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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS
(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)
EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.
Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.
Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.
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Me parece una gozada total tus fotos, eres una privilegiada de vivir ahí. Aunque haga fresquito buscame sitio.
ResponderEliminarUn saludo.
Hombre, en lo alto de la montaña no vivo. Aunque si por mí fuese... Pues vente para acá corriendo, que no ha de ser por falta de espacio: hay campo no para aburrir, sino para descubrir.
ResponderEliminarAbrazos
Como dice José Luis (Berry), son una gozada tus fotos, y el paisaje precioso, por aquí poscas veces vemos la nieve.
ResponderEliminarUn saludo y feliz fin de semana
No sé cómo tenéis el tiempo por ahí, pero seguro que vuelve a empeorar, estamos entrando en pleno invierno, aunque este año a sido un poco anormal esta subida de temperaturas, al menos aquí en Valencia.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias, Ana. En efecto este año en Hervás hemos tenido mucha suerte con la nieve, aunque haya durado poco. Hacer determinadas rutas con esas condiciones es aún más emocionante.
ResponderEliminarBesos y buen "finde".
Ojalá que tengas razón, Fernando, y volvamos a ver la nieve. Pero no sé, no sé... Aquí también está siendo un invierno un poco rarito. Aunque mejor para mis pequeños cítricos, que casi mueren congelados el invierno pasado.
ResponderEliminarSaludos
Hola Salomé gracias por seguir mi humilde blog de los lugares que disfruto y quiero dar a conocer sin pretensiones con sencillez,voy a agragar tu enlace a mi pagina a las dos,no se si has visto la de Aves of Heaven,tienes el enlace en Horus,bueno a ver si te animas y me envias un reportaje y te lo publico en mi blog y asi la gente del Norte conoce esa hermosa tierra extremeña.
ResponderEliminarComo decimos por aqui, hasta mas ver.
Desde luego que nos seguiremos viendo. Sobre todo porque tienes unas fotos maravillosas.
ResponderEliminarHola Salomé:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y por seguir mi blog, veo mucha gente conocida y amigos, eso es algo muy bueno.
Tu blog me ha gustado mucho, es muy interesante, tus fotos son realmente buenas, tienen una luz, un brillo que las hacen tener vida propia, y hablar por si mismas. Ten por seguro que seguiré tu blog a partir de ahora. Siento de haber dado señales de vida antes pero he estado un poco fuera de linea.
Un saludo y gracias de nuevo por tu comentario ha sido uno de los más originales y bonitos que me han dejado.
Por favor, Rubén, cómo se te ocurre pedir disculpas si yo sólo puedo tener palabras de agradecimiento. Nos acoges en un blog fascinante y, por encima de eso, tu trabajo mejora el mundo. Cualquiera que con su actitud ante la vida colabore en el progreso (especialmente en el “progreso interior”) de mi especie y en la protección del resto de ellas, cosas que para mí van de la mano, tiene mi admiración y mi respeto.
ResponderEliminarYo que tú reflexionaba: si te dicen cosas bonitas, será que te las mereces. Ya sé, ya sé que a mi edad seguir creyendo en la justicia y el equilibrio del cosmos está bastante fuera de lugar… Y qué quieres; hay cosas que si no se han curado antes, con total seguridad ya no tienen remedio.
Abrazos
PS. Espero que también vosotros tres soñéis siempre con buitres. A ser posible, que Ariel crezca en un mundo donde haya cada día más y vuelen más alto.
El reportaje es precioso, sobre todo para los que apenas vemos la nieve, a no ser que te pegues un buen viajecillo. Como ya te han dicho, tu blog es cada día mejor.
ResponderEliminarAbrazos
Sois extremadamente amables, pero el mérito es de la montaña. Yo me limito a asistir al milagro fascinada como los críos. Es una pena que la sacralidad que envuelve determinados momentos no pueda quedar reflejada en las fotos. Aunque supongo que eso hay que vivirlo en primera persona siempre.
ResponderEliminarAbrazos
Muy buena serie Salomé, unas fotos fantásticas, dan ganas de pasear por la Ruta Heidi con la nieve bajo nuestros pies y respirando esa tranquilidad que se da en los campos en los días de nevada. Por qué cuando nieva parece que todo queda en silencio?...pero bueno, me tendré que conformar con pasear por las grises calles de Madrid.
ResponderEliminarUn saludo
Hola Salomé. Fantástica serie de fotos, con una luz y una composición estupenda. La nieve es un fenómeno poco visto por mi zona, aunque últimamente nieva casi todos los años, la nieve dura muy poquito. Buen trabajo, enhorabuena y un abrazo desde Doña Mencía
ResponderEliminarMuchas gracias, Javier. En efecto la tormenta de nieve fue tan intensa arriba que, como sucede los días de niebla muy densa, los pájaros enmudecieron totalmente: sólo el rumor del viento. Incluso éste, atenuado por la falta de hojas en la mayor parte de los árboles.
ResponderEliminarPues el 21 de diciembre a eso de las tres de la tarde, bajo una lluvia bastante intensa, la Gran Vía tenía su cosa. Tampoco te digo que fuese sólo para mí, porque eso en Madrid es del todo imposible, pero estaba mucho más despejada de lo habitual, y tenía un aire melancólico difícil de resistir. El paisaje aquel día era igual por fuera que por dentro: esta ciudad a veces, entre todo el caos, se para un instante, te mira a los ojos y se muestra solidaria. Bajo mi punto de vista Madrid no es lo que era hace algo más de una década, pero aún tiene su encanto si lo sabes encontrar y puede fascinar si te dejas. Ese día, cerca de Neptuno, una pareja de turistas me paró para pedirme que les sacase una foto. Una anécdota banal y cotidiana, pero por algún motivo, en aquellas circunstancias, me pareció mágica.
Un abrazo
Gracia, José Manuel, aunque los méritos son de la tormenta y la montaña, que te lo daban todo hecho. Aquí también duró demasiado poco. Claro que para mí creo que no serían suficientes los 365 días del año. Las condiciones de las que hablaba con Javier son demasiado turbadoras como para desear renunciar a ellas, aunque el sol y la luz también me fascinen a su modo. Una pena que no se pueda tener todo en la vida y al mismo tiempo. A veces parezco como los críos, ¿verdad?
ResponderEliminarAbrazos
Fantastica serie innevata Salomé, complimenti.
ResponderEliminarCiao Sandro e Cristina
Grazie della visita.
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