Si queréis pasar un día tranquilo chapoteando en medio del verde, una de las mejores opciones es La Tejea.
VENTAJAS CON RESPECTO A OTROS LUGARES APTOS PARA EL BAÑO
1. Al estar a menos altura que otras charcas, las aguas no están tan frías. No obstante, hay que tener en cuenta que, al tratarse de una zona umbría, en pleno agosto hace frío hasta casi las diez de la mañana.
2. Está a poca distancia del pueblo.
3. La ruta para alcanzarla es tan sencilla que resulta del todo imposible perderse.
4. El trayecto no implica ningún riesgo ni para adultos ni para niños, que suelen ser quienes más disfrutan del baño.
INCONVENIENTES
1. No encontrareis ninguna fuente de agua por el camino. No obstante, dada la brevedad del trayecto, no debería suponer un problema.
2. Si seguís la ruta que toma la carretera de La Garganta nada más salir del pueblo, os enfrentaréis a una subida bastante dura casi hasta alcanzar las vías del tren. Ese tramo pondrá a prueba vuestro corazón y capacidad pulmonar (si sois fumadores, aquí difícilmente podréis mantener el ritmo de la marcha). No obstante, como observaréis bajo el epígrafe Cómo llegar, existe una vía alternativa que evita este tramo y que personalmente considero mucho más atractiva.
3. La mayor parte del camino hay que realizarlo por la carretera de La Garganta. Caminar por carreteras es siempre más incómodo que hacerlo por caminos en tierra y resulta infinitamente más monótono, aunque los bosques por los que ésta discurre son lo suficientemente hermosos como para paliar ese inconveniente.
DESCRIPCIÓN
La Tejea es una charca natural del río Santihervás. Río abajo encontraréis otras menores, pero el atractivo de ésta es claramente superior. Ello se debe en parte a la disposición de los árboles que la rodean, creando un ambiente intimista, y en buena medida a su propia constitución. Y es que, mientras en el resto de charcas de la zona abundan los cantos de mayor o menor tamaño, una buena parte de La Tejea está constituida por enormes rocas extremadamente suaves, pulidas por la acción del río, lo que aumenta su aspecto romántico y acogedor. Un ejemplo es su parte posterior, por donde discurre entre musgo el agua que la alimenta, creando pequeñas cascadas. También su parte frontal consiste en una enorme roca increíblemente lisa en la que caben varios adultos y que resulta particularmente apta para tumbarse a tomar el sol.
1. Al estar a menos altura que otras charcas, las aguas no están tan frías. No obstante, hay que tener en cuenta que, al tratarse de una zona umbría, en pleno agosto hace frío hasta casi las diez de la mañana.
2. Está a poca distancia del pueblo.
3. La ruta para alcanzarla es tan sencilla que resulta del todo imposible perderse.
4. El trayecto no implica ningún riesgo ni para adultos ni para niños, que suelen ser quienes más disfrutan del baño.
INCONVENIENTES
1. No encontrareis ninguna fuente de agua por el camino. No obstante, dada la brevedad del trayecto, no debería suponer un problema.
2. Si seguís la ruta que toma la carretera de La Garganta nada más salir del pueblo, os enfrentaréis a una subida bastante dura casi hasta alcanzar las vías del tren. Ese tramo pondrá a prueba vuestro corazón y capacidad pulmonar (si sois fumadores, aquí difícilmente podréis mantener el ritmo de la marcha). No obstante, como observaréis bajo el epígrafe Cómo llegar, existe una vía alternativa que evita este tramo y que personalmente considero mucho más atractiva.
3. La mayor parte del camino hay que realizarlo por la carretera de La Garganta. Caminar por carreteras es siempre más incómodo que hacerlo por caminos en tierra y resulta infinitamente más monótono, aunque los bosques por los que ésta discurre son lo suficientemente hermosos como para paliar ese inconveniente.
