Bichito adormilado en el zoo |
Hay
que crecer: no se puede vivir eternamente escudándonos en las responsabilidades
ajenas, reales o ficticias. Es ésta la medida que nos revela el nivel de madurez de una sociedad y
sus representantes.
No
se puede sacar la memoria histórica del armario sólo como y cuando nos interesa.
Porque si no, si echásemos la vista atrás sin orejeras para explicarnos nuestro
presente… Quizá no nos convenga. Habríamos de recordar cuándo y en qué
circunstancias comenzó a inflarse la burbuja inmobiliaria. Porque si
consultamos fuentes imparciales, fuentes económicas por supuesto, observamos
que el desorbitado crecimiento de la construcción de viviendas se produce entre
1996 y 2004. En octubre de 2003 la Comisión Europea advierte de la
existencia de una burbuja especulativa responsable de la duplicación del precio
nominal en un solo año, y que podría causar un “aumento significativo en los
tipos de interés o un futuro deterioro del mercado laboral”. Los madrileños saben bien que en esta ciudad el
precio de la vivienda aumentó del 176% entre 1996 y 2003. Cierto es que el
nuevo gobierno elegido en 2004 no hizo cuanto se esperaba por combatir la
situación, que no cumplió, por ejemplo, con las 800.000 viviendas protegidas prometidas.
Pero también es cierto que en septiembre de ese año, los visados de nuevas obras
se redujeron en Barcelona y en Madrid, y en junio el Banco de España consideraba
que el precio de la vivienda en 2004 estaba sobrevalorado entre un 24% y un 35%
–aunque sólo seis días después The
Economist hablaba del 50%–.
Sea como fuere, no, quizá resulte mucho mejor mirar, sin rencor, hacia delante.
Arremangarse y, aunque no tengamos costumbre, ponernos a trabajar en pos de un
fin común como le pedimos al resto. En lugar de predicar y basta, predicar con
el ejemplo.
No
se puede alimentar eternamente el rencor: quizá dividiendo venzas, pero eso no quiere decir que convenzas. Aunque los estrategas experimentados aconsejan
desviar la atención del “enemigo”, afortunadamente no siempre cuela. A ver
qué se nos ocurre ahora: siguiente intento.
Dedicado
a todos los espíritus tolerantes y conciliadores. Y muy especialmente, a los hijos de los
ochenta, sea por generación o por voluntaria adopción
Pandora,
John William Waterhouse
|
Para
escuchar a Spandau Ballet interpretando Through the barricades
Venzamos sin dividir, saludos
ResponderEliminarGracias a dios, el lema de divide y vencerás, no se cumple, ni convence.
ResponderEliminarMás de uno y más en estos tiempos que corren pretenden desviar r la atención, pero ya no tragamos.
Ya no es tiempo de escudarnos ni de esperar a ver que pasa, que es lo que sucede, es tiempo de luchar por lo nuestro, por lo que es justo.
Yo espero y confío en la madurez alcanzada en nuestra Sociedad, está claro QUE NO PODEMOS RETORCER A "TIEMPOS PASADOS" .
CREO QUE HOY POR HOY ESTO YA NO CONVENCE A NADIE, salvo a "ELLOS" claro está.
Saludos.-
con rencor o sin él, la cuestión está en el conjunto, cada paso individual es un paso perdido,
ResponderEliminar.
es hora de juntarse,
porque todo es posible
.
saludos
Estoy contigo, rencores fuera, pero hay que luchar por lo que nos pertenece y que tanto le costo conseguir a nuestros padres.
ResponderEliminarUn beso.
En efecto, Ana, también por justicia hacia otros. Besos.
EliminarEs dificil arrinconar sentimientos, pero solo queda felicitarte por la exposición de una verdad.
ResponderEliminarSaludos Salomé