Garganta del Infierno (Valle del Jerte) |
LÁGRIMAS DE SAN LORENZO
Tan lejos,
tan cerca:
es siempre la misma bota
la que aprieta.
Aun en otro espacio y otro tiempo,
a todos nos arrancaron el cuero.
Clama mi garganta seca
por esta sed que justicia no ahoga
De amparo ni sombra
que ofrezca
a mi decepción consuelo:
no hay piedad ni descanso
en el Infierno.
Aparta de mí ese caldero,
que no quiero ver
lo que se cuece dentro:
ha de quedar el hórrido sustento
crudo,
me temo.
Con la corriente baja
un barquito repleto
de desatendidos ruegos:
ritual contra el resentimiento.
Hinche sus velas el viento.
Fluya, como veneno,
el rencor acerbo
lejos.
(S. G. I. Madrid, 14 de enero de 2012)
Para escuchar a Sinead O’Connor y The Chieftains interpretando Foggy dew
Para escuchar la versión de The wolfe tones
Estuve por alli hace algunos años y fue un sitio que me impresiono por su belleza.
ResponderEliminarMe han encantado tú poesia, escribes realmente bien.
Un fuerte abrazo
Me quedado out... pero creo recordar que estos hechos los recrea Vargas Llosa en su última novela, "El sueño del celta" ¿verdad?
ResponderEliminarEl poema es hermoso Salomé...el rencor es terrible, y no siempre se puede evitar.
Preciosa canción.
Un abrazo grande!!
Hermoso y sutil, como vos. Yo he tenido la dicha de conocer ese lugar y sentirlo en mi piel.Bella la garganta de los infiernos. Saludos desde mi terruño.
ResponderEliminarInevitable el hermetismo a veces. Temo que no he leído la última de Vargas Llosa. Determinadas imágenes se entienden a la luz de tradiciones cristianas ligadas al martirologio, y también de prácticas mágicas hititas (comunes en realidad al menos parcialmente a otras culturas). Respecto al contenido, la mejor pista es el título (recordemos como murió San Lorenzo) y, sobre todo, el acompañamiento musical y las circunstancias que inspiraron su nacimiento. Tú y yo sabemos, Laura, que casi nada es nuevo. Está el hombre lúcido preso de una noria a la que, solo, no puede poner freno. Sólo puede esperar no haber gritado vanamente en el desierto…
ResponderEliminarRealmente esas fotos me traen muchos recuerdos, Visite la zona un día muy lluvioso y tras volver al coche aunque empapado hasta los huesos, pensé que había merecido la pena, el sitio es una pasada y recomiendo a todo el mundo a visitarlo, yo volveré.
ResponderEliminarUn saludo.
Impresionante esa garganta de los infiernos. Yo también soy de la opinión de que "no merece un leal vasallo quien no se comporta como un buen señor", y mejor aun no ser vasallo de nadie ni de nada.
ResponderEliminarUn beso.
Impresionantes imágenes.
ResponderEliminarMe has recordado el Cantar del Mío Cid, "¡Dios, qué buen vasallo si tuviera buen señor!". Una de las funciones más importantes, y más difíciles, de un buen jefe es saber mandar bien, motivar a los subordinados y hacerles sentirse valorados.
Un saludo.
Al contrario que Rubén, pasamos un calor infernal en la garganta ( no es un juego de palabras) precioso Hervás y toda la zona.
ResponderEliminarTambién le dediqué alguna entrada en su momento en mi blog.
El tuyo me encanta, lo que he visto hasta ahora.
Un saludo
Rafa
Espero, Rafael, que el resto no te defraude. Abrazos.
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