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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

VÍRCULOS VICIOSOS


¿Estoy avanzando o en realidad retrocedo? Podría estar caminando de espaldas: a veces son engañosas las apriencias ¿O sencillamente me limito a converger conmigo misma en un punto que se finge centrado? ¿Serán ésas las huellas de la concordia? ¿Habrán firmado la ansiada paz ambas mujeres?


Y no sé por qué sospecho que, con permiso de la geometría, podría estar caminando en círculos una vez más. Como otros caminan en sueños. Porque quizá tenga el vicio de cerrar convicciones sobre sí mismas una y otra vez, una y otra vez. Igual que cierra un estupor el niño en su cuaderno de caligrafía nuevo.

Lista para volver a trabajar sin red. ¿Vas a atraparme al vuelo? ¿Me sostendrás o sencillamente permitirás que me estampe contra el suelo?

Si has pensado sólo por un segundo “¿se estará dirigiendo a mí?”, me debes una respuesta. Pero no la quiero; de nada me sirve. Habremos de comprobarlo con el tiempo.
                                                                                              (S. G. I., Hervás, 22 de febrero de 2011)

 
 
Para escuchar Sober de Pink

 
 
 

4 comentarios:

  1. Salomé, espero que avances y que haya concordia entre las dos mujeres... lo siento si parecen palabras banales pero como no capto todo el sentido de tu escrito, yo también ando en la cuerda floja ¿y sin red?

    Un abrazo cálido.

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  2. Querida Laura, Siempre la hay (y no) de alguna forma. Tampoco es tan terrible según cómo: sólo la tensión, la pugna interior es realmente creadora. Quizá en el fondo no se pueda andar de otra forma. Quizá algunas personas no sepamos andar de otra forma. Yo espero que no nos destripemos ni tú ni yo, compañera. Que nosotras logremos seguir manteniendo un equilibrio cada día, a ser posible, un poco menos precario. Y que quien/es tienen que sujetar, quien/es está/n obligado/s moralmente a hacerlo, no nos suelte/n. Curioso: por muy acostumbrada que estés a los volatines, no desaparece nunca del todo la sensación de vértigo. Que el vértigo que nos une, la distancia que nos separa del suelo, no se convierta nunca en distancia entre los cuerpos (entre lo que los anima): es ¿reconfortante? saberse mucho más que intuida. Beso enorme.
    PS. Nada menos banal que tus comentarios. Siempre.

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  3. Paso a dejarte mi respuesta..y la dejo, aun no se si la has leido espero que si..., no pude dejar la curiosidad y pasar por este otro.

    Caminamos todo el tiempo en una cuerda floja y imposible es no sentir vertigo alguanas veces, quizas sea el temos de ver lo desconocido, esta es la vida y el secreto es aprender a encontar el equilibrio

    Un calido saludo

    Liliana

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  4. Aunque lo desconocido al tiempo atrae, Liliana. Y tira de uno tan fuerte que a veces es muy difícil resistirse a la llamada. Creo, más bien, buscar el equilibrio. Aunque cuesta mucho aceptarlo, el equilibrio es esquivo: huye como huye un amante que desea ser perseguido. Ha de ser conquistado y reconquistado. Indefectiblemente, (cuanto menos temporalmente) perdido. Sencillamente porque el equilibrio exige estatismo y la vida, como el pensamiento, es perpetuo movimiento. Gracias por todo y besos.

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