TRES ESTADOS Y UN REFLEJO
Agua en la que se mira el frío.
En el letargo de la espera
deshoja la margarita el tiempo:
caen los pétalos del calendario.
En tu ausencia
caducan los días lentos.
Peinan cabellos de escarcha
unos dedos.
Hilan trenzas aún robustas que ofrecerte.
Sin tardanza
sube por ellas.
Asomada a la ventana de mi torreón
te espero.
Miro el río de la vida fluir
abajo,
agua que se vuelve espejo.
Es el sino del alma congelarse
si te tengo lejos.
(S. G. I. Madrid 24 de marzo de 2011)
Bellissimi versi...mi fanno pensare che probabilmente una donna, anche se non è sola, anche se non patisce l'assenza dell'amato bene, ha dentro di sé questa malinconia disperatamente bella dell'attesa...con tutte le metafore possibili,,con tutti i significati possibili...questo struggente stato d'animo mi appartiene e non ci rinuncerei per niente al mondo...perché c'è una tale bellezza in questo dolore...un tale fremito..che non si può ignorare..che non si vuole sfuggire..grazie cara. Un abbraccio grande
ResponderEliminarMe ha gustado la foto y mucho el texto que la acompaña.
ResponderEliminarLa ausencia disminuye las pequeñas pasiones y aumenta las grandes, lo mismo que el viento apaga las velas y aviva las hogueras. (François de la Rochefoucauld).
Salduos.-
Sono io che devo ringraziare te, carissima. Non so se sia uno stato d’animo tipico delle donne, ma di certo è uno stato d’animo tipico degli scrittori, specie dei poeti. Non fingono, semplicemente si godono fino in fondo il proprio dolore... Abbraccio forte e tenero.
ResponderEliminarMuchas gracias, Enrique. Me alegro sobremanera. En efecto, en el fondo, es más difícil mantener la llama intacta en la cercanía: la cotidianeidad es siempre… Pero yo confío en la voluntad y la disciplina de algunas personas. Dicho así puede sonar extremadamente frío y calculado, más propio de un contrato comercial que del amor. Y sin embargo lo que tengo en la cabeza, y no sólo en la cabeza, pareciera todo lo contrario: es siempre un corazón, el deseo de ver feliz y pleno al otro, el que obliga a ese tipo de disciplina. Y es una dulce, una satisfactoria obligación que nunca pesa. Una cadena elegida que, de hecho, siempre vuelve más ligero. Besos.
ResponderEliminarMuy bonito Salomé y la fotografía se acompasa perfectamente con el poema.
ResponderEliminarUn abrazo grande.