DESCRIPCIÓN
La Tejea es una charca natural del río Santihervás. Río abajo encontraréis otras menores, pero el atractivo de ésta es claramente superior. Ello se debe en parte a la disposición de los árboles que la rodean, creando un ambiente intimista, y en buena medida a su propia constitución. Y es que, mientras en el resto de charcas de la zona abundan los cantos de mayor o menor tamaño, una buena parte de La Tejea está constituida por enormes rocas extremadamente suaves, pulidas por la acción del río, lo que aumenta su aspecto romántico y acogedor. Un ejemplo es su parte posterior, por donde discurre entre musgo el agua que la alimenta, creando pequeñas cascadas. También su parte frontal consiste en una enorme roca increíblemente lisa en la que caben varios adultos y que resulta particularmente apta para tumbarse a tomar el sol.
VEGETACIÓN
Mientras recorremos la carretera de La Garganta, una vez pasadas las huertas y casas, disfrutamos a derecha e izquierda del denso bosque de castaños tan típico de Hervás.
Al tomar la pista de La Tejea, la vegetación comenzará a cambiar y advertiremos que los castaños se mezclan con el roble. Al entrar en la estrecha senda que nos lleva hasta la charca, encontraremos mayoritariamente roble, algunos avellanos, fresnos y arce de Montpellier o Acer monspessolanum, espino blanco, rosales silvestres (que no hay que confundir con las zarzas, que también están presentes), y algunas matas de rusco (Ruscus aculeatus). En verano la mayor parte de las herbáceas están secas, pero si visitáis la charca en primavera, podréis encontrar digitalis, violetas, jacintos de los bosques, nazarenos (Muscari comosum) y algún que otro gamón (Asphodelus albus). Los helechos irán aumentando a medida que nos acerquemos al cauce del río.
En la propia charca destaca un conjunto espectacular de árboles: un enorme fresno al fondo y varios alisos de buen tamaño cuyas raíces se hunden en el agua y son usadas como refugio por peces y anfibios.
Mientras recorremos la carretera de La Garganta, una vez pasadas las huertas y casas, disfrutamos a derecha e izquierda del denso bosque de castaños tan típico de Hervás.
Al tomar la pista de La Tejea, la vegetación comenzará a cambiar y advertiremos que los castaños se mezclan con el roble. Al entrar en la estrecha senda que nos lleva hasta la charca, encontraremos mayoritariamente roble, algunos avellanos, fresnos y arce de Montpellier o Acer monspessolanum, espino blanco, rosales silvestres (que no hay que confundir con las zarzas, que también están presentes), y algunas matas de rusco (Ruscus aculeatus). En verano la mayor parte de las herbáceas están secas, pero si visitáis la charca en primavera, podréis encontrar digitalis, violetas, jacintos de los bosques, nazarenos (Muscari comosum) y algún que otro gamón (Asphodelus albus). Los helechos irán aumentando a medida que nos acerquemos al cauce del río.
En la propia charca destaca un conjunto espectacular de árboles: un enorme fresno al fondo y varios alisos de buen tamaño cuyas raíces se hunden en el agua y son usadas como refugio por peces y anfibios.
CÓMO LLEGAR
Por comodidad, dado que es el centro de la vida del pueblo y un lugar bien conocido por todos, tomaremos La Corredera como punto de partida y km 0. Colocándonos de frente a la fuente que la preside (con la calle que lleva al Museo Pérez Comendador-Leroux a nuestras espaldas), tomamos la calle Relator González (conocida en el pueblo como “la calle de los comercios”), que se extiende a muestra izquierda. Giramos con ella hacia la derecha hasta toparnos con la entrada del Barrio Judío, y a él accedemos. Bajamos por su empedrada cuesta y giramos la primera calle (donde encontraremos una fuente) a la izquierda. Seguimos bajando por esa calle, la Calle de la Cuesta, hasta encontrarnos frente al puente de la Fuente Chiquita, que dista unos 300 metros de La Corredera. Lo atravesamos y entonces decidimos qué ruta tomar:
1. Seguimos de frente, tomando inmediatamente la carretera de La Garganta (y enfrentándonos a la empinada subida de la que os hablaba antes).
