El Pinajarro es el símbolo por antonomasia de Hervás. Se trata de un pico de unos 2100 m. de altura.
Para mí ésta es, sin lugar a dudas, la ruta más hermosa, la que más felicidad y paz interior me regala. Incluso la que me permite disfrutar más veces de encuentros inesperados con algunos animales (no es raro, especialmente si llegáis temprano y con un cierto sigilo, que podáis ver rapaces de bastante envergadura). Por todo ello, es también la que más veces realizo (variando a menudo las partes de la Heidi que recorro a la subida y a la bajada) y la que más emoción me causa emprender.
VENTAJAS
1. Para acceder hasta él, recorreremos una parte de la pista que discurre por encima de la Heidi, que me parece de un belleza extrema.
2. Una vez hayáis alcanzado el pilón de la pista superior (el que está rodeado de pinos y abedules), podréis recoger agua con total tranquilidad en varios puntos.
3. El tramo de la pista superior que deberéis recorrer os ofrece una cierta diversidad vegetal.
DESVENTAJAS
1. La mayor parte de los hervasenses habituados a andar (me refiero a los pocos habituados a las largas caminatas) suelen considera éste el recorrido más duro que se puede afrontar en el pueblo. Ello se debe básicamente al desnivel al que hay que enfrentarse, que aparentemente deja sin aire a no pocos excursionistas.
Personalmente creo que todo esto es discutible. Para mí resulta bastante más dura la Heidi. En ello seguramente puede influir el entusiasmo que me embarga cada vez que me acerco hasta el Pinajarro (yo suelo decir que iría todos los días allí). No obstante, también emprender la Heidi me produce una emoción considerable. Lo que sucede es que el trayecto hacia el Pinajarro está más protegido del sol y resulta más fresco y húmedo, lo que vivifica bastante durante la marcha.
2. Este año el pilón desde el que parte la pista que tomaremos para acceder al Pinajarro (el que al menos algunos vecinos denominan Fuente del Pino) está totalmente seca.
PRECAUCIONES
El camino no entraña riesgos. Simplemente deberéis estar atentos a no torceros un tobillo en el tramo entre Marinejo y la Heidi (hay que tener especial cuidado al pisar en la bajada para evitar, en la medida de lo posible, la piedra suelta).
La precaución será necesaria al final de la ruta, una vez que hayáis llegado bajo el Pinajarro, en la zona donde la humedad y el agua que rezuman los pilones hacen que crezca la hierba. Allí debéis mirar muy bien dónde ponéis los pies, pues es zona de víboras.
VEGETACIÓN
Uno de los grandes alicientes que presenta esta ruta es precisamente su diversidad paisajística. Podremos dividir el trayecto en grandes bloques atendiendo a las especies vegetales que dominan cada una de sus etapas.
Mientras recorráis la parte de la pista que comienza en Marinejo, encontraréis únicamente roble (se entiende como especie arbórea). Allí, en este periodo, la proximidad del otoño ya se hace notar: el camino se empieza a cubrir de hojas secas.
En el tramo de la Heidi que nos separa del pilón en el que tomamos la pista hacia el Pinajarro también impera el roble. No obstante, en cuanto tomemos la pista superior, comprendemos que estamos entrando en el reino de los grandes pinos, que flanquean el camino como enormes columnas. Allí el aroma resinoso y balsámico, profundo y seco, nos invadirá muy especialmente cuando el calor sea intenso.
No obstante, esta pista es mucho más fresca que la Heidi. Los pinos se irán combinando con los helechos a medida que la humedad aumente, hasta que finalmente lleguemos a un pilón a cuya espaldas se abre un pinar espectacular en el que podréis reposar (unas grandes rocas actúan como mesa y sencillos asientos). Al otro lado de la pista, el agua que sale de la fuente permite que encontremos una combinación original y muy atractiva: grandes abedules conviven con pinos.
De aquí en adelante aparecerán pequeños arroyos en los que podréis coger agua si fuese necesario. En este tramo encontraremos más abedules y rosales silvestres, que se mezclan con las retamas o piornos (o escoba, como se denomina por aquí al Cytisus scoparius).
Al aproximarnos aún más al Pinajarro, regresará el pino, que también puebla la explanada en la que desemboca nuestra pista, desde la cual tendréis una espectacular vista.
A los pies del Pinajarro se extiende un atractivo prado (en el que, si tenéis un poco de suerte, podréis encontrar algún crocus florecido) salpicado de grande piedras, cuya presencia va aumentando a medida que ascendemos. Aproximándonos a la cúspide, las rocas se combinan sólo con genistas muy bajas (cuyos arañazos os resultará imposible evitar si no lleváis pantalones largos)
DISTANCIA TOTAL
Aproximadamente 13 km. 500 m la ida y otros tantos de vuelta (si la ida y la vuelta se efectúan por Marinejo).
