


Corred, que no llegáis. Ya hay muchos pétalos por el suelo, así que conviene que no os lo sigáis pensando. Porque, os lo aseguro, merece la pena.




























Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.
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