.

.

DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

A NINGUNA PARTE

13 comentarios:

  1. Hola Salomé. Vista como esta abundan por nuestra geografía. Vias que están obsoletas por el cambio en los medios de transporte. Esto se está aprovechando para la creación de las famosas vias verdes, que a mi parecer ha sido un gran acierto. De esta manera es mas facil llevar la naturaleza a la población. Por aqui tenemos una vía verde muy transitada, sobretodo los fines de semana; mucha gente a pie y en bicicleta admiran el paisaje de la Sierra Subbética cordobesa. Un abrazo desde Doña Mencía.

    ResponderEliminar
  2. En efecto, José Manuel, a mí también me parece una opción inteligente. Sobre todo porque soy aficionadísima a reciclar. Aunque así acercamos a la población a un cierto tipo de naturaleza, a una naturaleza humanizada. Eso, por supuesto, también está muy bien. No obstante creo que convendría asegurarse de que ello no reduzca progresivamente los espacios de la naturaleza “salvaje” ni ponga en peligro su equilibrio, esencia o incluso su supervivencia. Y he de decir que muy a menudo esto no es así, sino más bien al contrario. Para mantenernos en el escenario de Hervás, basta pensar en los bancos y mesas que colocaron hace un tiempo a los pies de mismísimo Pinajarro, por ejemplo. A menudo me duele pensar que el hombre no es capaz de apreciar, ni siquiera de percibir, la belleza de lo natural. Es como si para el hombre moderno sólo pudiese ser hermoso lo artificioso. Y me preocupa aún más porque esa dolorosa deducción parecería confirmada por un cierto tipo de preocupación, de obsesión, por la imagen que actualmente me parece muy extendida o casi mayoritaria. Y la apariencia está muy bien, por supuesto, pero creo que siempre y cuando sea un reflejo de una esencia. Hay capullos de lepidópteros realmente fascinantes, y sin embargo lo verdaderamente mágico son las mariposas. Fuertes abrazos.

    ResponderEliminar
  3. Y vias que ni siquiera vieron pasar un tren. Por lo menos como dice Joosé Manuel, algunas se han convertido en vias verdes, la de aquí también esta muy transitada.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Eso sí que es triste, Ana: infraestructuras que cuestan dinero y suponen intromisiones agresivas en el medio para nada, sólo por no tener visión de futuro o no proyectar correctamente (la opción de "para tener justificación que me permita desviar fondos" no quiero ni barajarla porque soy muy confiada. Algunos amigos muy mal pensados prefieren decir que son sencillamente demasiado inocente). Al menos si las que eran inevitables y claramente beneficiosas para la población se reaprovechan después y se convierten en zonas para relajarse al aire libre, lejos de los centros comerciales, la televisión, el sofá delante de la televisión, etc, se dota de un sentido a nuestra colonización de los espacios naturales. Que tengas un fin de semana fantástico y te encuentres a mucha gente maravillosa en esa vía verde vuestra. O también fuera de ella, claro. Besos.

    ResponderEliminar
  5. Bonjour Salomé,
    Chaque image chaque photo nous renvoie à des réalités, vécues, oubliées, dépassées ou bien présentes. Je vois que tes lecteurs ont chacun une approche différente. Ce qui est aussi mon cas.Sans oublier le travail des hommes, ainsi abandonné, j'ai toujours eu beaucoup de plaisir à marcher le long de ces voix ferrées anciennes qui existent aussi en Europe et en France. Ceci éveille ma curiosité et mon imaginaire. Je crée ainsi souvent des installations land art dans ce paysage ferroviaire.
    Ta photo est très belle. Bravo,
    Amitiés.
    Roger

    ResponderEliminar
  6. Yon también soy partidario de las vías verdes. Sucede, sin embargo, que las administraciones públicas, esas mismas que gastaron un auténtico dineral en proyectar ferrocarriles inútiles (pongamos el ejemplo del tren de Talavera a Villanueva de la Serena), son incapaces de gestionar adecuadamente las vías verdes. Sin ir más lejos, a la altura de la localidad pacense de Palazuelo, las obras de la vía verde arruinaron un rodal de la orquídea Serapias perez-chiscanoi, catalogada en peligro de extinción en Extremadura. Es decir, el patrimonio natural se perdió por la absoluta incapacidad de los políticos en advertir que esas obras debían hacerse de manera respetuosa con los valores y la biodiversidad existentes. Por otro lado, hoy he podido ver como está la vía verde a la altura de la abandonada estación de Cañamero. Os invito a que contempléis, de aquí en unos días, el estado cochambroso de basura y dejadez en que se encuentra el entorno y los edificios de la estación. Algunos excursionistas son una partida de sujetos incívicos e irrespetuosos. Y así se escribe la historia.
    Por lo demás, Salomé, creo que aciertas en tu punto de vista sobre el asunto que tratas.
    La fotografía es, como siempre, preciosa.
    Besos

