
El año pasado comentábamos que conviene calcular muy bien nuestras fuerzas antes de

emprender la Heidi, ya que hay muy pocas posibilidades de abandonarla. La pista que recorremos hoy es una de ellas. Se trata de la que une la Heidi con el embalse que abastece de agua a

Hesvás, el que se encuentra cerca de Marinejo. Su entrada en la Pista Heidi es inconfundible: la encontramos a nuestra izquierda aproximadamente tras haber recorrido once kilómetros desde la entrada que se encuentra en San Gregorio, en el paraje denominado Mancha del Cabrero. La entrada es anchísima y está marcada por una baliza (sólo encontraréis dos en toda la Heidi, la

otra muchos kilómetros más adelante, a unos cuatrocientos metros antes de llegar a la pista que nos conduce hasta el Pinajarro, marcando el desvío que nos lleva hasta los Prados de la Fuente, ya en la pista superior, de los que probablemente hablaremos en breve). Se la reconoce también porque inmediatamente se divide en dos ramales, aunque ambos se unen de nuevo poco después. En

uno de ellos encontraréis un cartel que reza "prohibido el paso a ajenos" cuya presencia ahí me cuesta mucho creer que sea legal y que se explica únicamente porque algún cabrero ha establecido en la cabecera de la pista una suerte de campamento, pero éste es otro tema que quizá deberíamos discutir en otro momento, el de cómo en Hervás no pocas personas colocan portillas y carteles de prohibido el paso en zonas de paso públicas o se queda con tierras comunales. Como nosotros no somos ajenos a la montaña, tomamos tranquilamente esta pista

para llegar al embalse. El trayecto entre la Heidi y el embalse tiene aproximadamente cinco kilómetros y discurre en su totalidad entre robles. Carece de fuentes.
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