ÉXODO 20:4
Una máscara ensayada,
lo que contemplas en
el espejo.
Eres lo que quieres
ser;
sólo cae el telón
cuando no te veo.
Fascinado por el
brillo embaucador,
hasta tú olvidas que
es un simulacro.
Qué importa postrarse
con devoción
ante un ídolo fatuo.
Te dejas cautivar con
deleite
por tu hinchado reflejo.
Nadie puede negar
que es un bonito
espectro.
Humo, aire,
apariencia:
ilusión sin ilusión,
prestigio sin
prestigio.
La antítesis de la
magia
te repta por las venas.
No eres el rey del
truco,
sino de la estafa
obscena.
(S. G. I., Madrid, 4 de diciembre de 2014)
¡Pero sí! ¡El “idolum” es la imagen del espejo! Venancio pensaba en griego, y en esa lengua, todavía más que en la nuestra, “eidolon” es tanto imagen como espectro, y el espejo nos devuelve nuestra imagen deformada, que nosotros mismos, la otra noche, confundimos con un espectro.
(Umberto Eco, El nombre de la rosa)
Autorretrato, Virgil Elliott |
Queen, Somebody to love