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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

PALOMAS DE PLOMO

Viejo roble aún erguido

Camina lentamente con la vieja fotografía en blanco y negro en la mano. Escruta cada rincón intentando reconocer alguno de los detalles que la cámara inmortalizó tantas décadas atrás. Pero sus esfuerzos resultan vanos; ya nada es como era. Todo parece más nuevo y lleno de colores. Quizá también más legre, a pesar de todo. Tras mucho buscar el soberbio palomar en piedra que su imaginación infantil convirtió antaño en un castillo, se da por vencido y se sienta en un banco frente a un grupo de palomas que picotean por el suelo. Sólo ellas parecen no haber cambiado. En la vida real siguen teniendo el mismo color ceniciento de la foto.

Las grandes aves plúmbeas vuelan sorprendentemente ligeras sobre nuestras cabezas.
―¡Mira, mamá, mira! ―exclamo al tiempo que señalo hacia el cielo.
Pero mi madre no parece compartir mi entusiasmo. Tira de mí aún con más impaciencia. Ése es uno de los pocos recuerdos que conservo de ella. El paso de los años ha terminado por borrar su rostro. Y sin embargo recuerdo su mano firme apretando la mía hasta hacerme daño, llevándome casi a rastras por una carretera plagada de mujeres y niños de todas las edades.
Vuelan como bandadas de palomas ruidosas pero disciplinadas. Cuando abren sus panzas, dejan caer sobre nosotros relucientes huevos preñados de muerte. Siembran el desconcierto y el terror.
Volvíamos a Bilbao tras haber ido en busca de mi padre, siguiendo las pocas pistas que quedaban de él. Pero no regresamos a nuestra casa, sino que proseguimos hacia Santurce. Recuerdo los aviones pasando sobre nuestras cabezas, las explosiones, la gente corriendo campo a través, huyendo despavorida de la carretera... (S. G. I., Frafmento de El nido vacío, Accésit en el certamen de relato corto "Las redes de la memoria, 2008" de la Asociación Globalkultura Elkartea)

Guernica, Pablo Picasso

Para escuchar a Cranberries interpretando Zombie



13 comentarios:

  1. Hola Salomé. He sentido un escalofrío con el relato. Un abrazo.

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  2. Que relato tan triste, yo también he sentido escalofrío.Salome siempre es bueno que alguien nos recuerden que estas cosas existen y han existido.
    Un beso

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  3. Hola Salomé. Llevaba dos días intentando entrar en tú pagina, me decía que no se podía ver tu perfil.
    Me ha encantado el texto, de los que más. Para mi, haces una definición de la fotografía que se me pasa muchas veces por la cabeza: es la estimulación de el " recuerdo ", el que va cambiando con el mismo fondo pero con el desdibujar que el tiempo hace en ella. Como la de Guernica, una foto distorsionada para quien sin escrúpulos no quiere hacer justicia al sufrimiento, ni tan siquiera reconocer la atrocidad, se esquiva.

    un abrazo y que tengas un buen día.

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  4. Madre mía... gran relato, breve e impactante.

    Besos!!

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  5. Un fragmento muy bello.Hay recuerdos que son eternos y aunque no los hayamos vivido realmente si cerramos los ojos...los vemos.
    Un abrazu.

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  6. Y es sólo una ligera idea de lo que se pasa en las guerras. El miedo agarrado en el estómago, el afán de supervivencia, y la muerte. Y todo para nada, siempre para nada.
    Lo absurdo que se ve desde fuera pero ahí seguimos: Afganistán, Iraq, Somalia, El Congo, etc.

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  7. Salomé, me he quitado el sombreo ante tí, menuda entrada y menudo texto, te juro que leyéndolo, me he trasportado literalmente a la acción del mismo, por un momento me he situado en Guernica..
    He llegado a ver esas palomas, volando sobre la ciudad con un objetivo deliberadamente mortífero, que no dejó resquicio de dudas.
    Huevos con ojivas rellenadas de aluminio y de óxido de hierro.
    Picasso lo reflejó perfectamente en su cuadro.
    Saludos.-

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  8. la prueba de sangre que jamás debió pasar,
    horror en mi alma
    saludos

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  9. Hola Salomé, que te puedo decir, sin palabras, y la foto del Roble, me encanta, buen trabajo.

    Un abrazo.

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  10. Los horrores vividos y los que se viven...

    Andando por este sitio de letras e imagenes hermosas estoy desde hace un rato, husmeando entre sus rincones y disfrutando de lo que leo.

    Tienes un blog hermoso Salome y te sigo sin dudarlo!

    Las puertas de mi blog estan abiertas para cuando quieras llegar.

    Saludos y se feliz!

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  11. Impactante, historia para los que siguen después, un abrazo

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  12. Que triste contraste el de unas y otras palomas...

    Saludos.

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Los verdaderos protagonistas estan aquí