Los mismos métodos que los nazis. El ejército ruso, con sus crímenes de guerra —que no se pueden justificar mediante el acatamiento de las órdenes—, ha conseguido borrar de un plumazo su papel en la liberación de los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Un genocidio es un genocidio independientemente de sobre quién se perpetre.
¿Quieren de verdad los rusos seguir teniendo un asesino como presidente? Si no es así, ha llegado el momento de dar un paso decidido al frente. De lo contrario, deberemos entender que comulgan mayoritariamente con el carnicero y apoyan un régimen fascista y sanguinario.
Y lo mismo vale para el resto de países: si no simpatizamos con la barbarie ha llegado el momento de tomar medidas severas y determinantes de aislamiento total a Rusia, aunque las sanciones nos generen trastornos. Cuando no se saben respetar las normas más básicas de coexistencia sólo queda vivir aislado.
Seguramente las atroces imágenes han sido manipuladas por los mismos que se inventaron los campos de exterminio nazis. Las excusas son las mismas cuando los verdugos son los mismos, se pongan la etiqueta que se pongan.
Entre tanto, que esas imágenes se impriman de forma indeleble en la retina. Porque, de un modo u otro, aunque no en la misma medida, somos todos responsables de ellas.
Nina Marchenko, El ultimo viaje (Holodomor) |
Folknery, Vyplyvalo utenia / Фолькнери, Випливало утєня