no sale.
Hay voces libres
y voces con cadenas
y hay palabras que se funden al chocar contra el aire
y corazones que golpean en la pared como una llama.
Hay límites
y hay cuerpos
y hay sangre que vive separada bajo las duras cruces de
unos hierros
y hay sangre que pasea dulcemente bajo la sombra de
árboles,
Hay hombres que descansan sin dolor contra el sueño
y témpanos que se derrumban sobre las piedras sin un
gemido.
Hay voces libres...
Emilio Prados
y voces con cadenas
y hay piedra y leño y despejada llama que consume;
hombres que sangran contra un sueño
y témpanos que se derrumban sobre las calles sin
gemido.
Hay límites en lo que no se mueve entre las manos
y en lo que corre, corre y huye como una herida;
en la arena intangible cuando el sol adormece
y en esa inconfundible precisión de los astros.
Hay límites en la conversación tranquila que no pretende
y en el vientre estancado que se levanta o gira como una
peonza.
Hay límites en ese líquido que se derrama intermitentemente
mientras los ojos de los niños preguntan y
preguntan a una voz que no llaman;
hay límites
en la amistad
y en esas flores enamoradas que no se escuchan.
Hay límites
y hay cuerpos.
Hay voces libres
y voces con cadenas.
Hay barcos que cruzan lentos sobre los lentos mares
y hay barcos que se hunden medio podridos en el cieno
profundo.
Hay manteles tendidos a la luz de la luna
y cuerpos que tiritan sin sombra bajo la oscuridad de la
miseria.
Hay sangre:
sangre que duerme y no descansa
y sangre que baila y grita al compás de la Muerte;
sangre que se escapa de las manos cantando
y sangre que se pudre estancada en sus cuévanos.
Hay sangre que inútilmente empaña los cristales
y sangre que pregunta y camina y camina;
sangre que enloquecida se dispara
y sangre que se ordena gota a gota para nunca entregarse.
Hay sangre en lo que no se dice
y sangre que no se calla y no se calla.
Hay sangre que rezuma medio seca bajo las telas sucias
y sangre floja bajo las venas que se para y no sale.
Hay voces libres
y voces con cadenas
y hay palabras que se funden al chocar contra el aire
y corazones que golpean en la pared como una llama.
Hay límites
y hay cuerpos
y hay sangre que vive separada bajo las duras cruces de
unos hierros
y hay sangre que pasea dulcemente bajo la sombra de
árboles,
Hay hombres que descansan sin dolor contra el sueño
y témpanos que se derrumban sobre las piedras sin un
gemido.
Hay voces libres...
Emilio Prados
Frida Kahlo, Raíces |
Para escuchar a Bob Dylan interpretando Hurricane
Buenos día Salomé!!!. hermosos poemas para empezar la mañana.. Feliz semana..
ResponderEliminarHermosa forma de comenzar el día, sabiendoos ahí, querida Ana. Besos.
EliminarNos encanta leer tus poemas, por lo que ilustran, y por el placer que trasmiten primero a los ojos, para una vez hilvanados por éstos, saborearlas en el cerebro. Podrá callar las palabras la tiranía bajo sus bandeas, pero en tu cerebro siempre serán libres. Besos.
ResponderEliminarReconfortante, queridos míos, sentir otros cerebros, otros corazones, tan próximos. Besos.
EliminarMe quedo siempre con las voces libres..
ResponderEliminarSaludos.-
Y que podamos seguir escogiendo por mucho tiempo... Besos.
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