.

.

DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

RECORRIDO FOTOGRÁFICO POR LAS CUMBRES DE SOLANA DE ANDRÉS HASTA ARROYO HERRADORES

Las fotografías que hoy os propongo han sido tomadas en las cumbres que se extienden entre el final de la pista superior que nos conduce hasta la Solana de Andrés (básicamente la cabecera del cortafuegos Mari Sancho) y el arroyo Herradores, que atraviesa la Pista Heidi en las cercanías de la pista que conduce hasta el embalse de Hervás, de la que hablábamos hace poco. Es necesario aclarar antes de nada que no existen veredas y la zona no es transitada ni siquiera por ganado caprino. Yo sólo encontré algún pajarillo y varios buitres. Realizar este recorrido es considerablemente más complicado que circular por el canchal del Pinajarro. No se trata de una visita prevista, sencillamente es el pedazo de montaña que siempre me ha fascinado más. Cada vez que recorría la Heidi me impresionaban las enormes paredes que se alcanzan a ver en su cumbre, y me preguntaba qué aspecto tendrían vistas de cerca. Ayer decidí que era el momento de dejar de preguntárselo. Subí a la Solana de Andrés y a unos cincuenta metros de la entrada del Mari Sancho comencé a trepar por uno de esos extensos campos de pedruscos que caracterizan esta zona de la montaña. Una vez alcanzada la cumbre avancé en dirección hacia el arroyo Herradores (la única fuente de agua en todo el trayecto en este periodo del año) hasta bajar por otro amplísimo grupo de rocas en sus proximidades. Una vez alcanzada la Heidi tomé la pista que nos conduce hasta el embalse de Marinejo. Se dice bastante pronto, pero no se hace con tanta rapidez.
Aclararé que por los campos de rocas desprendidas se trepa bastante bien, pero no se baja ni con la misma "facilidad" ni con la misma seguridad. Por otro lado, en muchos puntos de las cumbres es obligado atravesar espesísimos brezales y manchas de retama que imposibilitan ver el suelo que se pisa o incluso advertir que no tenemos suelo bajo los pies.
Espero no estar dando malas ideas con esta entrada. Repito, como siempre, que la seguridad es lo primero. Recomiendo la prudencia. No os embarquéis nunca en ninguna ruta de forma inconsciente ni irresponsable, ni abandonéis las pistas de montaña sin estar seguros de saber hacia dónde vais y si sabréis orientaros.
En varias fotos observaréis la pista superior y la Heidi vistas desde arriba. Eso os dará una idea de la altura a la que nos encontramos.












































































Los verdaderos protagonistas estan aquí