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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

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COSECHAS DE OTOÑO

Salamandra Hervas Salome Guadalupe Ingelmo
 


La vida del escritor arraiga en una sana y equilibrada mezcla entre la disciplina, la pasión y la resistencia al dolor. Porque, sí, escribir —escribir exponiéndose— duele, como duele vivir. ¿Que cuál es el truco entonces? El truco, queridos niños, consiste en que no te importe que te duela.


 

Muerte de Hércules, Francisco de Zurbarán (1634)

Muerte de Hércules, Francisco de Zurbarán (1634)


 Lawrence de Arabia (El truco)


Jethro Tull, Salamander y Taxi Grab (1976)

LA MARCA DE CAÍN



Abel fue pastor de ovejas y Caín, agricultor. Al cabo de un tiempo, Caín presentó como ofrenda al Señor algunos frutos del suelo, mientras que Abel le ofreció las primicias y lo mejor de su rebaño. El Señor miró con agrado a Abel y su ofrenda, pero no miró a Caín ni su ofrenda.
Caín se mostró muy resentido y agachó la cabeza. El Señor le dijo: "¿Por qué estás resentido y tienes la cabeza baja? Si obras bien podrás mantenerla erguida; si obras mal, el pecado está agazapado a la puerta y te acecha, pero tú debes dominarlo". 
Caín dijo a su hermano Abel: "Vamos afuera". Y cuando estuvieron en el campo, se abalanzó sobre su hermano y lo mató. Entonces el Señor preguntó a Caín: "¿Dónde está tu hermano Abel?". "No lo sé", respondió Caín. "¿Acaso yo soy el guardián de mi hermano?". Pero el Señor le replicó: "¿Qué has hecho? ¡Escucha! La sangre de tu hermano grita hacia mí desde el suelo. (Gen 4: 2-11)





RECONCILIACIÓN
No se cierra ese agujero.
Si clamo al cielo,
en lo alto,
la boca desdentada engulle mis ruegos.
Silencio.
Mastica lento y escupe voces a destiempo:
exabruptos, sonidos corporales,
proyectiles o meteoritos.
Vomita,
devuelve compromisos no digeridos.
Se extiende el aliento viciado:
tufo a traición,
a malas acciones disfrazadas
de sanos principios.

Éxodo.
A la conciencia bajan refugiados
hastiados de tanto cinismo:
ciempiés prófugos en busca
de cálido asilo,
de oquedades acogedoras,
de cuerpos desprevenidos.
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Tregua.
Erosiona el resentimiento,
desgasta:
en lugar de curvas,
aristas.
No hay plazas en el Paraíso,
que están ya todas vendidas.
                                                                               (S. G. I. Madrid, 13 de octubre de 2011)



Para escuchar a Pink Floyd interpretando Lost for Words
http://www.youtube.com/watch?v=GNt2zANGbnI


PAISAJES OTOÑALES


SIEMPRE NOS QUEDARÁ EL HADES
Cómo no acudir
si con artes me has invocado.
He sido invitada al banquete.
Transito un páramo yermo:
hoy, sólo espinas
donde ayer florecían vergeles.

Bajo el emparrado,
verborrea de avispas.
Codician el único licor,
esta sangre estantía:
en las ramas, impúdicos frutos,
acerbos, corrompidos,
granadas podridas.
A mis pies
ya sólo crecen ortigas.

Anuncian los ecos al anfitrión.
Un desconocido irrumpe
altivo sobre el navío:
guirnaldas en el pelo
de cano vestido.

Te veo bajar en brazos de la corriente.
Más que arrastrado,
mecido:
descansado, tranquilo.
Caronte te ofrece su espejo;
te miras.
Te miro.
El reflejo se ha tornado frío.

En la superficie amnésica
siniestro presagio percibo;
ya no me falta la ausencia
ni me aguijonea el descuido.
Si fuese tu imagen de cera,
no engendraría menos brío.

Sobre el lago árido, Narciso,
que enmarca tu vanidad
con un halo ficticio,
te veo bajar en brazos de la corriente.
Más que arrastrado,
mecido:
descansado, tranquilo.
Caronte te ofrece su espejo;
te miras.
Impasible, te miro….
Y es el Estige un anillo
que nos desposa en su círculo.
                                                             (S. G. I. Madrid, 5 de octubre de 2011)






