COMO DOS LAGARTIJAS AL SOL
Inmóviles,
atravesadas por el punzante sol,
clavadas al tórrido momento
como dos lagartijas impresas sobre una piedra recalentada
por la fricción de sus escamas,
por la avidez de los cuerpos,
suaves como la piel de una mujer acariciada
en la dirección correcta,
deslumbradas
aún
por el inesperado descubrimiento,
por el rayo que alcanza a destiempo
disipando las sombras,
haciendo hervir
los húmedos sueños.
(S. G. I. Madrid, 21 de marzo de 2011)
Para escuchar a Pablo Milanés interpretando Yo no te pido
croac! croac!! :)
ResponderEliminarMira, lo estaba necesitando. Nada puede sonar a música más celestial en mis oídos: como regresar a la infancia. Gracias, Jose, eres lo más. Beso saltarín.
ResponderEliminarMe uno a Jose: croac, croac, croac...
ResponderEliminarMuy bonito el poema y esa rana bien pillada, contenta y feliz.
Un beso!!
Me vais a malacostumbrar con tanto concierto. Las ranas, Laura, porque, por supuesto, son dos. Por eso están más felices, claro. Besos.
ResponderEliminarBonito poema, profundo, buenas metáforas...
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias. Me alegro de que haya habido empatía.
ResponderEliminarEl color de la rana de la derecha, no me permitió ver a la otra rana....snifffff
ResponderEliminarBesitos
Como repito muy a menudo, no todo lo que no ves no está... En general lo digo cuando les explico a los alumnos los verbos irregulares acadios o pretendo que intuyen simplemente dónde se ha producido una asimilación de consonantes. Aunque por supuesto mi intención es que reflexionen con miras aún más amplias sobre la frasecita. Lo importante es, sobre todo, que la ranita no esté sola. Besos saltarines.
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