.

.

DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

DESPERTAR

6 comentarios:

  1. Bonito y frío despertar en las altas sierras.
    Ah!! Damisela razonable y descreida, cualquier día te lo encontrarás de pronto, él con la cabeza en la mano... Y si no, te darás de bruces con el Hombre de Rivera Oveja, o con La Pantasma de Vegas, caminando por la tenebrosa Curva de Arrolobos...Tiempo al tiempo...

    ResponderEliminar
  2. Buenas Salomé. Una foto con tonos fríos como corresponde a las primera luces. Me gusta. Un beso

    ResponderEliminar
  3. ¡¿Toda esa gente anda suelta por ahí?! Fíjate que yo casi nunca me encuentro a nadie por allí arriba. O no voy a los sitios adecuados o voy demasiado temprano (esto fijo: a las horas a las que salgo, los caminos no están puestos). Y así pasa, que me pierdo la fiesta. Vas a perdonar mi ignorancia, pero es que no estoy muy puesta; mis padres nunca me amenazaban con seres presuntamente sobrenaturales. En casa siempre hemos pensado que la realidad supera cualquier ficción, y desde luego da mucho más miedo. De consecuencia, cuando me portaba muy mal (cosa que no sucedía nunca, porque yo siempre, siempre soy muy, muy buena… Aunque, como decía Mae West, las contadas veces que soy mala, soy infinitamente mejor), me amenazaban con obligarme a ver Informe Semanal y cosas por el estilo. Yo el hombre del saco no lo conocí hasta ser ya adulta, a los veintiuno o así. Sólo que venía disfrazado y yo no me enteré hasta mucho después de quien era realmente. Pero eso es otra historia… A lo que íbamos; ¿a esta gente se la trata de usted o de tú? ¿Señor, Alteza, sencillamente Don? Que aunque estemos en el campo, no vamos a comportarnos como salvajes (aunque sobre el contenido de este término habría mucho que discutir). Porque aunque una buena parte de la población parezca haberlo olvidado (y no me extraña: con Gran Hermano a todas horas en televisión…), las formas son muy importantes.
    Sepa, caballero, que de descreída nada. Más bien todo lo contrario. Incluso menos descreída cada día Y de racional… justito lo necesario. A veces hasta me quedo un poco corta. Pero temo que eso, a mi edad, ya no tiene arreglo. Seamos sinceros: cuando te dibujan así, así te quedas.
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Me alegro, Jesús. Para mí es el momento del día más fascinante. En realidad es ése el motivo principal por el que salgo de noche, para poder estar ya arriba antes de que amanezca. Si miras la montaña desde las alturas, desde determinados puntos que te ofrecen una panorámica amplia, mientras las tinieblas van despareciendo, es como si asistieses la creación de nuevo: como si una enorme mano invisible estuviese pintando el paisaje ante ti. Evidentemente son sensaciones tan intensas que ni siquiera caben en las palabras. Son pocos segundos en realidad, pero no se pueden comparar con ninguna otra cosa. Curiosamente todo ese frío en los colores y en el aire se convierte en una llama abrasadora sin la que ya no puedes pasar. Es lo que tiene el amor verdadero: nunca te cansas y jamás defrauda.
    Besos

    ResponderEliminar
  5. Thank you very much for your kind words, Lasse.

    ResponderEliminar

Los verdaderos protagonistas estan aquí