2. Optamos por evitar un tramo de carretera y disfrutar de los caminos rurales mientras sea posible. Para ello, tras atravesar el puente, giramos a la derecha y bordeamos el río, desde donde podremos admirar parte del Barrio Judío y la piscina natural de Hervás (que en las fotos aparece vacía). Cuando el camino se bifurque, tomaremos el de la izquierda, que se mantiene más o menos paralelo a la carretera.
Aunque en esta zona también se han construido casa nuevas, la ruta que os propongo os ofrece la posibilidad de circular por callejas en las que aún no ha entrado el cemento y de ver los terneros de la última primavera.
Cuando encontréis a vuestra derecha un pequeño puente de piedra bajo el cual suele circular el agua de riego (el Puente Zorongollo), pasáis por debajo y salís a otro camino cubierto de cemento. Lo seguís y vais a salir a la carretera de La Garganta, apenas superado el puente que pasa por encima de las antiguas vías del tren. Una vez pasadas las vías del tren, independientemente de qué camino hayáis elegido para llegar hasta aquí, os queda sólo seguir carretera adelante hasta La Tejea.
Cuando encontréis a vuestra derecha un pequeño puente de piedra bajo el cual suele circular el agua de riego (el Puente Zorongollo), pasáis por debajo y salís a otro camino cubierto de cemento. Lo seguís y vais a salir a la carretera de La Garganta, apenas superado el puente que pasa por encima de las antiguas vías del tren. Una vez pasadas las vías del tren, independientemente de qué camino hayáis elegido para llegar hasta aquí, os queda sólo seguir carretera adelante hasta La Tejea.
Como veis no tiene pérdida.
Un poco antes de llegar al río que alimenta la charca de La Tejea, cuando hayamos recorrido algo más de 2,5 km, encontraremos una ancha pista en tierra que sale de la carretera a mano derecha y sube hacia el monte. Se trata de la pista que enlaza con la Heidi y que en general todos suelen denominar ya Heidi (tampoco vamos a ser tan puntillosos), pero ésta la visitaremos en otra ocasión.
Unos 300 m más adelante, justo antes de que la carretera gire a la izquierda y atraviese el río, encontramos una pista en subida a mano derecha. Ésta es la Pista de La Tejea, que nos conducirá hasta la charca. A unos veinte metros de su ingreso, a mano izquierda, sale una estrecha senda entre los robles, marcada por una gruesa piedra hundida en el terreno que actúa a modo de umbral. Lo seguimos y dejamos los prados con su casilla en piedra a mano izquierda. Pocos metros más adelante encontramos el río y la charca de La Tejea.
Un poco antes de llegar al río que alimenta la charca de La Tejea, cuando hayamos recorrido algo más de 2,5 km, encontraremos una ancha pista en tierra que sale de la carretera a mano derecha y sube hacia el monte. Se trata de la pista que enlaza con la Heidi y que en general todos suelen denominar ya Heidi (tampoco vamos a ser tan puntillosos), pero ésta la visitaremos en otra ocasión.
Unos 300 m más adelante, justo antes de que la carretera gire a la izquierda y atraviese el río, encontramos una pista en subida a mano derecha. Ésta es la Pista de La Tejea, que nos conducirá hasta la charca. A unos veinte metros de su ingreso, a mano izquierda, sale una estrecha senda entre los robles, marcada por una gruesa piedra hundida en el terreno que actúa a modo de umbral. Lo seguimos y dejamos los prados con su casilla en piedra a mano izquierda. Pocos metros más adelante encontramos el río y la charca de La Tejea.
DISTANCIA TOTAL
Si sumáis las distancias que os he ido proporcionando, observaréis que el
trayecto total consta de unos 3 km ida y 3 km vuelta.