TIEMPO ESTIMADO
Entrando por la parte de pista que empieza en Marinejo, si se camina a buen paso, se sale temprano y el tiempo acompaña (es decir, si la nubes os permiten tener bastante sombra), se puede llegar a los pilones del Pinajarro en 2 h y 15 min. ida. La vuelta desde allí (regresando de nuevo por Marinejo) se puede efectuar en 2 h.
CÓMO LLEGAR
Por comodidad y para seguir una ruta lo más tradicional posible, para llegar hasta el punto de la Heidi en el que se toma la pista que se extiende por encima de la Heidi y nos permitirá acceder al Pinajarro, tomaremos el tramo de pista que parte de Marinejo.
No obstante, quienes quieran evitar la piedra suelta y las cuestas empinadas de éste y prefieran tomar la pista de la Tejea, pueden consultar la entrada sobre la charca de la Tejea para confirmar el punto exacto de la carretera de La Garganta en la que comienza (los pormenores de este tramo los trataremos cuando nos enfrentemos a la ruta de la Heidi). Con esta segunda opción, el recorrido se alargará unos 2 km. 500 m. más.
Quizá convenga realizar una aclaración para quienes no están muy familiarizados con la Pista Heidi. Aunque actualmente casi todo el mundo (incluyendo planos) denomina pista Heidi al tramo que desemboca en la carretera de La Garganta, un poco antes de llegar a la charca de la Tejea, la Heidi originariamente se cerraba en Marinejo. El tramo de la Tejea fue abierto tiempo después. No obstante, sí hay que reconocer que la morfología del tramo de la Tejea armoniza con el del resto de la Heidi mucho más que el de Marinejo y, por orientación y aspecto, en efecto parece la continuación natural de esta pista. Observaréis que el tramo de Marinejo se desvía hacia el pueblo bruscamente, es mucho más estrecha y abrupta y su superficie es mucho más irregular debido a la escorrentía invernal.
Para saber cómo llegar hasta Marinejo, se puede consultar la entrada sobre la ruta de la Chorrera. En lugar de rebasar la casa de Marinejo, como hacíamos para llegar a la Fábrica de la Luz, giramos a nuestra izquierda y atravesamos el puente de Marinejo. Subimos la pista y encontramos una bifurcación a nuestra izquierda aproximadamente a 1 km. 600 m. Seguidamente, otra de subida a nuestra derecha a unos 300 m de la anterior. A unos 200 m. aparece una bifurcación bastante ancha de subida a nuestra derecha (ésta muere justo debajo del pilón en el que debemos tomar la pista que nos llevará al Pinajarro. El problema es que está bastante más baja que la Heidi y, al menos aún, no conecta con ella. Si la tomáis por confusión, deberéis trepar por un terreno escarpado teniendo cuidado de no resbalar con la hojarasca). Nosotros seguimos por el principal y, a pocos metros, encontramos las marcas blancas y amarillas sobre una gran roca.
A unos 300 m. salimos a la Heidi y echamos a andar hacia nuestra derecha. Aproximadamente a 1 km. aparece, a mano derecha, una casilla derruida. Unos 500 m. después llegamos al pilón desde el que parte la pista que nos conducirá al Pinajarro (en el plano 13, dedicado a la Heidi, la encontraréis al lado de la leyenda Corralejo).
Tomamos la pista que sale de detrás de este pilón. A unos 650 m. se abre a nuestra izquierda una bifurcación en bajada y 1 km. después encontramos otra a la derecha. Tras recorrer otros 700 m., llegamos a otro pilón situado en un espectacular paraje dominado por pinos y abedules. A 15 m. la pista que recorremos se bifurca de nuevo. Nosotros continuaremos por la derecha, hasta llegar a los grandes pilones que se encuentran bajo el Pinajarro.
ACLARACIONES ADICIONALES
Conviene saber que los últimos metros de la cumbre del Pinajarro están vallados, pues son propiedad privada y ese terreno se suele alquilar a cabreros. Lo cierto es que la ascensión desde donde se encuentra la tela metálica hasta la cima se hace bastante complicada. Se camina entre grandes piedras y genista baja, hay que tener cuidado de no perder el equilibrio y, por mucho empeño que uno ponga en evitarlo, es imposible no arañarse las piernas. Hay que tener en cuenta que a esa altura no se aprecian ya senderos y lo único que podéis hacer es intentar pisar en los puntos donde las cabras han pisado ya antes.
A decir verdad, este último tramo no es especialmente hermoso.
PROPUESTAS PARA EL REGRESO
La vuelta se puede efectuar por Marinejo o por la pista que muere cerca de la charca de la Tejea. Sin embargo, para aquellos de vosotros que aún se queden con ganas de más, reservo una propuesta muy interesante que discutiremos en los próximos días, una vez que hayamos recorrido juntos la Pista Heidi.