    ResponderEliminar
  7. Muchas gracias Roger. En efecto tú pones de manifiesto algo de lo que me he dado cuenta recientemente, especialmente a partir de haber inaugurado la sección “Señales”: los amigos que por aquí se pasan tienen aproximaciones de lo más variado al blog, cosa que me fascina porque creo que, sea casualidad o no, refleja muy bien mi personalidad. He comprendido que las fotos que cuelgo en esa sección, que rara vez van acompañadas de comentarios, generan reacciones de lo más diversas y son interpretadas de las formas más dispares. Formas que a veces nada tienen que ver con el mensaje original que la escena me transmitió a mí, y que presuntamente yo pretendía comunicar. Lo que también es fantástico porque me parece que así nos enriquecemos todos más y surgen debates que nunca pude prever, como el que nos ocupa en este caso. En realidad esa foto servía más bien como presentación a la primera entrada de la nueva sección “Metáforas”, pero las intervenciones se están decantando por una interpretación diversa que ha abierto un debate muy importante. Mirar hacia dentro, como había previsto yo en un primer momento, es necesario; pero analizar lo que sucede fuera con el afán de mejorarlo tampoco lo es menos. Así que estoy encantada de recibir visitas participativas y preocupadas por el mundo en el que todos vivimos. Dicho lo cual te confieso que a mí también me inspiran mucho las viejas vías ferroviarias. Parecen tirar de ti como un imán. Siempre tienes la sensación de que, si las sigues, te conducirán a un lugar misterioso y fascinante. Mira, ya que parecen llamarnos tanto a los dos, lo mismo un día yo echo a andar vía a delante aquí y tú haces lo mismo allí, y nos acabamos encontrando a mitad de camino. Que es siempre un lugar muy bueno para encontrarse.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  8. Fíjate, Warlock, que hace poco dejaba un comentario sobre el mismo tema que sacas a la luz en el blog de otra persona. Yo comprendo que un cargo político, lamentablemente, no tiene la obligación de ser un profesional de la materia que le ponen entre las manos. Sin embargo sí que está obligado a buscar asesoría entre profesionales cuyo juicio merezca confianza. Y por supuesto debería estar obligado a escuchar sus conclusiones, sean las medidas que aconsejan populares o no, le den fotos en los periódicos o no y le hagan mantenerse en la silla con más facilidad o no. Obviamente esto es muy bonito en abstracto: si la moralidad, la rectitud y la lealtad primasen. Es decir si un cargo político escogiese ese tipo de vida con afán de servicio. Lo que en este momento, y lo lamento si parezco demasiado dura, viene a ser lo mismo que sostener que los cirujanos plásticos mayoritariamente escogen su especialidad médica por amor al prójimo y puro altruismo. El tema es que los ciudadanos deberíamos quejarnos mucho más, manifestarnos mucho más. Estoy cansada de repetirlo en Hervás, y las personas, desalentadas pero quizá también demasiado comodonas, siempre responden lo mismo. Se diría que nos hemos instalado en el derrotismo. Y me parece a mí que eso, junto con la autocompasión desmedida, es de lo peor que hay. Besos.

    ResponderEliminar
  9. Hola Salomé, yo de pequeño era más burro que tú y me recuerdo colocando pesetas en los railes de la estación de Hervás para que las aplastara el tren. Por cierto, muy buenos los comentarios a esta foto, coincido contigo y con Warlock al 100 %, he trabajado con murciélagos amenazados algunos años y me ha tocado sufrir alguna vía verde (no niego que las habrá respetuosas). Los túneles no se pueden rodear porque son emocionantes y hay que darles emoción a los visitantes, aunque pongamos en peligro importantes colonias reproductoras de murciélagos amenazados. Pero la oscuridad es peligrosa y no podemos permitir que nuestros visitantes se caigan, la seguridad ante todo, así que pongamos luz en los túneles. De esta brillante manera nos quedaremos sin emoción y sin murciélagos, pero es lo que hay.