Si sumáis las distancias que os he ido proporcionando, observaréis que el
trayecto total consta de unos 3 km ida y 3 km vuelta.
TIEMPO ESTIMADO
Lógicamente varía mucho según la velocidad a la que caminéis. Yo lo suelo realizar en unos 50 minutos ida y 40 minutos vuelta. Si bien en los recorridos largos, cuando la fatiga se hace notar,
la velocidad generalmente se reduce a medida que avanzamos, la vuelta se suele realizar en menos tiempo bien sea por factores físicos (si a la ida he subido una cuesta, a la vuelta la bajaré más deprisa) o psicológicos (anima mucho pensar que ya vamos de vuelta a casa y lo peor ha pasado).
A QUÉ HORA SALIR
Aunque jamás me canso de repetir que al campo hay que ir temprano, en este caso os aconsejo que no lleguéis antes de las diez de la mañana. Las fotos que os ofrezco están tomadas entre las 8:00 y las 11:30. Vosotros mismo podréis apreciar la diferencia en la luz que existe entre ambas. A las ocho la charca duerme aún. Hace frío y por tanto ni los batracios ni los peces ni los pequeños reptiles que viven entre la hojarasca que la rodea están aún activos. Lo mismo sucede con los peces y en buena medida con los pájaros. Cuando el sol empiece a bajar, de las diez en adelante, la charca comenzará a ofrecer una cara muy distinta. Cuando el sol llegue al agua, los peces, las ranas, los renacuajos y quizá alguna culebrilla de agua (totalmente inofensivas) saldrán de sus escondrijos. La charca empezará a ser visitada por grandes libélulas atigradas y por otras menores de color azul eléctrico. Los pájaros bajarán a beber y quizá podáis ver algún petirrojo o incluso alguna pequeña rapaz.
Dado que el trayecto no es duro y se puede realizar sin casi esfuerzo aún bajo el sol, mi consejo es que no salgáis demasiado pronto. Si salís lo suficientemente temprano como para llegar hasta vuestro objetivo sin sufrir los efectos del sol, es cierto que llegaréis totalmente frescos, pero también lo haréis mucho antes de que los primeros rallos bajen hasta la charca. Y si esperáis allí sentados a que esto suceda, os quedaréis congelados al poco rato. Es mejor que si, por ejemplo, pensáis que podéis realizar el trayecto en una hora, salgáis hacia las 9:30, de forma que recibáis por la carretera el primer sol, ése que aún no resulta muy agresivo. Así, cuando lleguéis, encontraréis un paisaje bastante más alegre y confortable.
QUÉ LLEVAR
Fundamentalmente agua y, si pensáis comer allí, bolsas en las que recoger y llevarse de vuelta al pueblo todos los desperdicios. Incluso los biodegradables, que aunque acaban descomponiéndose, mientras tanto hacen daño a la vista. Es deplorable ver el estado en el que quedan las zonas de más fácil acceso al paso de los excursionistas.
Es siempre aconsejable llevar un pequeño botiquín encima. Dada la comodidad de esta ruta, vuestro mayor problema debería ser, todo lo más, alguna rozadura ocasionada por el calzado.
Fundamentalmente agua y, si pensáis comer allí, bolsas en las que recoger y llevarse de vuelta al pueblo todos los desperdicios. Incluso los biodegradables, que aunque acaban descomponiéndose, mientras tanto hacen daño a la vista. Es deplorable ver el estado en el que quedan las zonas de más fácil acceso al paso de los excursionistas.
Es siempre aconsejable llevar un pequeño botiquín encima. Dada la comodidad de esta ruta, vuestro mayor problema debería ser, todo lo más, alguna rozadura ocasionada por el calzado.
PRECAUCIONES
En la zona no hay peligro alguno. Como mucho os podéis llevar un susto si encontráis una culebra de agua nadando a vuestro lado. No obstante, son totalmente inofensivas y en general, como todos los animales, huyen en cuanto advierten la presencia humana.