Para mí ésta es, sin lugar a dudas, la ruta más hermosa, la que más felicidad y paz interior me regala. Incluso la que me permite disfrutar más veces de encuentros inesperados con algunos animales (no es raro, especialmente si llegáis temprano y con un cierto sigilo, que podáis ver rapaces de bastante envergadura). Por todo ello, es también la que más veces realizo (variando a menudo las partes de la Heidi que recorro a la subida y a la bajada) y la que más emoción me causa emprender.
VENTAJAS
1. Para acceder hasta él, recorreremos una parte de la pista que discurre por encima de la Heidi, que me parece de un belleza extrema.
2. Una vez hayáis alcanzado el pilón de la pista superior (el que está rodeado de pinos y abedules), podréis recoger agua con total tranquilidad en varios puntos.
3. El tramo de la pista superior que deberéis recorrer os ofrece una cierta diversidad vegetal.
DESVENTAJAS
1. La mayor parte de los hervasenses habituados a andar (me refiero a los pocos habituados a las largas caminatas) suelen considera éste el recorrido más duro que se puede afrontar en el pueblo. Ello se debe básicamente al desnivel al que hay que enfrentarse, que aparentemente deja sin aire a no pocos excursionistas.
Personalmente creo que todo esto es discutible. Para mí resulta bastante más dura la Heidi. En ello seguramente puede influir el entusiasmo que me embarga cada vez que me acerco hasta el Pinajarro (yo suelo decir que iría todos los días allí). No obstante, también emprender la Heidi me produce una emoción considerable. Lo que sucede es que el trayecto hacia el Pinajarro está más protegido del sol y resulta más fresco y húmedo, lo que vivifica bastante durante la marcha.
2. Este año el pilón desde el que parte la pista que tomaremos para acceder al Pinajarro (el que al menos algunos vecinos denominan Fuente del Pino) está totalmente seca.
PRECAUCIONES
El camino no entraña riesgos. Simplemente deberéis estar atentos a no torceros un tobillo en el tramo entre Marinejo y la Heidi (hay que tener especial cuidado al pisar en la bajada para evitar, en la medida de lo posible, la piedra suelta).
La precaución será necesaria al final de la ruta, una vez que hayáis llegado bajo el Pinajarro, en la zona donde la humedad y el agua que rezuman los pilones hacen que crezca la hierba. Allí debéis mirar muy bien dónde ponéis los pies, pues es zona de víboras.
VEGETACIÓN
Uno de los grandes alicientes que presenta esta ruta es precisamente su diversidad paisajística. Podremos dividir el trayecto en grandes bloques atendiendo a las especies vegetales que dominan cada una de sus etapas.
Mientras recorráis la parte de la pista que comienza en Marinejo, encontraréis únicamente roble (se entiende como especie arbórea). Allí, en este periodo, la proximidad del otoño ya se hace notar: el camino se empieza a cubrir de hojas secas.
En el tramo de la Heidi que nos separa del pilón en el que tomamos la pista hacia el Pinajarro también impera el roble. No obstante, en cuanto tomemos la pista superior, comprendemos que estamos entrando en el reino de los grandes pinos, que flanquean el camino como enormes columnas. Allí el aroma resinoso y balsámico, profundo y seco, nos invadirá muy especialmente cuando el calor sea intenso.
No obstante, esta pista es mucho más fresca que la Heidi. Los pinos se irán combinando con los helechos a medida que la humedad aumente, hasta que finalmente lleguemos a un pilón a cuya espaldas se abre un pinar espectacular en el que podréis reposar (unas grandes rocas actúan como mesa y sencillos asientos). Al otro lado de la pista, el agua que sale de la fuente permite que encontremos una combinación original y muy atractiva: grandes abedules conviven con pinos.
De aquí en adelante aparecerán pequeños arroyos en los que podréis coger agua si fuese necesario. En este tramo encontraremos más abedules y rosales silvestres, que se mezclan con las retamas o piornos (o escoba, como se denomina por aquí al Cytisus scoparius).
Al aproximarnos aún más al Pinajarro, regresará el pino, que también puebla la explanada en la que desemboca nuestra pista, desde la cual tendréis una espectacular vista.
A los pies del Pinajarro se extiende un atractivo prado (en el que, si tenéis un poco de suerte, podréis encontrar algún crocus florecido) salpicado de grande piedras, cuya presencia va aumentando a medida que ascendemos. Aproximándonos a la cúspide, las rocas se combinan sólo con genistas muy bajas (cuyos arañazos os resultará imposible evitar si no lleváis pantalones largos)
DISTANCIA TOTAL
Aproximadamente 13 km. 500 m la ida y otros tantos de vuelta (si la ida y la vuelta se efectúan por Marinejo).