    ResponderEliminar
  10. Ya, Alberto. Es el problema de pensar que acercarse a la naturaleza significa convertirla en un jardín público. Los jardines públicos están muy bien en medio de la ciudad: son, al menos, un pequeño oasis, un respiro que nos concedemos entre el cemento. No obstante, si me acerco al Pinajarro y por el camino veo que han instalado bancos y miradores (las vistas excepcionales han estado allí siempre: no surgieron como una seta en el momento de instalar una barandilla), empiezo por enfadarme mucho y acabo por ponerme tristísimo. Y es ésa una congoja que no pasa, porque sé bien que la actitud que la causa persistirá e incluso empeorará (anda, va a resultar que no eres el único al que se le nota un cierto tono pesimista al hablar de estas cosas. Para que luego Warlock alabe mi idealismo y mi desmedida fe en mis congéneres…). A veces me da por pensar que es un error intentar revelar a los demás los tesoros que hay ahí fuera. Que si han de acercarse con la prepotencia del conquistador en lugar de hacerlo con la humildad del penitente, mejor habría sido celarles lo que se están perdiendo. Total, de esa forma no lograrán vivir el misterio, y la única consecuencia será la destrucción y la muerte (y vuelvo a pensar, como siempre, en todas esas salamandras aplastadas…). Lo peor es que esa destrucción la fomentan quienes deberían proteger. Y pensando que así, por ejemplo, atraerán más turismo, hacen este tipo de cosas: instan de una u otra forma a la gente a que se meta por las pistas de montaña con sus coches, les dicen que a la Chorrera se puede llegar en cuatro ruedas, facilitan que los quad conducidos por cualquiera y de cualquier forma se metan por cualquier sitio… Bien, cuando nos hayamos quedado sin absolutamente nada (y tú sabes mejor que yo cuánta riqueza natural se ha perdido en Hervás en los últimos veinte años), quiero ver qué es lo que atraerá a esos mismo turistas que presuntamente viene a ver la naturaleza.
    Y de mis amados murciélagos qué decirte, si aquí les tengo a todos la cabeza como un bombo con este tema. Cuántas veces habré despotricado sobre la contaminación lumínica y sus consecuencias (porque ya no vamos a hablar del uso irresponsable de los pesticidas). A la gente que piensa que eso sólo son chorradas, les ponía yo en Piazza Cinquecento de Roma a las tres de la mañana. Verías como cuando comprobasen los efectos de la iluminación artificial salvaje en los pájaros, empezaban a pensar de otra forma. Y recordar que cuando yo era adolescente aún corrías el riesgo de que algún murciélago despistado se te metiese en casa… Que los había a cientos por todos lados y sus deliciosos grititos eren sinónimo de que caía la noche... Como las lucecitas verdes de las luciérnagas que ya es imposible ver…
    Me están entrando unas terribles ganas de llorar. Sólo que yo me concedo muy pocas veces las lágrimas; sé que eso no soluciona nada. Solucionaría un cambio radical en la forma de pensar y actuar de la población, una toma de conciencia. Y palia esa falta de responsabilidad, mucho, el trabajo y los esfuerzos, el compromiso y el amor de personas como tú. Gracias de nuevo. Besos

    ResponderEliminar
  11. Convertir esta antigua línea de ferrocarril en via verde sería un digno final, el poder recorrerla tranquilamente en bici o andando por esos parajes sería un disfrute para todos los sentidos y sería una oportunidad para cambiar el título a esta entrada y que el camino si nos llevara a alguna parte.

    Mientras tanto podemos seguir disfrutando de pequeños detalles del la vieja vía (os dejo tres enlaces a fotos realizadas en la via del tren a su paso por Hervás)

    http://www.flickr.com/photos/botijo/5422444565/
    http://www.flickr.com/photos/botijo/5404838656/
    http://www.flickr.com/photos/botijo/5404785617/

    ResponderEliminar
  12. Hola Salomé, el título de tu imagen me ha recordado una de esas películas interesantes del cine español que se estrenan y luego nadie nombre "Viaje a ninguna parte". En realidad, muchas de estas vías verdes están dando algo de vidilla a muchas zonas rurales. Yo la que conozco por cercanía, es la de Sagunto-Ojos negros, que llevaba el mineral de hierro desde las minas de Ojos Negros (Teruel) hasta los Altos Hornos del Mediterráneo en Sagunto, ya desaparecidos hace muchos años. Todavía llegué a ver el tren minero cargado en su camino de hierro.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Al leer esto me viene a la mente lineas incluso mas "beneficiosas" (Zaragoza-Valencia y como la dejaron a pesar de ser una linea del norte al Mediterráneo, la de veces que cogí yo el TER.
    Saludos

    ResponderEliminar

Los verdaderos protagonistas estan aquí