Por tanto, diría que la principal precaución que debéis tener en La Tejea es mantener la limpieza.
En la zona no hay peligro alguno. Como mucho os podéis llevar un susto si encontráis una culebra de agua nadando a vuestro lado. No obstante, son totalmente inofensivas y en general, como todos los animales, huyen en cuanto advierten la presencia humana.
Por tanto, diría que la principal precaución que debéis tener en La Tejea es mantener la limpieza.
Conviene recordar siempre que en el campo nosotros somos meros huéspedes. La naturaleza pertenece en primera instancia a los animales y plantas que la habitan todo el año. Es su casa y nosotros debemos aprender a respetarla. En este caso, eso implica no sólo no tirar nada al suelo, sino también no usar jamás ningún tipo de detergente o gel en la charca. La advertencia puede resultar absurda, pero si la hago es porque he tenido oportunidad de asistir a escenas realmente espeluznantes.
PROPUESTAS ADICCIONALES
Para aquellos de vosotros especialmente interesados en la vegetación y el paisaje, aquellos a los que no les importa andar aunque al final no encuentren la recompensa del baño, guardo una propuesta: una ruta que podréis seguir desde la charca de La Tejea. Aunque eso será en nuestro próximo encuentro. Al fin y al cabo, no os puedo revelar todos los secretos de los bosques de Hervás en un solo día.
PROPUESTAS ADICCIONALES
Para aquellos de vosotros especialmente interesados en la vegetación y el paisaje, aquellos a los que no les importa andar aunque al final no encuentren la recompensa del baño, guardo una propuesta: una ruta que podréis seguir desde la charca de La Tejea. Aunque eso será en nuestro próximo encuentro. Al fin y al cabo, no os puedo revelar todos los secretos de los bosques de Hervás en un solo día.
aquí podría ir con mi perra?
ResponderEliminarPor supuesto. El camino es fácil para ellos. A veces se ven "chuchetes" practicando el baño también en las Charcas Verdes. Supongo que a algunos bañistas quizá no les haga mucha gracia. Es como todo, imagino que basta elegir un día y horario discreto para que tu perra pueda remojarse y jugar con el agua un rato sin que te expongas a que nadie te ponga mala cara. Que disfrutéis ambos el paraje.
EliminarGracias Salome
ResponderEliminarGenial he llegado perfectamente...solo puntualizar q cuando sales del puente de zorongollo, sigues el camino hacia la izquierda...me interesa conocer la ruta q sale de la tejea
ResponderEliminarImagino que te refieres a la que sube por encima de la Tejea. Te encantará; tiene un aspecto muy agreste, especialmente si recorres la pista en primavera y en uno de esos días tormentosos, con nubes amenazadoras: como de pintura del romanticismo. No te aconsejo que te embarques cuando las aguas todavía estén demasiado altas tras el invierno, pues entonces probablemente no puedas cruzar con seguridad la corriente que atraviesa el camino y que en verano encontrarás seca. Espero que lo disfrutes mucho.
EliminarSalomé tiene nombre específico la ruta por en ima de la tejea o sabes indicarme x donde tirar? Hoy voy a ir a buscarla.
EliminarNo me consta que tenga un nombre específico, pero tampoco tiene pérdida. Tú simplemente sigue el sendero una vez hayas sobrepasado el discreto ingreso a los prados que dan paso a la charca de la Tejea. Continúa sin más. Sólo puede haber problema en invierno cuando el río está crecido, porque a veces el caudal puede llegar a ser, en el punto donde hay que crucarlo, lo suficientemente fuerte como para resultar peligroso. Has de tener en cuenta que la ruta no es circular, así que deberás volver por donde llegaste. Me parece un camino especialmente bello en días tormentosos, una de esas tardes amenazadoras que en ocasiones aparecen a finales del verano... Yo ahí lo dejo. Espero que la disfrutes mucho.
Eliminar