TIEMPO ESTIMADO
Entrando por la parte de pista que empieza en Marinejo, si se camina a buen paso, se sale temprano y el tiempo acompaña (es decir, si la nubes os permiten tener bastante sombra), se puede llegar a los pilones del Pinajarro en 2 h y 15 min. ida. La vuelta desde allí (regresando de nuevo por Marinejo) se puede efectuar en 2 h.
CÓMO LLEGAR
Por comodidad y para seguir una ruta lo más tradicional posible, para llegar hasta el punto de la Heidi en el que se toma la pista que se extiende por encima de la Heidi y nos permitirá acceder al Pinajarro, tomaremos el tramo de pista que parte de Marinejo.
No obstante, quienes quieran evitar la piedra suelta y las cuestas empinadas de éste y prefieran tomar la pista de la Tejea, pueden consultar la entrada sobre la charca de la Tejea para confirmar el punto exacto de la carretera de La Garganta en la que comienza (los pormenores de este tramo los trataremos cuando nos enfrentemos a la ruta de la Heidi). Con esta segunda opción, el recorrido se alargará unos 2 km. 500 m. más.
Quizá convenga realizar una aclaración para quienes no están muy familiarizados con la Pista Heidi. Aunque actualmente casi todo el mundo (incluyendo planos) denomina pista Heidi al tramo que desemboca en la carretera de La Garganta, un poco antes de llegar a la charca de la Tejea, la Heidi originariamente se cerraba en Marinejo. El tramo de la Tejea fue abierto tiempo después. No obstante, sí hay que reconocer que la morfología del tramo de la Tejea armoniza con el del resto de la Heidi mucho más que el de Marinejo y, por orientación y aspecto, en efecto parece la continuación natural de esta pista. Observaréis que el tramo de Marinejo se desvía hacia el pueblo bruscamente, es mucho más estrecha y abrupta y su superficie es mucho más irregular debido a la escorrentía invernal.
Para saber cómo llegar hasta Marinejo, se puede consultar la entrada sobre la ruta de la Chorrera. En lugar de rebasar la casa de Marinejo, como hacíamos para llegar a la Fábrica de la Luz, giramos a nuestra izquierda y atravesamos el puente de Marinejo. Subimos la pista y encontramos una bifurcación a nuestra izquierda aproximadamente a 1 km. 600 m. Seguidamente, otra de subida a nuestra derecha a unos 300 m de la anterior. A unos 200 m. aparece una bifurcación bastante ancha de subida a nuestra derecha (ésta muere justo debajo del pilón en el que debemos tomar la pista que nos llevará al Pinajarro. El problema es que está bastante más baja que la Heidi y, al menos aún, no conecta con ella. Si la tomáis por confusión, deberéis trepar por un terreno escarpado teniendo cuidado de no resbalar con la hojarasca). Nosotros seguimos por el principal y, a pocos metros, encontramos las marcas blancas y amarillas sobre una gran roca.
A unos 300 m. salimos a la Heidi y echamos a andar hacia nuestra derecha. Aproximadamente a 1 km. aparece, a mano derecha, una casilla derruida. Unos 500 m. después llegamos al pilón desde el que parte la pista que nos conducirá al Pinajarro (en el plano 13, dedicado a la Heidi, la encontraréis al lado de la leyenda Corralejo).
Tomamos la pista que sale de detrás de este pilón. A unos 650 m. se abre a nuestra izquierda una bifurcación en bajada y 1 km. después encontramos otra a la derecha. Tras recorrer otros 700 m., llegamos a otro pilón situado en un espectacular paraje dominado por pinos y abedules. A 15 m. la pista que recorremos se bifurca de nuevo. Nosotros continuaremos por la derecha, hasta llegar a los grandes pilones que se encuentran bajo el Pinajarro.
ACLARACIONES ADICIONALES
Conviene saber que los últimos metros de la cumbre del Pinajarro están vallados, pues son propiedad privada y ese terreno se suele alquilar a cabreros. Lo cierto es que la ascensión desde donde se encuentra la tela metálica hasta la cima se hace bastante complicada. Se camina entre grandes piedras y genista baja, hay que tener cuidado de no perder el equilibrio y, por mucho empeño que uno ponga en evitarlo, es imposible no arañarse las piernas. Hay que tener en cuenta que a esa altura no se aprecian ya senderos y lo único que podéis hacer es intentar pisar en los puntos donde las cabras han pisado ya antes.
A decir verdad, este último tramo no es especialmente hermoso.
PROPUESTAS PARA EL REGRESO
La vuelta se puede efectuar por Marinejo o por la pista que muere cerca de la charca de la Tejea. Sin embargo, para aquellos de vosotros que aún se queden con ganas de más, reservo una propuesta muy interesante que discutiremos en los próximos días, una vez que hayamos recorrido juntos la Pista Heidi.
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