Para escuchar a los Cream interpretando White Room

CÓMO ACCEDER A LA CHORRERA DE LA FORMA MÁS SEGURA DURANTE LOS MESES DE MAYOR CAUDAL DE LOS RÍOS



Hoy, regresando de un paseito por La Chorrera, encuentro en el canal a un matrimonio con niños muy pequeños que me preguntan si les queda mucho. Me preocupo y decido escribir esta entrada atendiendo a la necesidad de velar por la seguridad de los visitantes, no sólo de los que viajan con niños. Os daré aquí las mismas explicaciones que les he ofrecido a ellos, como a los caminantes que he encontrado poco después e incluso más abajo, ya a la altura del embalse del Horcajo.
Nuestro objetivo hoy es aprender cómo llegar a La Chorrera de la forma más segura, lo que en la práctica quiere decir evitando el canal en el tramo final. Recordaréis quizá que ya en el pasado os expliqué cómo evitar las zonas del canal que habitualmente se desbordan en los períodos de más lluvias o deshielo en las cotas altas, esos tramos viejos del canal que se vuelven particularmente peligrosos por la acción de la erosión hídrica. Entonces os aconsejaba regresar al canal apenas superados estos tramos. Me movía a ello el temor de que perdieseis la senda y os dieseis un susto. Cierto es que si uno sabe dónde queda La Chorrera, aunque sea trepando por el monte (que de todas formas no es especialmente aconsejable en este periodo del año, sobre todo con la resbaladiza hierba seca, las retamas muertas a las que nunca debéis agarraros porque se quebrarán, el rocío semicongelado...) sabrá encontrarla, pero si uno no ha estado nunca antes... No obstante, lo más seguro sería no abandonar la senda hasta bajar al salto de agua, porque ello nos evitaría la etapa del trayecto que resulta más conflictiva: trepar una vez se abandona definitivamente el canal. Además os ahorrará tiempo. Hoy analizaremos las calves que hay que recordar para transitar esta senda sin pérdida posible. Veréis que en realidad es muy sencillo.

Nosotros vamos a partir desde el punto del canal en el que, como veíamos en la entrada sobre la visita del 25 de diciembre, se hace necesario meter los pies en el agua (encontraréis fotos muy elocuentes en entradas aún más antiguas). Para saber cómo llegar hasta aquí podéis dirigiros a las primeras entradas de este blog, en las que se hablaba del emblemático salto de agua.

Una vez hemos atravesado el arroyo, no continuamos por el canal, sino que tomamos la senda que se abre a nuestra derecha, justamente la que aparece marcada en una piedra como no transitable mediante una cruz blanca y amarilla. Es muy estrecha y ahora aparece cubierta por las hojas de los robles, pero en realidad no tiene pérdida porque algunos la seguimos usando incluso en el periodo más frío del año. Deberéis estar más atentos al terreno, eso sí, si subís con nieve, cuando ya no se percibe el rastro de la misma bajo el manto blanco. Al principio iréis tranquilos porque desde la senda seguís viendo el canal, pero como vosotros vais subiendo progresivamente, al final lo perderéis de vista. Nada de pánico. Lo único que hay que recordar es que debéis seguir mirando a vuestra izquierda. Cuando veáis aparecer los restos de unas casillas en piedra, os paráis y os colocáis de espaldas a los mismos. Ahora tenéis a vuestra derecha la senda por la que habéis llegado hasta allí, y de frente veis un muro muy bajo cubierto por el musgo. Si prestáis atención, a la izquierda del muro encontraréis un viejo cierre de alambre de espino. Debéis caminar pegados al muro, siguiéndolo hasta el final. Sencillísimo, ¿no?















Esta senda confluye con la subida desde el canal en una enorme roca marcada con las dos rayas paralelas que indican camino transitable. Desde allí podéis descender tranquilamente para ver de cerca el salto de agua. Al regresar, evidentemente, cuando os encontréis sobre la gran roca, debéis recordar tomar el camino de vuestra izquierda, que es la senda por la que habéis llegado, ya que el de la derecha es el que os obliga a bajar por el terreno suelto y removido hasta el canal.




En cualquier caso, hay que añadir que en este momento el canal es perfectamente transitable en su totalidad; lo he inspeccionado hoy mismo. Si decidís tomar este camino, lo encontraréis cerrado con unos troncos. Pasáis por debajo sin problemas. Recordad que cuando encontréis en medio del canal una piedra triangular de buen tamaño marcada por las dos rayas paralelas, como ya veíamos en si día al explicar pormenorizadamente esta ruta, querrá decir que debéis comenzar a trepar por el terreno removido que queda a vuestra derecha.

BAJO EL IMPROBABLE SOL EN LA PISTA SUPERIOR. CÓMO EVITAR RESFRIADOS

Algunos de vosotros recordaréis que el año pasado más o menos por estas fechas hablábamos sobre lo importante que es vestirse adecuadamente para subir a la montaña cuando llega el frío: sobre la importancia de la ropa técnica y su correcto uso. No os repetiré lo que ya os decía entonces, pero os recordaré un concepto fundamental: cuando uséis ropa de este tipo, por mucho calor que sintáis, no debéis quitaros y ni siquiera desabrocharos las capas externas de ropa. Si lo hacéis, lo más normal es que cojáis un resfriado. No importa que os parezca que no habéis sudado apenas; en caminatas de este tipo, especialmente si avanzáis a buen paso, lo habréis hecho. Y la ropa técnica, que para eso sirve, habrá acumulado ese sudor pegado a vuestro cuerpo. Así no supone un riesgo porque sus tejidos están preparados para que ese sudor no entre en contacto con el frío externo. Pero en el momento en que rompéis esa barrera al abrir una cremallera... Un gesto tan inocente en apariencia puede costaros muy caro. Si el sudor se enfría a esa altura y faltando aún muchos kilómetros para que regreséis al pueblo y podáis cambiaros, lo pasaréis muy mal el resto del camino y sufriréis las consecuencias después.




















































































































































Los verdaderos protagonistas estan aquí