
Algunos de vosotros recordaréis que el año pasado más o menos por estas fechas hablábamos sobre lo importante que es vestirse adecuadamente para subir a la montaña cuando llega el

frío: sobre la importancia de la ropa técnica y su correcto uso. No os repetiré lo que ya os decía entonces, pero os recordaré un concepto fundamental: cuando uséis ropa de este tipo, por mucho calor que sintáis, no debéis quitaros y ni siquiera desabrocharos las capas externas de ropa. Si lo hacéis, lo más normal es que cojáis un resfriado. No importa que os parezca que no habéis sudado

apenas; en caminatas de este tipo, especialmente si avanzáis a buen paso, lo habréis hecho. Y la ropa técnica, que para eso sirve, habrá acumulado ese sudor pegado a vuestro cuerpo. Así no supone un riesgo porque sus tejidos están preparados para que ese sudor no entre en contacto con el frío externo. Pero en el momento en que rompéis esa barrera al abrir una cremallera... Un gesto tan inocente en apariencia puede

costaros muy caro. Si el sudor se enfría a esa altura y faltando aún muchos kilómetros para que regreséis al pueblo y podáis cambiaros, lo pasaréis muy mal el resto del camino y sufriréis las consecuencias después.
Preciosas vistas para compartir y buen mensaje para novatos.
ResponderEliminarsalud
Muchas gracias. Te contaré un secreto: vistas desde allí arriba son infinitamente más fascinantes. Yo que vosotros no desaprovechaba el invierno. Pero bien abrigaditos... Es mi estación preferida en la montaña; lo mismo incluso nos cruzamos por las pistas.
ResponderEliminarUn cordial saludo