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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

VIVIR DE LAS RENTAS

Bichito adormilado en el zoo
Hay que crecer: no se puede vivir eternamente escudándonos en las responsabilidades ajenas, reales o ficticias. Es ésta la medida que nos  revela el nivel de madurez de una sociedad y sus representantes.
No se puede sacar la memoria histórica del armario sólo como y cuando nos interesa. Porque si no, si echásemos la vista atrás sin orejeras para explicarnos nuestro presente… Quizá no nos convenga. Habríamos de recordar cuándo y en qué circunstancias comenzó a inflarse la burbuja inmobiliaria. Porque si consultamos fuentes imparciales, fuentes económicas por supuesto, observamos que el desorbitado crecimiento de la construcción de viviendas se produce entre 1996 y 2004. En octubre de 2003 la Comisión Europea advierte de la existencia de una burbuja especulativa responsable de la duplicación del precio nominal en un solo año, y que podría causar un “aumento significativo en los tipos de interés o un futuro deterioro del mercado laboral”. Los madrileños saben bien que en esta ciudad el precio de la vivienda aumentó del 176% entre 1996 y 2003. Cierto es que el nuevo gobierno elegido en 2004 no hizo cuanto se esperaba por combatir la situación, que no cumplió, por ejemplo, con las 800.000 viviendas protegidas prometidas. Pero también es cierto que en septiembre de ese año, los visados de nuevas obras se redujeron en Barcelona y en Madrid, y en junio el Banco de España consideraba que el precio de la vivienda en 2004 estaba sobrevalorado entre un 24% y un 35% –aunque sólo seis días después The Economist  hablaba del 50%–.
Sea como fuere, no, quizá resulte mucho mejor mirar, sin rencor, hacia delante. Arremangarse y, aunque no tengamos costumbre, ponernos a trabajar en pos de un fin común como le pedimos al resto. En lugar de predicar y basta, predicar con el ejemplo.
No se puede alimentar eternamente el rencor: quizá dividiendo venzas, pero eso no quiere decir que convenzas. Aunque los estrategas experimentados aconsejan desviar la atención del “enemigo”, afortunadamente no siempre cuela. A ver qué se nos ocurre ahora: siguiente intento.

Dedicado a todos los espíritus tolerantes y conciliadores. Y muy especialmente, a los hijos de los ochenta, sea por generación o por voluntaria adopción

Pandora,
John William Waterhouse
Para escuchar a Spandau Ballet interpretando Through the barricades

6 comentarios:

  1. Gracias a dios, el lema de divide y vencerás, no se cumple, ni convence.
    Más de uno y más en estos tiempos que corren pretenden desviar r la atención, pero ya no tragamos.
    Ya no es tiempo de escudarnos ni de esperar a ver que pasa, que es lo que sucede, es tiempo de luchar por lo nuestro, por lo que es justo.
    Yo espero y confío en la madurez alcanzada en nuestra Sociedad, está claro QUE NO PODEMOS RETORCER A "TIEMPOS PASADOS" .
    CREO QUE HOY POR HOY ESTO YA NO CONVENCE A NADIE, salvo a "ELLOS" claro está.
    Saludos.-

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  2. con rencor o sin él, la cuestión está en el conjunto, cada paso individual es un paso perdido,
    .
    es hora de juntarse,
    porque todo es posible
    .
    saludos

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  3. Estoy contigo, rencores fuera, pero hay que luchar por lo que nos pertenece y que tanto le costo conseguir a nuestros padres.
    Un beso.

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  4. Es dificil arrinconar sentimientos, pero solo queda felicitarte por la exposición de una verdad.
    Saludos Salomé

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